Chile y el fin de la historia. Por Cristóbal Bellolio

Ex-Ante

Es normal que uno se enamore de sus propios diagnósticos. Es normal que nadie quiera nadar contra la corriente. Es normal subirse al carro de la victoria, ver tus cartas y subir la apuesta. Pero quizás deberíamos ir aprendiendo en Chile que todos estos juicios epocales concluyentes son frágiles, no envejecen tan bien, y que la vida política es demasiado impredecible como para andar decretando el fin de la historia a cada vuelta de mano.  Esta vez la tesis del fin de la historia viene de la derecha.


Se ha convertido en un lugar común vilipendiar la tesis del “fin de la historia” del politólogo Francis Fukuyama, dado que el modelo de democracia liberal capitalista que emerge victorioso y sin rivales de la Guerra Fría, desde hace rato viene enfrentando tensiones y dificultades que recomiendan prudencia y escepticismo: la evolución histórica no es tan linear ni progresiva como aparentaba, viejos y nuevos fantasmas han salido al camino, mejor abstenerse de juicios concluyentes.

El viejo Fukuyama defendió su tesis de inspiración hegeliana, precisando que la democracia occidental se transformó a finales del siglo pasado en algo así como una aspiración hegemónica global, y que en cierto sentido sigue siéndolo, más allá de los problemas y obstáculos que luego aparecieron, desde el fundamentalismo religioso a las crisis económicas, desde la ola populista autoritaria hasta la amenaza climática.

Como fuere, la idea del fin de la historia sirvió para etiquetar todas las grandes declaraciones epocales. En los últimos lustros, Chile se ha poblado de grandes declaraciones epocales. Políticos e intelectuales leen el escenario y sacan conclusiones resonantes respecto del ánimo colectivo y el rumbo de la nación, que parece cambiar con la radicalidad de las revoluciones científicas Kuhnianas.

Partamos por el 2011, cuando las masivas movilizaciones estudiantiles articularon una crítica ideológica central contra el modelo chileno. Hay ciertos bienes, dijeron, que no deben estar sometidos al mercado, sino que deben ser ofrecidos con criterios universales porque en allí se juega el estatus de igual ciudadanía. La educación fue el ejemplo primario. El entonces presidente Piñera, que nunca se tomó en serio el asunto del relato político, no tuvo herramientas para contratacar. Los jóvenes escribieron la partitura y Michelle Bachelet regresaba de Nueva York para oficiar de intérprete. Ganó caminando, e incluso obtuvo una inédita mayoría parlamentaria.

Los tesistas del fin de la historia sostuvieron que ya nada detendría la caída del neoliberalismo.

Y sin embargo, no cayó. A medio camino, la cosa se enredó. Se sacaron algunas reformas adelante, pero muy poco para hablar de giro copernicano. Entonces volvió Piñera. Su triunfo en segunda vuelta fue tan holgado que su entorno también se envalentonó: los chilenos no quieren abandonar este modelo que tanta prosperidad ha entregado, por el contrario, quieren más leños en la locomotora de la economía para que sigamos creciendo. Más centros comerciales, más particulares subvencionados, más derecho a elegir. Con ese diagnóstico monolítico, prácticamente sin grietas ni bemoles, alistaron al gabinete más derechista que pudo concebirse.

Hasta que llegó octubre de 2019. De pronto, las profecías tectónicas parecían hacerse realidad: los chilenos derrumbaban a martillazos el modelo. Se impuso una lectura única que tuvo poca paciencia con los disidentes. Los defensores de los 30 años hablaban bajito. ¿Quién podía oponerse al curso avasallador de la historia? Incluso en medio de una crisis sanitaria, despachamos rapidito la cuestión constitucional: resultaba obvio que el problema era estructural y que había que sustituir no solo nuestra organización política, sino quizás nuestro estilo de vida. Más de algún dirigente sostuvo que todas las fuerzas del Apruebo (de entrada) tenían que competir unidas en la elección de constituyentes, dando por hecho un diagnóstico y sensibilidad ideológica compartida. Aunque era evidente que en ese 80% confluían mundos e intereses muy distintos, ahí estaba otra vez la tentación del fin de la historia.

Hasta el plebiscito de salida, cuando se impusieron las fuerzas del Rechazo (de salida), y proliferan los comentaristas hablando de teoría pendular, regresión autoritaria, restauración conservadora, etcétera. Por poco, el PC no musicaliza su franja con Los Quincheros. Pasamos de querer quemarlo todo por la injusticia de las elites, a estar dispuestos a sacrificar libertades básicas y relajar la protección de los DDHH con tal que las policías se sientan seguras. Esta vez la tesis del fin de la historia viene de desde la derecha, y quienes se le oponen salen trasquilados.

Es normal que uno se enamore de sus propios diagnósticos. Es normal que nadie quiera nadar contra la corriente. Es normal subirse al carro de la victoria, ver tus cartas y subir la apuesta. Pero quizás deberíamos ir aprendiendo en Chile que todos estos juicios epocales concluyentes son frágiles, no envejecen tan bien, y que la vida política es demasiado impredecible como para andar decretando el fin de la historia a cada vuelta de mano.

Para seguir leyendo columnas de Ex-Ante, clic aquí.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Ex-Ante (@exantecl)

Publicaciones relacionadas

Socio de Barros & Errázuriz Abogados.

Abril 25, 2024

Paguen mejor… (aunque no generemos condiciones). Por Juan Cristóbal Iturrate

Cedida.

Es importante que las autoridades, especialmente en épocas pre electorales, no solo se encuentren prestas a instar a las empresas a “pagar mejor”, sino que también otorguen las condiciones necesarias para que la economía vuelva a una situación de crecimiento.

Profesor Universidad de Chile, PUC y ex presidente de Codelco

Abril 24, 2024

Gracias Nico Grau. Por Marcos Lima

Presidente Gabriel Boric junto a las ministra Aurora Willians y Leopoldo Reyes de Cesco.

Aunque no ha habido una explicación oficial (por la ausencia de Codelco en la Cena de CESCO), podemos imaginar que ello se debe a la molestia de la compañía provocada por un informe de CESCO de agosto del año pasado en que se menciona: “los niveles de deuda pueden llegar a niveles tan altos, que […]

Abogado

Abril 24, 2024

La Reforma al Código de Aguas más rápida de la historia de Chile. Por Santiago Acevedo Ferrer

Por el bien de los usuarios de las aguas y de los millones de chilenos que beben, se alimentan y energizan con ellas, hacemos un llamado al Senado para que rechace este proyecto veloz, escueto y ambiguo, que despoja a la mayoría de los actores del agua de la facultad legal de distribuirla en contextos […]

Coordinador Académico Escuela de Gobierno, Instituto UNAB de Políticas Públicas

Abril 24, 2024

Ley de 40 horas: Cuando el Estado llega tarde. Por Ricardo Bahamondes

Crédito: Agencia Uno.

Transcurrido casi un año de esa norma, la Dirección de Trabajo ha emitido dictámenes en los cuales se ha pronunciado respecto a cómo interpretar el cómputo de reducción de horas, el alcance del nuevo artículo 22 (excepciones a la jornada ordinaria) y en general, en cómo aplicar e interpretar la ley. Este impulso, a pocos […]

Director de Criteria

Abril 21, 2024

Encuesta Bicentenario UC: lecciones para la derecha. Por Cristián Valdivieso

Imagen: Agencia Uno.

Los chilenos no están anhelando la llegada de la actual oposición al gobierno. Lo que los chilenos buscan es más autoridad, firmeza e incluso autoritarismo ante lo que se vive como una crisis de inseguridad pública y de descrédito de la política. Una suerte de Bukele criollo si se quiere, el que, dicho sea de […]