Chai Editora –que tiene un catálogo sublime, muy finamente seleccionado– publica esta vez un particular libro de Peter Orner, ¿HAY ALGUIEN AHÍ?
- Este título, que podría dar origen a una novela de espíritus, contiene una selección de escritos sobre el leer que recoge la experiencia del lector avezado que lucha contra su biblioteca, la real y la de su memoria, estableciendo un diálogo ingenioso y emotivo.
- “Voy a estar muerto antes de que pueda leer un cuarto de los libros guardados aquí abajo”, dice mirando su bodega donde ya no cabe nada más. Vemos cómo cada lector lucha contra sus libros, sabiendo que sacrificará un tiempo hermoso en no alcanzar jamás el total, luchando por seleccionar los más bellos.
- Desde Borges y Rulfo hasta Salinger, Eudora Welty (a quien dan ganas de leer de inmediato), Isaac Bábel (de quien Páginas de Espuma publicará pronto sus obras completas), Virginia Woolf y algún descubrimiento, Peter Orner es capaz de páginas espléndidas y reflexiones agudas y también dulces.
- Es un adicto.
- “Me levanto para leer y duermo para levantarme por la mañana y leer un poco más”. Convencido que leer ayuda a escribir inicia su ascenso por la montaña de títulos que es una biblioteca. “Ni los trece tomos de Chéjov me ayudarían a escribir una oración que se sienta viva en la página. Eso viene de otra parte, de algún lugar allá afuera en el mundo, donde las madres mueren en accidentes y sus hijas esconden la tristeza”.
- Todo ese ir y venir entre libros rodea el duelo por la muerte de su padre hasta llegar a lo que él llama “versión definitiva”: “Nunca nos conocimos bien, mi padre y yo (…) Pasó un año y todavía estoy tratando de distanciarme de la muerte de mi padre”.
- Leer se convierte en un hábito de vida, una pasión, un quehacer que cruza desde lo doméstico hasta lo extraordinario y que se cruza con lo biográfico, con muchos instantes que son verdaderas iluminaciones.
- Entre otras reflexiones pone sobre la mesa el poder de generar imágenes de autores consagrados como John Updike y Norman Mailer y tras interrogar al lector, hace claudicar a estos popes ante la escritura premiada y silenciosa de Gina Berriault, fallecida en California en 1999.
Mi biblioteca, que también contiene un imposible, que también en algunos sectores parece una bodega, me permite encontrarme con un volumen de cuentos de Gina Berriault: MUJERES EN LA CAMA.
- ¿Cómo llegó a mis manos? ¿Un regalo? No, nadie regala libros a un bibliófilo compulsivo ¿Una recomendación? Tal vez la incombustible María José Navia, incansable en su trabajo en redes ¿Una compra impulsiva? Muy probable. El volumen es hermoso y me retrotrae a algún viaje, alguna librería, no sé si chilena o extranjera, donde leyendo al azar seleccioné títulos para el sobrepeso del lector voraz, nunca satisfecho.
- Empujado por Peter Orner tomo MUJERES EN LA CAMA en la bella edición de Jüs y descubro dichoso que Orner tiene toda la razón, que la vibración maravillosa de los relatos de Gina Berriault es muy superior a la narrativa de Updike y Mailer.
- Uno de los relatos (son tan buenos todos) sucede en una biblioteca: “El bibliotecario Alberto Pereda no daba ninguna credibilidad a los perfiles policiales de las personas peligrosas: a lo largo de los siglos los escritores han tenido fama de no servir para nada y a menudo los han confundido con asesinos, contrabandistas y fugitivos de la justicia: delincuentes de todo tipo”, cuenta en “¿Alguien puede decirme quién soy?”.
- Sí, hay libros y lectores en ese volumen de cuentos, pero también hay pasiones y sufrimiento. Hay una prosa privilegiada que convierte al lector en un privilegiado. Me pregunto hace cuánto tiempo no leía un libro de cuentos tan potente. Y leo mucho.
- “Nunca, en toda mi vida, he reflexionado sobre la Vida tan seriamente como esa gente que escribe libros sobre ella. Lo saben todo, escriben mil páginas o lo condesan en cuatro versos de un poema. Así solía sentirme cuando era joven: sentía que tenía muchas cosas que decir (…) lo que los demás tenían que decir era tan complicado que yo me sentía como una simplona. Peor aún, como una entrometida, así que he leído unas pocas cosas en mi vida” escribe en “El diario de K.W.”, un texto bello si los hay.
- Tal como asegura Peter Orner, es una escritora superior Gina Berriault y por eso MUJERES EN LA CAMA tiene un palmarés más que distinguido: National Book Award, Pen Faulkner y el Rea Award for Short Stories.
- Libros sobre lectores que, de cualquier manera, son personas comunes y corrientes acostumbradas a espiar vidas ajenas por el ojo de la cerradura que es un libro.