La propuesta de las caletas con perspectiva de género destaca la brecha evidente entre la administración actual y sus gobernados. En primer lugar, es importante reconocer que la política pública detallada, que aborda cuestiones históricas encubiertas, es un paso necesario hacia la igualdad de género. Sin embargo, la clave radica en cómo esta política se comunica, aunque el tema es más profundo que eso.
Resulta vital comprender que un gobierno no puede limitarse a abordar una única problemática, como la seguridad, de manera exclusiva. Esto sería reduccionista y, en última instancia, ineficiente. La esencia de un gobierno radica en su capacidad para gestionar diversas cuestiones simultáneamente. Si bien la seguridad es una prioridad, no se puede ignorar la importancia de abordar las desigualdades arraigadas en nuestra sociedad.
Sin embargo, la implementación de políticas eficaces no se trata solo de resolver problemas, sino también de cómo se presenta y comunica la solución a los públicos. Las palabras y conceptos utilizados son más que simples herramientas lingüísticas; son piezas clave para construir la percepción pública.
La generación actual en el poder ha decidido enfrentar las brechas de género de manera directa ¡enhorabuena! Pero así como se busca mejorar la calidad de vida de las mujeres, es imperativo considerar la forma en que estas políticas e ideas son presentadas. En esta línea, no podemos pasar por alto las críticas que ha suscitado el lenguaje utilizado por las actuales autoridades.
Este tema se ha convertido en objeto de innumerables memes e ironías. Las críticas hacia el lenguaje utilizado por las actuales autoridades no deben pasarse por alto.
La comunicación en política no solo es un medio para transmitir información, sino una herramienta poderosa para conectar con la audiencia y fomentar la participación activa. Las políticas deben ser entendibles y presentadas de manera que tenga eco en la diversidad de la sociedad, ahí están al debe.
La actual administración más que adaptarse al país que gobierna, continúa intentando darnos mensajes que con buenas intenciones pero que le son lejanos a una mayoría. Su problemática radica en que son parte de una elite que nos sigue mirando “hacia abajo”, en el fondo falta empatía. Esto tiene como resultado una desafección cada vez mayor.
Las ideas a medida que profundizan brechas, pierden valor, y como tal son objeto de críticas a pesar de lo positivas que pueden resultar. Ya no es una cuestión de estilos, sino de cómo se paran a mirar a sus gobernados. Les queda aún la mitad de la gestión para mejorarlo.
Los cambios recientes en la gobernanza económica estadounidense y las amenazas a la independencia de la FED podrían tener consecuencias estructurales sobre el rol global del dólar.
Para quien carece de escrúpulos (el propio Perón), el peronismo es una comodidad. Pero para quienes tienen culpa, para quienes sufren el virus de la responsabilidad, el peronismo es una incomodidad más. Jorge Bergoglio es el ejemplo mismo de esa incomodidad peronista.
Serán muy altas las exigencias para el liderazgo presidencial en los tiempos que vienen. El mundo se volvió demasiado inestable como consecuencia de la irracionalidad de Trump. No sabemos cuál será el impacto de la guerra comercial, ni qué consecuencias geopolíticas tendrá el quiebre del orden internacional, pero las señales son sombrías, y ello plantea […]
Vienen tiempos difíciles que se pueden superar con realismo y trabajo. Las crisis son oportunidades. Chile en diferentes gobiernos ha sabido aprovecharlas para el bien del país. Ahora hay otra oportunidad.
Al incurrir en acciones como la publicación en contra de Matthei, Boric muestra que definitivamente está muy lejos de estar a la altura de las responsabilidades que le impone su investidura. La última tentación de Boric es hacer prevalecer el fervor del militante por sobre el temple del estadista.