Más allá del “coqueteo” tuitero entre Elon Musk y Javier Milei, lo que está detrás es lo importante: un presidente proactivo que está dispuesto a jugársela en lo personal por atraer inversiones y crear un ambiente procrecimiento. Aquí necesitamos lo mismo: que Gabriel Boric asuma el liderazgo y convoque a los mayores inversionistas del planeta para que desde Chile seamos capaces de salvar al mundo del calentamiento global mandándole todo el cobre, todo el litio y todo el hidrógeno verde que podamos, y lo antes posible.
1. “Coqueteo” tuitero. El intercambio a través de la red social X (ex Twitter) entre Elon Musk, que es a su vez el propietario de esa red, y el presidente electo de argentina, Javier Milei, ha llamado la atención. Cuando Milei ganó la elección, Musk escribió: “la prosperidad está por llegar a Argentina”.
2. ¿Por qué es importante? No se trata solo del intercambio tuitero entre dos personajes excéntricos, especiales y muy exitosos, cada uno en su área (la empresa y la política). Aquí lo relevante es entender lo que está en el trasfondo de la conversación.
3. La carrera por el litio. Pero además Musk y Milei tienen otro interés común, y eso si que nos debe preocupar también a nosotros. Musk ve debajo del agua y ya debe estar pensando en su próxima jugada. Tesla y los autos eléctricos necesitan litio para sus baterías, y Argentina, que junto a Chile y Bolivia forman parte del llamado “triángulo del litio”, lo que requiere es precisamente inversión para extraer ese litio y transformar esa riqueza minera en dinero para los argentinos. Y especialmente en momentos en que el precio del litio sigue siendo muy bueno.
4. Un presidente proactivo. Pero más al fondo aún, cuando Milei tuitea “tenemos que hablar, Elon”, lo que se percibe es un presidente proactivo, preocupado de atraer inversiones, y dispuesto a sentarse rápido con el hombre más rico del mundo para concretar negocios que sean buenos para su país. Eso es lo que echamos de menos en el presidente Boric. “Come to Chile first, Elon”, debería escribirle.
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