La columna de Ana Josefa Silva:
El Caso Hartung es la más reciente en incorporarse a Netflix: es también una de las más crudas, a la par que un drama profundamente humano.
La miniserie danesa es un thriller intenso y adictivo que explota con verdades sorprendentes hasta su última escena. Pero mientras mantiene al espectador y a la policía dándose de bruces con macabros hallazgos y rastros, nos ha estado hablando permanentemente de la infancia, de aquella dolorosa, de esa de la que tiene que hacerse cargo el Estado. Y eso, ni en Dinamarca es una buena noticia.
Tanto así que el protagonismo lo comparten Rosa Hartung, Ministra de Asuntos Sociales, y Naia Thulin, una sagaz y perseverante investigadora de la Policía. Ambas tienen en común un origen cuya relevancia apunta al énfasis que hay en la historia (y que se irá despejando a medida que avanza la trama).
Naia ha pedido insistentemente a sus jefes ser trasladada de Departamento porque su trabajo no le deja tiempo libre para compartir con su pequeña hija, quien suele quedar al cuidado de su abuelo.
La Ministra, por su parte, ha sufrido lo peor que puede padecer una madre, un padre: su hija de 12 años lleva casi un año desaparecida y se la ha dado por muerta.
Cuando empieza la serie, que transcurre principalmente en la periferia de Copenhague, con lindas casas rodeadas de bosques, Rosa está retomando su puesto en el Gobierno tras meses dedicada, junto a su marido, a buscar a la chica, y cuidar de su hijo menor.
También conocida como “El Hombre de las Castañas”, el primer episodio arranca con un hecho del pasado, acaecido en una cabaña en un bosque en 1987. Es una secuencia de extrema tensión, muy oscura y muy sangrienta.
En ese prólogo, ya aparecen las figuritas de castañas, una tradición danesa: cuando empieza el otoño, los niños van al bosque, donde se reúnen a confeccionar estos muñecos.
Vueltos a la actualidad, mientras la Ministra regresa al tráfago de la política en la ciudad, Naia, acompañada a pesar suyo del inescrutable Mark Hess, un investigador recién aterrizado en la capital danesa, es enviada a la escena de un brutal crimen.
Lo singular es que junto al cadáver semi mutilado de la víctima, encuentran una figurita de castaña, en la cual, tras pasar por el laboratorio, encontrarán las huellas de la hija desaparecida de la Ministra.
Plagada de giros muy bien pensados, El Caso Hartung sabe, sin embargo, hacer foco en sus personajes para posarse en el duelo y el sufrimiento que cargan, incluso algunos secundarios, como el pequeño hermano de la chica desaparecida.
Hay imágenes rudas y explícitas, pero nunca se abusa de ellas. Más bien contribuyen a construir eficazmente escenas de suspenso.
Lo tenebroso y oscuro se intercala con imágenes y momentos luminosos y cálidos, donde abunda el afecto.
Basada en la novela de Søren Sveistrup, quien fue productor de The Killing.
Adictiva. Muy Buena.
El Caso Hartung
Un cruento asesinato en medio de las nevadas calles de Reijiavik, capital de Islandia, da inicio a Los Asesinatos de Valhalla.
La detective Kata junto con Arnar, un reservado joven policía llegado de Noruega, inician la investigación sin sospechar que a los pocos días se sucederán otros crímenes, destapando crudas situaciones de abusos de menores y una red de corrupción a los más altos niveles.
Un hit en su país, tiene a su favor los bellos parajes en que transcurre: la ciudad de Lappeenranta, a orillas del lago Saimaa, el más grande de la nación, con largos puentes y bosques alrededor, que se nos presentan en todo su esplendor en impresionantes planos cenitales (drones mediante).
Ubicada a unos 30 km de la frontera rusa, y a tan solo 100 kms. de San Petersburgo, resulta ser el pueblo natal de Paullina, mujer del protagonista, Kari Sorjonen, un admirado detective de la Oficina Central de Investigación de Helsinki.
Sorjonen y familia se trasladan a Lappeenranta, en busca de una vida más serena.
Pero el detective no reparó en que las fronteras nunca han sido tranquilas, de manera que no más llegando se ve de cabeza trabajando en un caso de tráfico sexual que involucra a la hija de una letal agente, que ha trabajado infiltrada en la mafia rusa. Caso que, además de dejar un reguero de cadáveres, hace que se asomen ciertas corruptelas e intereses políticos que se interponen con las investigaciones.
El hallazgo del cadáver de una bella mujer, enterrado en una zona boscosa frente a la bahía en Helsinki, da la partida de Karppi , un nordic noir producido por Netflix, que entrecruza asesinatos, historias de abusos, corrupción, luchas de poder, intereses empresariales y temas ecológicos. Todo envuelto en misterios que se irán resolviendo a medida que avanzan los episodios, en una atmósfera desolada.
Sophia Karppi retoma sus funciones en el Departamento de Policía de la capital de Finlandia dos meses después de perder trágicamente a su marido mientras vivían con sus hijos en Hamburgo.
Karppi, una mujer dura, astuta, temeraria pero vulnerable, debe aceptar trabajar con un policía joven, Sakari Nurmi, trasladado desde la Brigada de Delitos Económicos.
Muy buenos personajes e historias secundarias, lo que produce una buena mezcla de misterio policial, acción, dolorosas historias humanas y momentos emotivos.
La serie aborda de manera sensible y verosímil las tragedias que amenazan el mundo adolescente, a través del relato de cómo llegó a producirse una masacre en una escuela, en el curso que estaba a días de su fiesta de graduación.
Perfecta mezcla de suspenso (con giros impactantes), algo de thriller (hay escenas muy fuertes), una parte de tribunales, jueces y abogados, bonitas imágenes (esto es en Suecia cerca del mar y algunas escenas en la Costa Azul).
Pero sobre todo, esta es una muy humana e inteligente mirada sobre las relaciones familiares, lo clave que son en ciertas etapas de la vida; la dificultad de los adultos de relacionarse con los adolescentes y de poner límites y reglas, en una sociedad que está cuestionando fuertemente la autoridad de padres y profesores.
La historia también toca, con sus complejidades, el contraste entre familias muy adineradas y aquellas esforzadas de inmigrantes.
Perdido entre montañas imponentes y mucha nieve está Seyðisfjörður, un pueblito de Islandia que eso sí tiene una bahía por donde el mundo se abre un poco más.
Es febrero y la tormenta blanca amenaza.
Es en ese momento cuando llega un ferry desde Dinamarca. Y junto con ello, la policía descubre en las aguas heladas un cadáver, o más bien, los restos de él: solo el tronco.
Fascinante y adictiva, esta nordic noir tiene como protagonista a Andri, un anti héroe desgarrado, jefe del Departamento de Policía del lugar que, con él, suman tres personas: la jugada y aguda Hinrika y otro hombre ya mayor.
El caso que parecen tener entre manos involucra tráfico y abuso de personas y un lituano mafioso.
Cuando la ventisca blanca y la tormenta se desata ya no hay manera que desde Reikiavik lleguen refuerzos para apoyarlos en la investigación: ni por aire, ni por tierra, ni por mar es posible acceder a Seyðisfjörður.
“Algo malvado vino con la tormenta”, le comentan a Andrei y él replica: “Yo creo que ya estaba aquí”.
Efectivamente. Porque en esta tranquila vecindad, donde todo el mundo se conoce, comienzan a producirse otros crímenes, unos que no es posible achacar a los recién llegados.
“No solo los malos matan”, dice Andri. Y sí, detrás de los tranquilos habitantes, episodio tras episodio vamos descubriendo desdichas, dramas y antiguos cadáveres en el clóset.
“¿Por qué nunca nos damos cuenta cuando somos felices y sí cuando no lo somos?”.
Un espléndido guión en el que entran y salen personajes llenos de dobleces y ambigüedades termina por armar un puzzle en el que cada pieza calza a la perfección.
Y entre el misterio policial, se cuelan esas tristezas guardadas y las miserias personales. También la codicia que dejó esa burbuja económica que viviera Islandia (y que tan bien expone el documental Inside Job).
¡Muy buena!
Un crudo thriller en torno a una red de prostitución de menores y abusos sexuales en Reikiavik, con personajes complejos y de oscuro pasado.
Una joven y talentosa bailarina es encontrada muerta en el Teatro Nacional de Reikiavik, en lo que aparentemente es un suicidio. Pero una detective sospecha que se trata de un homicidio, lo que la pone a ella en el ojo del huracán.
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