En medio de fuertes medidas de seguridad y con la presencia de 19 jefes de Estado -entre ellos, el Presidente de Chile Gabriel Boric- Luiz Inácio Lula da Silva asumió hoy como Presidente de Brasil hasta el 31 de diciembre de 2026. Es su tercer período a la cabeza del país más poblado y la economía más grande de América Latina, ya que gobernó entre 2003 y 2010.
1. Infancia marcada por la extrema pobreza. Luiz Inácio Lula (calamar en portugués, un apodo que incorporó a su nombre) da Silva nació hace 77 años en Garanhuns, en una familia de extrema pobreza, en el noreste de Brasil. Sus padres eran analfabetos. Séptimo de 8 hermanos, su padre los abandonó cuando era pequeño y se instaló en Guarujá, balneario cercano a Sao Paulo. Cuando tenía 7 años su madre viajó con todos los hijos a buscar a su marido y se encontró con una sorpresa: había formado otra familia. En una biografía autorizada describe a su padre Arístides como “alcohólico” y un “pozo de ignorancia”.
2. Tornero mecánico y accidente laboral. Abandonó el colegio por necesidades económicas y desde los 12 años trabajó en varios oficios para ayudar a su familia como vendedor ambulante, mensajero y lustrabotas. A los 15 años recibió educación como tornero. Comenzó a trabajar en empresas metalúrgicas y, un año después, perdió su dedo meñique de su mano izquierda en un accidente laboral.
3. Nace el líder sindical. Con 21 años, fue contratado por Industrias Villares en Sao Bernardo do Campo, suburbio industrial de Sao Paulo y sede de la poderosa industria automovilística. Ahí se convertiría en líder sindical. Su hermano José era militante del Partido Comunista, pero Lula tenía distancia de la política partidaria. “En esa época a Lula le interesaba sobre todo el Corinthians (el club de fútbol más popular del país)”, ironizaría después su hermano.
4. Salto a la política. En 1972, fue elegido secretario general del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo, con 90 mil afiliados. Tres años después asumió la presidencia gracias a que la legislación impedía la tercera reelección del presidente de entonces, líder indiscutido del sindicato y colaborador del régimen militar. Fue un mal cálculo: eligió a Lula como sucesor pensando que tras su período volvería cómodamente a ocupar el cargo, un error de proporciones históricas. En 1978 lideró la primera huelga contra el régimen militar y se convirtió en líder de la izquierda, un salto donde fue clave el apoyo del sector progresista de la Iglesia Católica.
5. Fundación del PT. En 1980 fundó el Partido de los Trabajadores (PT). Su base, además del movimiento sindical, fueron sobre todo intelectuales de izquierda y una ensalada de grupos de esa tendencia. Dos meses después, encabezó una huelga declarada ilegal donde participaron más de 300.000 trabajadores. Una corte marcial lo condenó a 3 años y medio de cárcel, pero los años de plomo habían llegado a su fin con la apertura política y la sentencia se cayó en una apelación.
6. Tres fracasos en elecciones presidenciales. En 1986, fue elegido diputado. Con un discurso muy cargado a la izquierda, se presentó a las elecciones presidenciales de 1989, y perdió por 6 puntos en segunda vuelta. Después fue derrotado inapelablemente en las elecciones de 1994 y 1998 por Fernando Henrique Cardoso.
7. Giro al centro y triunfo presidencial. Después de tres intentos fallidos por llegar a la presidencia, ganó los comicios de 2002, en alianza con sectores del centro político del país, representados por el Partido Liberal (PL) y por influyentes personalidades de centro. Su candidato a vicepresidente fue el empresario José Alencar. En su victoria fue clave ese giro al centro, que en esta elección ha buscado profundizar, y que incluyó una “Carta a los brasileños”, en realidad destinada a los inversionistas, donde daba garantías de una política económica moderada. Ganó en segunda vuelta con un 61% de los votos. Fue reelegido 4 años después al triunfar contra el centroderechista Geraldo Alckmin, su actual Vicepresidente.
8. Gobiernos con buenos números. En sus dos gobiernos, Lula se benefició del auge de los commodities, tuvo una relación amigable con los empresarios y lanzó una serie de programas sociales que lograron bajar la pobreza del 33,3% al 15,5% de la población entre 2001 y 2008. Brasil pasó de ser de la 11° a la sexta economía del mundo. También se redujeron la inflación y el desempleo.
9. Caso Mensalao. Sin embargo, su gobierno también enfrentó un caso de corrupción que complicó al gobierno, el mensalao, que consistía en pagarle mesadas a los congresistas para apoyar los proyectos del gobierno. Todo su círculo de hierro terminó en tribunales. Sin embargo, logró reelegirse el 2006 y al final de su último mandato ostentaba un 80% de apoyo. Logró elegir como sucesora a su poco carismática ministra Dilma Rousseff pensando volver en 4 años. En privado se arrepentiría amargamente de su opción.
10. Lavajato y caída de Dilma. El 2014 fue un año negro para Lula. Se inició la investigación judicial bautizada Lavajato. Una trama que involucraba sobornos gigantescos de empresas constructoras brasileñas para obtener contratos en empresas estatales, sobre todo Petrobras, y en países del continente. En ese momento Brasil vivía una crisis económica, delincuencia desatada y un fuerte hastío ciudadano con la clase política. Sin la habilidad política de Lula, Dilma no solo fue incapaz de manejar la crisis, como la profundizó, lo que le costaría el cargo con acusaciones de mal manejo presupuestario. En realidad, cayó cuando el establishment brasileño decidió destituirla para terminar con los gobiernos del PT.
11. 580 días en la cárcel. En paralelo con la crisis que condujo a la caída de Dilma surgieron acusaciones de corrupción personal de Lula, que lo llevaría a pasar 580 días en la cárcel, entre abril de 2018 y noviembre de 2019. Fue condenado a 10 años por el juez Sergio Moro, de la ciudad de Curitiba. Su condena, ratificada por unanimidad por tres tribunales distintos, fue anulada por motivos formales por la Corte Suprema, donde jugaron un factor decisivo evidencias de que Moro había sido parcial.
12. Tercer matrimonio y nueva Primera Dama. Poco antes de entrar la cárcel conoció a la socióloga Rosangela Da Silva, 21 años menor, con quien se casaría en mayo de 2022 y desde hoy asume como Primera Dama. “Janja”, como es conocida, tuvo un rol bastante visible durante la campaña y participó activamente en la organización de los actos de asunción de Lula. Este es su tercer matrimonio. En 1969 se casó por primera vez, pero su pareja murió durante el parto de su primer hijo, quien no sobrevivió. Quedó viudo en 2017 de su segunda esposa Marisa Letícia, quien ejerció como Primera Dama durante los 8 años de su gobierno y con quien tuvo cuatro hijos. Tiene otra hija de una relación que tuvo después de su primera viudez.
13. Un país fracturado. Las elecciones, que Lula ganó estrechamente con un 50,9% de los votos contra el 49,1% obtenido por el Presidente Bolsonaro, mostraron un país fracturado: Lula arrasó en los estados del noreste, que fueron los principales beneficiados de los planes sociales de su gobierno, y perdió en casi todos los estados más desarrollados del país, del sur y del sudeste. La ola de protestas contra la victoria de Lula y los cortes de carretera, especialmente en el sur del país, fueron un ejemplo de esta polarización.
14. Diversidad ideológica en el gabinete. Lula completó un gabinete con 37 ministerios, 14 más que los que tenía el gobierno de Jair Bolsonaro. 11 de ellos -poco menos de un tercio- están encabezados por mujeres. La principal característica del gabinete de Lula es su diversidad ideológica: si bien el núcleo duro quedó en manos del Partido de los Trabajadores y sus aliados de izquierda, hay un espacio importante para la centroderecha.
15.- Desafíos urgentes. El Partido Liberal del saliente Presidente Jair Bolsonaro tiene la mayor bancada de la Cámara de Diputados (99 de los 513 escaños) y Lula tendrá que lidiar con el Congreso más conservador que ha elegido Brasil desde el regreso a la democracia en 1985, por lo cual son claves sus aliados de la centroderecha.
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