Declive electoral. El domingo pasado, la convencional Marcela Cubillos, figura emblemática de la UDI y representante del distrito 11, dio una entrevista a La Tercera donde develó sus aprehensiones frente a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, inquietudes basadas en los últimos resultados electorales y en la falta de autocrítica de los partidos de su sector tras las sucesivas derrotas.
El relato en jaque. Números fríos que se alimentan negativamente de la pérdida de valor del relato ofrecido por ese partido a la ciudadanía tras el estallido social de 2019.
¿Sichel o Kast?. En ese contexto fue que, quizá queriendo producir un giro vertiginoso para exorcizar ésos y quizá qué otros fantasmas, Cubillos reconoció en la misma entrevista que había votado por Sebastián Sichel en las primarias de su sector. Sin tapujos, asumió haber abandonado a su correligionario Joaquín Lavín en busca de un mejor alero para guarecerse frente a la tormenta electoral que amenaza a la UDI.
El texto fue escrito desde la revancha, y con actitudes seudo autoritarias. Se excluyó a sectores políticos completos del proceso y se adoptaron reglas que no se adoptaría en ninguno de los países de los cuales se ha mencionado que podrían servir de modelo para Chile. Es, para efecto de toda evaluación técnica, un fracaso.
La escuela política de Stingo fueron los matinales. Sin un animador al lado se anima demasiado y cae en el insulto, el desprecio, hablando de “mi platita” como si preocuparse de ello fuera de tonto, o riéndose de la edad de Ricardo Lagos o de la preocupación por la propiedad privada de un poblador de […]
No veo al Presidente como un líder empoderado para manejar una situación política y económica compleja que empeorará. Ni tampoco explicándole a la ciudadanía qué es lo que él quiere y necesita, cuál es su visión para salir del impasse político-económico-social y constitucional, sino más bien evadiendo la realidad, minimizando los errores.
Parece más aconsejable que el gobierno separe su suerte del texto propuesto por la convención, adopte una prudente distancia y analice con pragmatismo “todos los escenarios”, ya que su obligación seguirá siendo gobernar el país y no defraudar las esperanzas de cambio que anidan en la sociedad chilena.
Si vamos a recaudar más, es un imperativo moral asegurar que esos recursos públicos se gasten bien. Para que el gobierno tome en serio el rol del Estado en su lucha contra la desigualdad, debe tener a la vista que los esfuerzos en gastar bien son tres veces más efectivos que los esfuerzos en recaudar […]