-Estás participado en las negociaciones como presidente de Amarillos. ¿Te gustaría que se sumara la centro izquierda?
-Hoy día hay un equipo técnico que está trabajando fundamentalmente con Chile Vamos y Republicanos. Nosotros estamos esperando que la gente del gobierno se allane a pensar, a conversar, a poner sus equipos técnicos, a trabajar para ver cuáles son las trabas.
Y no olvidarse de cumplir la palabra empeñada. El 12 de diciembre del año pasado, todos los partidos con representación parlamentaria firmamos un acuerdo para una nueva Constitución, lo que se llamó el Acuerdo por Chile.
-¿No observas una posición constructiva en el oficialismo?
-Yo estoy esperando que también cumplan su palabra, pero lo que yo he visto es que efectivamente hoy día están amurrados, por decirlo de alguna forma. El proceso electoral tuvo como resultado que los republicanos y la centroderecha sacaran una mayoría importante. Pero esas son las reglas del juego que pusimos. Fuimos nosotros los que dijimos que queríamos los expertos. Se nos dijo de todo, sobre todo de sectores de izquierda populista radical. Y ahora, efectivamente, ellos quisieran que solamente hubiéramos tenido expertos.
-¿El gobierno también está amurrado?
-Yo hablo de los partidos de gobierno. Están amurrados, porque aquí lo que tenemos es un compromiso con Chile, con la historia. Estamos en un momento histórico. Nadie invierte en un país donde hay una discusión constitucional abierta, nadie invierte en litio, hidrógeno verde, la minería, la agricultura. Pero tenemos que resolver este tema y luego de eso nos dedicamos a los problemas que hoy día también nos aprietan el zapato, como el tema de la delincuencia, el terrorismo en La Araucanía. Todos esos temas que hoy día también comprimen la agenda. Pero tenemos que comprometernos a resolver el tema constitucional, porque yo siento que no hay compromiso respecto a esto.
-¿Cuáles serían los aspectos que harían que Amarillos votara a favor?
-No vamos a entregar un cheque en blanco a nadie, nosotros estamos tratando que este proceso salga bien. Para que efectivamente invitemos a la población a votar por una nueva y buena Constitución. No tenemos actores adentro, entonces tenemos que influir desde afuera y creo que se nos ha escuchado. Fundamentalmente por un concepto llamado moralidad política.
-¿En qué sentido?
-Nosotros tenemos moralidad política porque fuimos contra una parte importante de nuestro propio sector, contra el socialismo democrático; por valentía política dijimos que íbamos a rechazar el proyecto constitucional anterior, que era muy malo. Eso nos permite hoy a nosotros decir: los que ganaron ahora tienen que también ser magnánimos para que sea una Constitución lo más amplia posible, pero una buena constitución.
Dicho eso, nosotros hemos conversado estos días, hemos generado estos espacios de diálogo. Y se están produciendo. Hoy día tenemos grupos técnicos trabajando desde hace más de una semana y avanzando, pero no está llegando la gente vinculada al gobierno.
-¿Te han invitado?
-Yo me he juntado con la presidenta Partido Socialista y tiene una buena disposición, pero ellos tienen que acercarse. El Frente Amplio tiene que hacer lo mismo. La política es conversar. Eso es hacer política, no andarse amurrando ni pateando los muebles, porque los otros tienen más votos.
Entonces ahora hagamos un esfuerzo. Nosotros tenemos que obligar naturalmente a la centroderecha, a la derecha, a que se abra y que aproveche esta oportunidad la izquierda. Eso es lo que estamos haciendo, pero no nos queda mucho tiempo. Ahora es el turno de la centro izquierda, que entre y que entienda que aquí los gustos personales no sirven, porque el diálogo hay que hacerlo por el país.
-¿Pero han invitado al oficialismo a participar de las conversaciones?
-Absolutamente, yo estuve con la presidenta de los expertos (Verónica Undurraga, cupo PPD)… No me he reunido con el presidente del PPD, espero reunirme en algún minuto. Pero perfectamente podrían ellos mismos generar sus espacios. Y con nosotros. En Amarillos tenemos a Zarko Luksic y Gonzalo García trabajando en esto con los expertos de los otros partidos. Bueno, que los expertos de ellos también lo hagan. Y ellos tienen.
Yo por eso hice un llamado a Álvaro Elizalde a que ponga su capital político. No olvidemos que Elizalde firmó esto como presidente del Senado; en su momento lo hizo Vlado Mirosevic. Y hoy día están absolutamente a ajenos del proceso, me parece que no corresponde porque estamos hablando de la Constitución. No da lo mismo si se aprueba o no.
-¿Cuáles son los puntos de discordia que avizoras?
-Yo creo que no son muchos porque tenemos los 12 bordes que rayan la cancha, para efectos de lo que no se puede hacer. Eso ya es muy potente. Son cuestiones que cada uno tendrá que analizar, pero para eso hay que sentarse a la mesa. Hay un equipo técnico, no me voy a meter en eso ahora.
-¿Te preocupa que si gana el apruebo Kast va a ser beneficiado políticamente?
-No, no. Nosotros estamos en la política grande. Por eso fundamos un partido. Si no, nos hubiéramos quedado donde estábamos. Nosotros tenemos una cita con la historia. Hay que entender que este es un país donde algunos tuvieron una cita con la historia, tomaron buenas decisiones por Chile y otros no fueron capaces.
Preocuparse de las próximas elecciones municipales, las parlamentarias, es política chica. A nosotros, por ejemplo, no nos va a favorecer la norma del 5%. ¿Nos hemos opuesto? No. Porque creemos que le hace bien al país. Porque así se va a terminar con la fragmentación del sistema de partidos.
-Con esa ley del 5%, ¿Amarillos podría desaparecer?
-Vamos a ver si somos capaces de convencer a la gente. La vida es como es: nosotros lo hacemos primero por el país, después pensamos en nosotros. Chile, cuando pensó la política en grande, el tiempo de Patricio Aylwin, Frei Ruiz-Tagle, Lagos, avanzó como ninguno y como nunca en la historia.
En diez años duplicamos nuestro Producto Interno Bruto. Fue cuando los políticos eran grandes. Esa es nuestra horma. Si quiere seguir con la chapucería, siga, pero al final eso lo único que hace es desgastar la política, desgastar el sistema. Y eso es lo que no queremos y por eso nos estamos jugando, para que haya una buena Constitución, porque además nos comprometimos a eso.
-¿Qué te parece esta idea de usar leyes de quórum reforzado?
-Esa idea es nuestra y creo que es muy buena. En el fondo, todo no puede caber en la Constitución. Se pueden establecer materias en leyes con un quórum más alto. Es un asunto que tenemos que discutir. Pero la pusimos sobre la mesa. Lo peor es enamorarse cada uno de su idea y yo siento que algunos se enamoran de sus ideas tanto en la derecha como en la izquierda y eso no permite avanzar.
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