Considerando el gran número de dudas que abre la construcción de una nueva constitución desde una hoja en blanco, hay creciente inquietud por parte de los actores económicos, los cuales, a pesar de estar acostumbrados a navegar en diferentes escenarios de riesgo, no disponen de oráculos para saber qué depara la incertidumbre del futuro.
Por supuesto que todo momentum constitucional conlleva su propia vacilación. El problema es que la discusión ha estado marcada por un torbellino de ideas y enfrentamientos, que han terminado por sembrar más dudas que certezas. Considerando que estamos ad portas de concluir el texto final de borrador, me pregunto qué aspectos económicos de la propuesta se han visto afectados por todo este dilema:
Qué más se puede decir. Hasta ahora, lo que sabemos, es que no sabemos mucho. Es cierto que, como decía Voltaire, “la duda no es una condición placentera pero la certeza es absurda”. No debemos confundir el abrir espacios de discusión con el conformar escenarios inciertos más de lo necesario, en donde las respuestas no asusten más de lo que las preguntas nos puedan inquietar.
Existe toda la disponibilidad e intención de hacer crecer este país por parte del sector privado, pero se requiere de un sector público eficaz, eficiente y firme contra la delincuencia. Al final, nadie pide ser Dinamarca, sólo volver al menos a los estándares a los cuales los chilenos estábamos acostumbrados a tener.
El presidente Boric repite discursos sobre la seguridad, pero son mucho más las palabras que las acciones. Nada lo ilustra mejor que el santuario de Temucuicui, donde terroristas y delincuentes encuentran refugio seguro. Allí no rigen las leyes chilenas, la policía no entra -cuando lo intentó terminó retirándose humillada- y la entrada de las FFAA […]
Nuestro país se ha convertido en un foco circular de la violencia, un pasaje por donde ingresa y luego sale a otros países y ésta debe ser asumida como una tarea urgente de Cancillería. El centro de nuestros problemas es la dictadura de Maduro y la crisis humanitaria que ha generado y forzado la migración […]
El Estado ha quedado corto en materia de fiscalización, control y sanción sobre los recursos que son de todos los chilenos. Al mismo tiempo, la política ha estado al debe al no hacerse cargo de estas malas prácticas. Creemos en la presunción de inocencia, pero también en las señales políticas que permitan a la ciudadanía […]
Un país gobernable es un país también donde el Presidente de la República tiene una mayoría sólida en el Congreso Nacional que, escuchando a la minoría, avanza en su programa de gobierno aprobando las leyes que se necesitan.