Evelyn Matthei, por su desempeño, solvencia y trayectoria, es la antítesis del presidente Boric, algo que no es menor a la hora de enfrentar las elecciones presidenciales. No hay que ser adivino para saber que los ciudadanos están en busca de algo que se parezca lo menos posible a lo que hay.
“Piñerismo sin Piñera”. Las expresiones espontáneas de apoyo, admiración y afecto que se produjeron por parte de la ciudadanía con ocasión del repentino fallecimiento del expresidente Piñera provocaron un terremoto político que descolocó tanto al gobierno como a sus partidarios.
- Inmediatamente emergió con fuerza el “piñerismo sin Piñera” que -invocando su “legado”- comenzó a trabajar por la unidad de toda la derecha.
- La derrota sufrida en el segundo plebiscito constitucional dejó a la derecha en un mal pie; y la pérdida de Piñera, el único líder que había sido capaz de llevarlos a La Moneda dos veces agravó la situación.
- Pero ahora tienen un nuevo relato basado en su “legado” fruto de dos gobiernos “exitosos y llenos de realizaciones”. Un “icono” que encarna la visión de una derecha moderna y que, como quedó al descubierto tras la tragedia de su muerte, gozaba de gran popularidad.
- El vacío que dejó Piñera fue rápidamente llenado por Evelyn Matthei, que hace rato que viene apareciendo como la política mejor evaluada del país. Eso la convirtió ipso facto en la heredera natural del expresidente y virtual candidata presidencial.
- Evelyn Matthei es una política resiliente, capaz, preparada, experimentada, que maneja los temas. Que se destacó como dirigente, parlamentaria, ministra y ahora por su excelente gestión como alcaldesa de la comuna de Providencia.
- Evelyn es, desde un punto de vista de su desempeño, solvencia y trayectoria, la antítesis del presidente Boric, algo que no es menor a la hora de enfrentar las elecciones presidenciales. No hay que ser adivino para saber que los ciudadanos están en busca de algo que se parezca lo menos posible a lo que hay.
Una historia de resiliencia. Además es mujer lo que le restaría capacidad de maniobra a una eventual candidatura de Michelle Bachelet frente al electorado femenino.
- Hubo un momento en su carrera política en que fue condenada al ostracismo como consecuencia del denominado “Piñeragate” en el cual el empresario Ricardo Claro irrumpió, cual patrón de fundo, en un programa de televisión que se transmitía en un canal de su propiedad.
- Allí, en vivo y en directo reprodujo una grabación ilegal en la que Piñera conspiraba con un amigo para perjudicar políticamente (a su amiga) Matthei que en ese momento competía con él por la candidatura presidencial del sector. Tras una investigación, Matthei terminó reconociendo que ella había participado en la obtención de la grabación.
- Pese a ser diputada por Las Condes su partido, Renovación Nacional le quitó el cupo por lo que ella se fue a la UDI que le ofreció ir por San Antonio, un distrito tóxico en el que, según los expertos electorales, era imposible ganar. Pero no para Evelyn Matthei que, con el triunfo bajo el brazo, resucitó como el ave fénix.
- Matthei nunca ha perdido una elección, salvo cuando la mandaron al “matadero” a competir con Michelle Bachelet a última hora, en la segunda vuelta tras el intempestivo retiro de Pablo Longueira por motivos de salud. Con lo que también demostró ser una “soldada” de la causa dispuesta a ir al sacrificio.
Matthei versus Kast. Evelyn Matthei es junto a Michelle Bachelet la” lideresa” (la RAE no acepta esta palabra) más destacada del país; y no se puede descartar que ambas terminen compitiendo en la segunda vuelta, pero esta vez de verdad, y en igualdad de condiciones.
- Sin embargo, la última palabra no está dicha. Matthei tiene un largo y sinuoso camino por recorrer. La política es una actividad entrópica y bastante auto destructiva. Hoy el panorama es auspicioso y todo indica que, salvo autogoles o errores no forzados, que nunca se pueden descartar, la oposición está bien aspectada para reconquistar La Moneda.
- Su candidatura parece un hecho consumado. Pero también lo era la de Joaquín Lavín hasta que apareció Sebastián Sichel que contra todo pronóstico lo derrotó.
- José Antonio Kast será su principal dolor de cabeza. Peor aún, a diferencia de Lavín, Kast no irá a ninguna primaria y enfrentará a Matthei en la primera vuelta porque tiene un proyecto ideológico conservador alternativo.
- Sería un grave error subestimarlo. Ha demostrado tener la perseverancia de un “pastor” evangelizador inmutable a los cálculos político-electorales. Como quedó claro en el Consejo Constitucional donde no estuvo disponible para hacer ninguna concesión.
- Pienso que eso de la unidad de la derecha bajo el paraguas del “piñerismo” no es más que una ilusión óptica que con el correr del tiempo se desvanecerá como elemento aglutinador. Desde luego los republicanos están totalmente al margen de esa dinámica.
Una derecha distinta. Para pasar a segunda vuelta los votos de Chile Vamos no alcanzan con Kast corriendo por fuera. Matthei necesita del centro progresista, de aquellos que votaron por el rechazo en el primer plebiscito algunos de los cuales, la minoría diría yo, están en Demócratas y Amarillos.
- Tiene que encarnar una derecha distinta, más liberal y progresista sin alienar significativamente a la más tradicional. Ello requiere una coalición más amplia y diversa, lo que no es fácil de hacer. La derecha siempre ha sido sectaria y hegemónica. A diferencia de la izquierda, no tiene cultura de pactar, en relativa igualdad de condiciones, con quienes no piensan como ella.
- Evelyn Matthei esta muy bien posicionada para lograrlo. Al igual que Piñera, posee un talante liberal, un ethos más progresista que le ha dado dividendos en Providencia donde muchas personas de izquierda votan por ella.
- Como dice una vecina de Providencia, militante de izquierda de toda una vida, Evelyn “es demócrata y flexible para ir reconociendo los cambios con criterio y eficiencia, sabe ahorrar y mantener la casa linda. Es amable pero enérgica, reconoce los méritos de los adversarios y los aprovecha”.
- Pero no tiene un liderazgo natural en RN ni el la UDI. En eso su situación es muy distinta a la del expresidente, que tenía total autonomía económica, una tremenda infraestructura propia que lo hacía menos dependiente y más influyente en las cúpulas partidistas.
- Hasta ahora Matthei se ha beneficiado de su condición de super-alcaldesa alejada de la chimuchina de la política que la ciudadanía detesta. En su territorio las cosas están relativamente bien.
- Pero este “recreo” se terminará en el instante mismo en que anuncie que no ira a la reelección. Se verá forzosamente involucrada en la parte más fea y sucia de la política: Las “repartija” de los cupos, los pactos, la estructuración de las alianzas en que se apoyaría su candidatura presidencial. Un “vía crusis” que sin duda influirá en la percepción que la ciudadanía tiene de ella.
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