Las cifras macroeconómicas y financieras de Chile son el resultado de un tren de engranajes donde sólo una pieza defectuosa – por pequeña que sea – puede detener este virtuoso sistema. Las ruedas dentadas van desde el Banco Central, la billetera fiscal, los hogares, las empresas, el sistema financiero, entre muchos otros. Ponernos de acuerdo sobre cuáles son las ruedas conductoras y cuáles son las conducidas es una discusión filosófica que se las dejaremos a John Maynard Keynes y Friedrich Hayek en el más allá.
No obstante, en este sistema hay tres tiempos verbales que localmente son interesantes de juzgar.
El pasado: Es necesario reconocer que el sistema ha funcionado. Si bien, lleva una década con una velocidad de transmisión extremadamente lenta, ha logrado moverse. En efecto, el Informe de Política Monetaria (IPoM) publicado este miércoles 4 de abril destaca que la inflación tuvo un rápido descenso desde los máximos de 14,1% en agosto de 2022. Esto, se dio gracias a una política monetaria oportuna y profundamente contractiva del Banco Central de Chile (BCCh), así como por el trabajo del Ministerio de Hacienda al ajustar el gasto interno y, en general, al tren de engranajes completo, ya que se exhibió una reducción de la brecha de actividad. Esto último entendido como la diferencia entre el nivel de PIB efectivo y potencial, lo que corresponde al nivel de actividad coherente con la estabilidad de la inflación.
Todo lo anterior, aportó a resolver los grandes desequilibrios macroeconómicos provocados por el enjambre de desastres ocurridos en años previos (Estallido social, pandemia, retiros, etc). No obstante, el engranaje quedó con evidente desgaste en el consumo privado y signos de corrosión en al menos un par de ruedas, como por ejemplo en la de Formación Bruta de Capital Fijo, en otras palabras, cuando se invierte en Construcción y otras obras, así como en maquinaria y equipos.
El presente: El escenario económico planteado en el último IPoM es significativamente distinto al esbozado en diciembre recién pasado. La publicación se hace cargo de las primeras cifras del 2024, es decir, de la diferencia entre lo proyectado y la realidad tanto en el IMACEC como en el IPC. Este último afectado entre otras cosas, por la dentadura de la rueda del tipo de cambio, la cual ha sufrido una continua y exagerada deformación al alcanzar niveles de 991 en 2024.
El futuro: El IPoM expone un 2024 con una inflación y crecimiento superiores a los proyectados en diciembre de 2023. Lo anterior, confluye en un corredor de Tasa de Política Monetaria (TPM) notoriamente diferente a lo trazado en diciembre pasado. Se observa un corredor más angosto y con un borde inferior visiblemente desplazado hacia arriba. El nuevo escenario, ayuda a lubricar el proceso de apreciación del peso, bueno, siempre y cuando se cumplan los movimientos añorados por todos los analistas en la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), es decir, una primera rebaja de la tasa de instancia en junio – algo cada vez menos probable-.
Con todo, el aumento del borde inferior del corredor augura la mantención en niveles altos de las tasas cortas, lo que repercute en los créditos en menores plazos, es decir, el costo del dinero seguirá elevado en su línea de crédito, tarjetas, colocaciones de consumo y créditos a empresas. En el escenario internacional, se incrementan las proyecciones de crecimiento en todo el orbe para los próximos 3 años. Ergo, aumentan las estimaciones para el precio de las materias primas entre los años 2024 y 2026.
En conclusión, el futuro que dibuja el Banco Central de Chile tanto para el mundo como para Chile en este IPoM es bastante más optimista que el que nos presentó en ocasiones anteriores. Y como personalmente tengo un gran respeto y estima por los extraordinarios economistas y expertos en finanzas del instituto emisor, tiendo a creer que –con un plan real, efectivo y eficiente de reactivación económica por parte de Hacienda– esta economía tendría la capacidad de transmitir la potencia mecánica y aumentar las revoluciones por minuto, lo que al final de cuentas, mejora la calidad de vida de todos en Chile.
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