Quienes crean que bajo estas nuevas reglas podrán seguir haciendo lo que hacen hasta hoy, especialmente si es más formal que operativo, es probable que se lleven una desagradable sorpresa.
La compensación ejecutiva en las grandes empresas se ha vuelto compleja y llena de variables que se mueven en todos sentidos, generando incentivos que pueden ser contradictorios o movimientos inesperados, por causas a veces ajenas al ejecutivo y su desempeño.
Pareciera darse por descontado que las empresas e inversionistas siguen esos objetivos al pie de la letra y cumplen sus resultados. Autores concluyen que los objetivos declarados a los accionistas parecen tener, en promedio, mucha menos influencia real en el desempeño y los resultados.
Un Código de Ética que se basa en prohibiciones y la amenaza de sanciones, no logra construir una cultura ética en una organización. Para ello, debe construirse con un enfoque centrado en valores, que ofrezca a todos los miembros de la organización un marco para la toma de decisiones.