Febrero 9, 2024

Política monetaria y financiera: una mirada para este 2024. Por Patricio Jaramillo

Director de Riesgo Financiero en Deloitte
Canva.

Considerando el aumento en los indicadores de riesgo de crédito del sistema financiero chileno, asociado al empeoramiento de las condiciones financieras de hogares y empresas, débiles perspectivas de actividad para 2024, y un escenario internacional que conlleva riesgos tanto geopolíticos como financieros, dan cuenta nuevamente de un año ajustado para la economía chilena. El accionar de la autoridad será clave.


Qué observar. Tras el registro de IPC de enero —cambio metodológico incluido—, la inflación general se situó en 3.2% y la subyacente en 3%, cerrando así una convergencia rápida a la meta explícita del Banco Central de Chile. Con esto, en sólo 18 meses se pasó de un peak de 14% a un virtual 3% de inflación anual, lo que sin duda abrirá el debate en torno a la magnitud y extensión del ajuste realizado por la autoridad monetaria.

  • En efecto, los prácticamente 11 meses con una tasa de instancia casi tres veces por sobre su nivel neutral, está evidenciado consecuencias y costos para la economía chilena. La reducción de la inflación es la parte positiva del ajuste; los costos en actividad y empleo sería la parte negativa.
  • Así, 2024 será nuevamente un año complejo en términos comunicacionales para el Consejo del instituto emisor, sobre todo cuando se comiencen a observar registros inflacionarios en torno a 2.5%, que ya se obtienen en modelos tradicionales para la curva de Phillips, por los cuestionamientos de un posible sobre ajuste a la economía, voces que ya se han venido escuchando por parte del mercado.

Analizando la cantidad de dinero en la economía chilena (figura 1) se observa que tras el shock de liquidez, asociado a los retiros de fondos previsionales y ayudas gubernamentales, esta estaría por niveles bajo la tendencia que se venían observando previo a la pandemia.

  • Asimismo, las proyecciones de brecha de actividad para el año dan cuenta de un bienio 2024-2025 en valores negativos; es decir, un crecimiento del PIB por bajo sus valores tendenciales.
  • Tercero, considerando la contracción real que aún se observa en la variación en doce meses del crédito bancario (y no bancario), dan cuenta de una necesidad de continuar con la velocidad de ajuste en la TPM como los discutidos en la última Reunión de Política Monetaria, y que la lleven a su valor neutral de 4% en los meses de junio-julio.
  • No es descartable que estos recortes en la tasa de interés sean insuficientes, y cerrando el primer trimestre del año se comiencen a evaluar medidas no convencionales, para impulsar el crédito a través del sistema financiero y con ellos a hogares y empresas.

Figura 1. Dinero M1

  • (millones de dólares nominales)

Fuente: Cálculos Deloitte, en base a Banco Central de Chile.
M1: Circulante (monedas y billetes) + cuentas corrientes y cuentas vistas

Por el lado de la política financiera, también comenzando el año, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) anunció los cargos de requerimientos de capital por pilar 2 (como resultado de su proceso de evaluación supervisora), circunscritos en esta oportunidad a la revisión de metodologías y cómputos por parte de la banca por riesgo de concentración (asociados a exposiciones a clientes individuales, y a sectores económicos), y a la determinación del riesgo de mercado del libro banca, es decir, el riesgo estructural de tasas de interés que está en el núcleo del negocio bancario.

Los adecuados niveles de capital de la industria local, gatilló que dichos cargos sólo implicaran una reducción de holguras respecto a los niveles mínimos regulatorios para los 9 bancos a los que se les aplicó el requerimiento normativo. No obstante, la aplicación full de dichos cargos deja a un par de bancos relevantes de la plaza con necesidades de aumentos de capital en el mediano plazo.

Tabla 1. Holguras de Capital Banca Chilena tras Aplicación Pilar 2 Basilea III

Fuente: Cálculos Deloitte, en base a CMF.
IAC: índice de Adecuación de Capital.
APR: activos ponderados por riesgo

Por el lado de la Reunión de Política Financiera, que realizará el Banco Central en mayo próximo, para decidir sobre el requerimiento de capital contra cíclico (CCyB por sus siglas en inglés), las opciones de política no parecen obvias. En un excelente workshop organizado por la División de Política Financiera del instituto emisor el mes pasado, donde expusieron representantes de los principales organismos internacionales, bancos centrales y académicos, y que contara con la asistencia de representantes de la industria financiera, se concluyeron al menos dos o tres cosas interesantes.

Primero, que en los países desarrollados y que tienen más experiencia aplicando este instrumento de política, se habla de un nivel neutral positivo para el CCyB, en muchos casos en el rango 1-2% de los activos ponderados por riesgo (APRs’). Ello, para aumentar la potencia y efectividad del colchón en momentos de tensión financiera. No es obvio entonces, que el nivel actual de 0.5% se deba mantener en dicho nivel en las próximas reuniones, sobre todo considerando que en varios países, su constitución no fue necesariamente en períodos de crecimiento excesivo del crédito. Habría más consenso que la desactivación del CCyB ocurrirá en períodos contractivos.

En síntesis, considerando el aumento observado en los indicadores de riesgo de crédito del sistema financiero chileno (morosidad, deterioro y castigos), asociado al empeoramiento de las condiciones financieras de hogares y empresas, débiles perspectivas de actividad para 2024, y un escenario internacional que conlleva riesgos tanto geopolíticos como financieros, dan cuenta nuevamente de un año ajustado para la economía chilena. El accionar de la autoridad será clave para sortear un año complejo, y con un nuevo marco de políticas financiera y monetaria para hacer frente a estas potenciales adversidades.

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