Quién es Carlos Aravena, el CEO de la app de idiomas Políglota, su fracaso personal en Nueva York y la inversión de Harvard

El cofundador de la plataforma para aprender nuevas lenguas cuenta que junto a su socio Juan Manuel Sánchez, querían armar una comunidad -similar a una red social- de intercambio de idiomas gratuita, juntando a personas en bares para conversar.

Quién es. Carlos Aravena (38 años) es casado y tiene dos hijos. Estudió cuatro años de agronomía en la Universidad Católica de Chile, pero no terminó la carrera. Ha cursado programas en distintos institutos. Por ejemplo, uno de liderazgo en innovación en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Respecto a su trayectoria profesional, Carlos comenzó fundando una agencia de turismo llamada Detour. Luego, creó una organización que realiza sesiones de coaching y una plataforma de participación ciudadana.

• Pero también creó una central de clases particulares para niños llamada Superpromedio. Ahí es cuando empieza Políglota.
• Carlos hacía tandem (intercambio de idiomas con alumnos que venían del extranjero) cuando estaba en la universidad, por lo que vio una oportunidad. Él cree que la mejor forma de aprender un idioma es a través de la interacción.
• Junto a su socio Juan Manuel Sánchez querían armar una comunidad -similar a una red social- de intercambio de idiomas gratuita, juntando a personas en bares para conversar. Ahí nació Políglota.
• A través de un grupo en Facebook, coordinaban -por medio de voluntarios- las reuniones. La primera persona que se ofreció para colaborar era una mujer que quería aprender italiano por su familia. Aquella vez llegaron siete personas.
• Por medio del “boca a boca” y la coordinación en la red social, se realizaron juntas en 35 países y más de 300 ciudades en todo el mundo. Ya que funcionaban por medio de voluntarios, participar de estos encuentros era gratuito.
• Luego, comenzaron a pensar en un modelo de negocios. Wayra, de Telefónica, aportó US$50.000 en 2012 y, en 2014, el fondo de inversión Mountain Nazca les puso US$300.000.
• En 2015 Políglota no lograba despegar y ser rentable. La empresa ya no daba más. Ahí es cuando tuvieron que reinventarse.
• Ellos sabían que la idea era buena, pero había que perfeccionarla. Carlos cuenta que se empezaron a instalar en cafés, reemplazando los bares. Hicieron más pequeños los grupos y sustituyeron los voluntarios que coordinaban por coaches. Y un año después comenzaron a vender estos grupos de idiomas en Santiago. A la gente le encantó.
• Empezó a ser rentable el negocio. En 2016 facturaron US$165.000 y en 2017 llegaron a US$650.000. Luego empezó la expansión a México y Perú. En unas dos semanas ya estaban vendiendo.
• “En todos los lugares secuestrábamos las mesas y las sillas”, cuenta riéndose Aravena.
• Las cosas iban muy bien. Incluso, a fines de 2019 cerraron una alianza con la cafetería Starbucks. Sin embargo, llegó la pandemia y las cosas cambiaron rápidamente. “Todo se fue a las pailas”, dice Carlos.

La pandemia y la inversión de Harvard. Las cafeterías tuvieron que cerrar por las restricciones del Covid-19 y Políglota tenía 2.000 alumnos inscritos que lideraba todas las semanas. Además, 70 trabajadores de planta fija. “Nos quedaba una opción, salir con clases online. Lo primero que hicimos fue escribirle a los clientes para decirles que nos esperaran y que nos interesaba que siguieran aprendiendo con nosotros. Les dijimos que no nos pidieran devolución porque íbamos a encontrar una solución”, cuenta Carlos.

• De los 2.000 alumnos, nadie les pidió devolución. En abril salieron con un nuevo servicio, pero ahora online. Y el sistema empezó a funcionar. Además, con este tipo de tecnología pudieron ampliar su abanico de personas, llegando a varios rincones de Latinoamérica. Las reuniones son en grupos pequeños vía online.
• Los números eran buenos y decidieron postular a Y Combinator, la aceleradora de startups más prestigiosa del mundo. De ahí salieron empresas como Rappi o Airbnb. “Era un sueño que nosotros teníamos”, dice el alto ejecutivo. Políglota quedó dentro del programa.
• Luego, abrieron una ronda de inversión de US$ 2,5 millones donde convencieron a un fondo nuevo. Era el fondo de inversiones de la Universidad de Harvard. “Este fue on golazo, ya que era una importante empresa de educación invirtiendo en nosotros”, recuerda Carlos.
• En 2021 había estabilidad económica en el mundo de las startups, según Aravena. Ese año, Carlos decidió irse a vivir a Nueva York con su familia y ver si habían posibilidades para Políglota. Era un proyecto personal, no de la empresa.

Fracaso personal en Nueva York. Así relata Carlos en una reciente publicación de Linkedin su fallido aterrizaje en Nueva York: “Me fui a vivir a Nueva York con la idea de poner a Poliglota en el epicentro del mundo, pero admito que fracasé. Llegué en 2021 con una gran ambición de conquistar un nuevo mercado, y al principio, estaba emocionado por emprender esta nueva aventura. Quería posicionarme en la ciudad más importante del mundo con todas mis fuerzas”.

• “Pero con el tiempo, esa motivación se transformó en frustración. El mercado era inmenso, y me sentía abrumado sin saber por dónde empezar. Me sentía como un pez pequeño en un gran océano. Busqué la ayuda de mentores y emprendedores, pero finalmente comprendí que no era el momento adecuado. Los sueños eran grandes, pero me faltaban las herramientas para conquistar ese nuevo mercado”.
• “Hoy, después de años de errores, he aprendido algunas lecciones valiosas que me han devuelto la confianza para escalar en un mercado desafiante”, escribió.
• Luego, él y su familia volvieron a Chile para después ir un año a México. Ahí las cosas se dieron para Carlos y Políglota. “Obviamente Ciudad de México no era Nueva York, pero era el mercado más importante de habla hispana para la empresa”, dice.
• Hoy, Políglota apunta a personas, pero también a empresas. Tienen casi 50.000 clientes y están instalados prácticamente en todo Latinoamérica, donde destaca su presencia en Chile, México y Perú. Ahora, están llegando a Colombia.

Su estilo. “Carlos es la definición de lo que es ser un emprendedor. Siempre tiene buena energía y está buscando constantemente nuevas ideas para ver cómo mejorar nuestras metodologías de trabajo y tener mejores resultados. Además, es un muy buen comunicador y siempre te mantiene con un buen ánimo. Tiene una visión clara del futuro, pero no deja de lado el presente”, afirma un ejecutivo de Políglota.

• Comentan que en el complejo escenario que vivió la empresa debido a la pandemia, “Carlos supo mantener el buen clima en el equipo y rápidamente logró enfocarnos para salir con algo nuevo. No se queda pegado en el problema, sino que piensa inmediatamente en la solución, que era el producto online”, comentan desde la empresa.

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