Nuevo status quo. Entre aplausos estruendosos, se aprobó la llamada ley Nain Retamal que endurece penas a quienes ataquen a Carabineros y crea la “legítima defensa privilegiada” A varios dichos aplausos, con una ley aprobada de manera rápida recordó la escena del episodio III de la Guerra de las Galaxias, donde Palpatine obtiene poderes extraordinarios para enfrentar el caos de la galaxia.
Los errores del gobierno. Cabe preguntarse cómo ha actuado el gobierno ante este movimiento pendular que ha tomado la política chilena .Más allá de borrar tweets o pedir disculpas por frases dichas cuando el calor de la opinión pública estaba por la revuelta, cabe pensar que responsabilidad le cabe en esta nueva situación.
Enfriar el debate. Por ahora, aunque implique pérdidas, la tarea es lograr enfriar el debate y legislar un tema delicado con calma. No es sencillo, pues cualquier demora será utilizada por la oposición para decir que el gobierno no está cumpliendo con su palabra de apoyar a Carabineros en un mal momento.
Participar en espacios dominados por regímenes autoritarios no amplía nuestra autonomía; la compromete. Cada cumbre a la que asiste Chile sin objeciones equivale a un aval tácito a agendas que contradicen nuestros intereses.
Si la campaña de Jeannette Jara consigue desplazar los ejes de la elección desde la disyuntiva gobierno vs oposición e izquierda vs derecha a los de pueblo vs elite, defensa de la gente común vs defensa de los poderosos y empatía vs distancia, se le abrirá una posibilidad de contrariar la constante de la alternancia […]
La solución para el problema del acceso a la vivienda pasa por aumentar la oferta total de propiedades y potenciar diversos mecanismos de acceso incluyendo los programas de apoyo público– tanto para la compra como el arriendo. Fijar precios es una propuesta con buenas intenciones, pero con malos resultados.
La oposición se encuentra atrapada en un verdadero dilema del prisionero: cooperar es lo mejor para el sector, pero no para los candidatos individualmente. Resolver ese dilema no solo aclararía el panorama del sector, sino que también despejaría varias dudas respecto de la elegibilidad de Jara.
La dilación en la tramitación de esta norma relativa a las multas por no sufragar no parece ser torpeza ni negligencia. Huele a cálculo. Y lo inquietante no es solo la triquiñuela jurídica, sino la vocación que la anima: una política dispuesta a renunciar a sus principios —como el voto obligatorio o el sufragio extranjero— […]