Columna de Ana Josefa Silva:
Si Lady Gaga se lleva los créditos protagonizando la última película de Ridley Scott, el apabullante elenco está más que a la altura. Además de La Casa Gucci , les dejo un listado de recomendaciones de películas (y dónde verlas) en las que Adam Driver ha demostrado ser el más talentoso actor de estos últimos años.
También este finde, Disney vuelve ¡con todo! a la cartelera con otro gran título, el que inevitablemente nos recuerda varias de sus premiadas producciones, disponibles en Disney +. Además de un asombroso estreno para su plataforma: The Beatles: Get Back.
La tragedia de la familia que desde los campos de La Toscana llegó a construir un imperio mundial del buen gusto es lo que circula por las pantallas en La Casa Gucci.
Desde el pop a la opereta y a la ópera bufa, derivando al drama sombrío, según se van sucediendo los hechos, Ridley Scott hilvana imágenes cuidadosamente pensadas con una perfecta selección musical.
Y si esta es la tragedia ampliamente difundida por la prensa en 1995, Scott elige su punto de vista (o punto de partida): la historia de amor y desamor de Maurizio Gucci (Adam Driver) y Patrizia Reggiani (Lady Gaga).
Sí. La Casa Gucci podría ser una ópera, filmada exquisitamente, pletórica de detalles en cada imagen y escena: luz, encuadres, diseño, colores.
Solo el destino —por ahí se definen las tragedias— pudo permitir que se encontraran dos seres cuyas líneas de vida iban en paralelo, sin opciones de intersectarse.
En Milán, a mediados de los ’70, Patrizia era una alegre y muy sexy jovencita que se contorneaba provocativa frente al grupo de camioneros de la empresa de su padre, donde trabajaba como contadora en unas modestas oficinas tipo container.
Una noche, una brillante y animada fiesta en un palacio los reúne por casualidad: el ese entonces tímido Maurizio, casi un adolescente tardío buscándose a sí mismo, parece un canario frente a un felino juguetón.
Las diferencias sociales se aparecen cuando él se declara enamorado y llega hasta la mansión de su muy refinado padre, Rodolfo (perfecto Jeremy Irons) a presentarle a su novia.
Una escena deliciosa, como las que abundan en esta película, con diálogos que provocan risas por lo que no se dice y las escuetas, filudas y contenidas frases.
Un elenco ¡apabullante! y de soberbio desempeño va tomando sobre sus hombros un relato que juega con el humor, la sátira, las caracterizaciones pensadamente excesivas y los giros de tono que requiere esta rocambolesca historia.
La solidez de Al Pacino (Aldo Gucci) y un irreconocible Jared Leto (el torpe Paolo, hijo de Aldo) suman con lo mejor de sí mismos. Incluso personajes secundarios están a la altura de las circunstancias.
Pero la verdadera protagonista de este filme coral es Patrizia. Y si Adam Driver vuelve a probar que es uno de los más versátiles actores de esta generación, Lady Gaga debería estar pensando en el Oscar 2022 por este rol.
Ella desarrolla un complejo personaje, una mujer de carácter resuelto y arrollador, que termina tropezándose en sus propios impulsos descontrolados. La joven que era feliz con su familia cede paso al hechizo del poder.
Primeramente es Patrizia quien empuja a un reticente Maurizio a retomar los lazos familiares; lo que ella no puede adivinar, a esas alturas de su historia, es que eso mismo es lo que bifurcará fatalmente sus caminos.
Las imágenes —diseño, vestuario, arte— son elocuentes en general, pero espacialmente en ella: a mayor riqueza, mayor es su vulgaridad.
Hay dos escenas de sexo en esta película, una al comienzo y otra más al final: la misma intensidad erótica, dos estilos contrapuestos.
Y el contraste entre ella y el círculo social del que alguna vez Maurizio se alejó es brutal. Algo que al joven enamorado nunca le había importado.
Pero han sido los hilos que la misma Patrizia ha movido lo que lo ha hecho girar de manera dramática.
Porque tras una serie de audaces acciones, Patrizia, cegada por su desbocada ambición, ha infiltrado en sus vidas, como un veneno, la codicia, en la que termina envolviéndose Maurizio, seducido como nunca antes por el dios dinero.
A estas alturas, la tragedia shakespereana es un camino sin retorno, que convertirá en astillas a la glamorosa familia.
¡Muy entretenida!
LA CASA GUCCI (House of Gucci)
DATOS:
LADY GAGA:
La cantante y compositora fue nominada al Oscar por su rol en Nace una Estrella (2018), dirigida por Bradley Cooper (también coguionista), con quien compartió actuación. Un vital, inteligente y moderno melodrama, filmado con elegancia; desgarrador y sobrio a la vez. Cooper, Lady Gaga y su asombrosa química emocionan hasta los huesos. Este es un relato que exuda humanidad.
(En GooglePlay).
OJO CON ADAM DRIVER Y SU PELÍCULAS:
De entre muchas, les recomiendo:
El Infiltrado de KKklan (2018, Spike Lee), Con John David Washington.
Vale cada minuto de las 2 horas que está en pantalla. Solo Spike Lee podría convertir una denuncia política y social en una comedia. (En Netflix).
La Estafa de los Logan (2017, Steven Soderbergh), con Channing Tatum y Daniel Craig.
El gracioso lado B de los Ocean`s Eleven, una versión country de sus sofisticadas producciones en Las Vegas. (En Amazon Prime Video).
Silencio (2017, Martin Scorsese), con Andrew Garfield y Liam Neeson.
Silencio es una obra mayor, una película que deja demudado al espectador de tanta pregunta incómoda que arroja y que deja rebotando sin responder.
En sus nada complacientes 160 minutos, de los que uno no se puede sustraer, interroga hasta límites impensados y se cuestiona sobre asuntos espirituales que trascienden la fe: la condición humana, nuestros temores y por cierto, el silencio de Dios. (En GooglePlay).
Paterson (2016, Jim Jarmusch).
¡Cómo puede haber tanta emoción, humor, belleza, encanto y hasta sutil suspenso en una película que trata de una semana en la vida de un conductor de bus de una ciudad que es casi un pueblo!
Esto es cine arte. (En filmin.es).
Así como Disney quiso homenajear a México con la amada Coco , ahora, con Encanto posa su cámara, guionistas y dibujantes en Colombia.
Si la primera recogía el que es quizás el más importante rito en tierras aztecas, el Día de los Muertos, Encanto juega como premisa con un elemento que tuvo su partida de nacimiento en Colombia: el realismo mágico.
Tras huir por selvas y ríos, un grupo de campesinos consigue eludir a sus perseguidores armados. Pero el joven marido de Alma no lo logra y ella ha de seguir con sus hijos en brazos, sola. Superando su dolor, ella se convertirá en la gran matriarca de la familia Madrigal.
Entre montañas y cascadas cercanas, gracias a una vela mágica, Alma y su numerosa descendencia fundan un colorido pueblo cubierto de verdor y flores, en cuyo centro está la acogedora casona, que tiene vida propia.
Los Madrigal reciben un don —cada cual el suyo— y están para servir a la comunidad.
Cuando a la pequeña Maribel le llega el momento de recibir el suyo, la magia no funciona.
Ni la niña ni sus padres entienden qué ha sucedido. La abuela Alma se muestra preocupada.
Intentando contener su angustia y la dificultad de ser la “distinta”, Maribel, una chica inteligente y sensible, de pronto descubrirá algo de vital relevancia para la supervivencia del pueblo.
Es ineludible el contrapunto de Encanto con Coco: tanto Colombia como México son países azotados por el narcoterrorismo y la violencia en su variante más cruel. La muy exitosa serie Narcos (Netflix) tiene, precisamente, temporadas dedicadas a uno y otro país.
En ese contexto, no es banal que Disney se ocupe de encontrar para su público, los más pequeños, aquel lado luminoso que también es una realidad en esos países.
Tradiciones muy arraigadas que ponen en valor la familia extendida y las comunidades, sacudiendo el duro estigma.
Es lo que une a estas películas.
Pero hay dos grandes diferencias:
El vallenato, ese contagioso ritmo de Santa Marta, que alguna vez Carlos Vives dio a conocer en Chile en el Festival de Viña, marca una experiencia con un más que interesante desarrollo dramático.
ENCANTO
DATOS:
BONUS TRACK:
Cada cierto tiempo Disney + nos recuerda que no solo es una plataforma para los más chicos de la casa.
Ayer estrenó un asombroso trabajo de Peter Jackson (El Señor de los Anillos):
The Beatles: Get Back.
Con todo lo que se ha capturado de la banda de Liverpool (ellos mismos hicieron películas, cortos, jugaron con lo que tenían a mano) no era esperable dar con un ángulo nuevo y/o material inédito.
Y sí. Resulta ser que esto es un documento único, que rescata un valioso registro, detallista, que pone el foco en conversaciones coloquiales e íntimas que arrojan mucha luz sobre la esencia de ese fenómeno inagotable que es Los Beatles. Esas conversaciones fueron rescatadas gracias al uso e técnicas digitales, “limpiándolas” de otros sonidos.
Jackson trabajó con las grabaciones que hiciera Michael Lindsay-Hogg durante 21 días en 1969, en los que los músicos se encerraron a crear… y repasar su intensa carrera. Con Yoko Ono siempre pegada a Lennon.
Jackson trabajó las 60 horas de imágenes para armar este documental de 7 horas que Disney + ha estado liberando en tres tandas: jueves, viernes y sábado.
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