Prueba de que la figura de Napoleón sigue fascinando al mundo es el revuelo que ha causado Ridley Scott con su película: no solo hay un público ansioso por ir a verla ¡ya!, sino que ha generado una cascada de polémicas sobre su rigor histórico y dimes y diretes de diversa índole.
Lo primero: estamos ante una ¡gran! película, filmada exquisitamente, con inolvidables secuencias, que entrelaza con acierto la épica y la vida íntima.
Esta es una película ruda y cruda desde el comienzo: ese caballo destrozado por una bala de cañón en su pecho es brutal, lo mismo que las sangrientas imágenes de la revolución francesa y su guillotina.
Y lo es también el sexo entre los amantes protagonistas: rudo y violento.
Porque Scott articula la vida y andanzas de Bonaparte a través de su relación con Josephine (Vanessa Kirby), una mujer fascinante, indomable, que no pierde su tono levemente cínico y altanero ante ninguna de las difíciles circunstancias de su vida. A ella le escribe Napoleon, sin detenerse jamás, desde los distintos lugares a donde lleva a su Ejército y también en su destierro.
Como hiciera Spielberg en esos inolvidable primeros 25 minutos de Buscando al Soldado Ryan y como vimos en la ganadora del Oscar de este año, la alemana Sin Novedad en el Frente, esto es la guerra en primer plano. Ridley Scott sabe sumergir al espectador en las batallas, en sus campañas por desiertos, bosques y praderas nevadas. Y si bien hay escenas que cortan el aliento (la entrada en una fantasmal Moscú, las balas de cañón hundiendo al enemigo en un lago congelado que se resquebraja), finalmente estas campañas a campo abierto requieren sobre todo grandes planos generales. Y esto recién aparece en plenitud en aquella grandiosa secuencia de la batalla de Waterloo que por sí sola vale la película. OK: Toulon y Austerlitz están filmadas espléndidamente (se usaron ¡11 cámaras!).
En paralelo: su encuentro y posterior matrimonio con Josephine y su cada vez más lujosa vida, mientras escala de simple soldado a emperador. Y de allí a la decadencia y la muerte. Ambos personajes insondables, complejos, contradictorios.
Scott ayuda al espectador insertando fechas, nombres, lugares.
Pero pretender abarcar tanto —de una vida que cruzó la historia durante muchos y convulsos años— tiene sus complicaciones. En lo histórico, nada de España o de Haití, por ejemplo. Y así como hay secuencias que se perciben alargadas (¿qué aporta aquella escena del sarcófago en Egipto?), hay otras que requerían mayor detención. ¿Efectos del “corte del director”? (SU película dura 4 horas).
En esta convulsa historia, hay muchísimos personajes relevantes que entran y salen (grandioso elenco). Pero es finalmente uno el que se lleva la gloria (o la derrota definitiva de Napoleon): Wellington (Rupert Everett). ¿Será porque es británico como el director?
Otro granito de arena para las polémicas.
Napoleon
Dirección: Ridley Scott
Guion: David Scarpa
EE.UU., 2023
Duración: 2 horas 40 min.
Mayores de 14
El actor ya había trabajado bajo las órdenes de Ridley Scott en la oscareada Gladiador (2000, en Netflix y Star +), otra película épica donde Phoenix se impuso como el feroz antagonista de Russell Crowe.
Ambientada en 1981, sigue la compleja y dolorosa vida de Arthur Fleck (J. Phoenix), un comediante fracasado y maltratado por la sociedad, sus supuestos amigos y una madre insana, cuyo descenso a la locura termina inspirando una violenta revolución social en la decadente ciudad de Gotham.
La película muestra el origen del archienemigo de Batman.
Oscar a Mejor Actuación y banda sonora.
Joker/ Guasón
Dirección: Todd Phillips
Guion: Todd Phillips, Scott Silver
EE.UU., 2019
Duración: 2 horas
Gran concepto de diseño y una dirección de arte precisa para una historia agridulce y sorprendente.
Theodore es un tipo solitario que trabaja como redactor de cartas emotivas, escritas en computador pero con caligrafía “a mano”, para los clientes que lo solicitan.
Todas las tardes regresa a su departamento para internarse en videojuegos, conectarse a alguna sala de chat o usar servicios de sexo telefónico. Un día adquiere un nuevo sistema operativo, que le permite establecer una relación, de ida y vuelta, con una “persona” (voz de Scarlett Johansson), que le dice que se llama Samantha. Como los adictos, Theodore empieza a vivir en función del momento en que se encontrará con ella.
Oscar al Mejor Guion Original.
Her
Dirección y guion: Spike Jonze
EE.UU., 2013
Duración: 126 min.
Entrañable relato en torno a un solitario periodista, Johnny, que graba notas y podcast en diferentes ciudades de EE.UU. Un imprevisto lo reunirá con su hermana, con quien no se habla desde hace un año. Gaby le pide que mientras ella afronta una dolorosa situación se haga cargo de su sobrino, Jesse, un niño de 9 años.
Una relación paterno-filial de última hora que han de improvisar entre ambos, cuando los dos atraviesan un momento vital emocionalmente complejo. Filmada en un necesario y preciso blanco y negro, la película es un drama humano y encantador sobre un múltiple reencuentro y reconciliación causados por el azar.
C’mon C’mon
Dirección y guión: Mike Mills
EE.UU., 2021
Duración: 108 min.
Aunque recuerda a Taxi Driver, Lynne Ramsay arma una película en un estilo muy diferente y de alta intensidad, acerca del improbable encuentro entre un sujeto oscuro y una preadolescente, Nina (Ekaterina Samsonov), angelical y silenciosa, que se aferra a él.
Joe es un asesino a sueldo brutal y pragmático, que ha normalizado la violencia en su vida. Pero a Nina la protege y ella lo siente así.
Un thriller dramático, de crímenes, venganza y corrupción que no elude la sangre pero que se enfoca en el atormentado interior de un hombre que apenas puede armar en retazos lo que ha sido su vida.
Basada en la novela de Jonathan Ames. Ojo con la inquietante música electrónica de Jonny Greenwood.
Palma de oro en Cannes para J. Phoenix y para Lynne Ramsay al mejor guion (compartida con Yorgos Lanthimos por El Sacrificio del Ciervo Sagrado).
You Were Never Really Here
Dirección y guion: Lynne Ramsay
Reino Unido, 2017
Duración: 95 min.
Joaquin Phoenix tiene mucho que ver con el convincente resultado final de esta película, encarnando a Johnny Cash, un hombre que supo de dolor y pérdidas desde muy niño, pero cuya pasión por la música se impondría por sobre todo ello.
El campesino pobre de la América profunda de los años ’50, fue una de las figuras más rupturistas de la música popular y un literal pionero del rock, en su más áspero concepto.
Aquí hay trozos importantes de la historia del rock, de la génesis de la industria y también un relato de redención, de la mano de June. Oscar Mejor actriz (Reese Witherspoon).
Johnny & June / Walk the line
Dirección: James Mangold
EE.UU., 2005
Duración: 137 min.
La actriz ha estado en The Crown (fue la Princesa Margarita de joven), en las últimas MISION IMPOSIBLE y en EL HIJO (Florian Zeller, 2022; En Prime Video). Pero donde se lució es en Fragmentos de una Mujer.
Esta dolorosa película de los realizadores húngaros Kornél Mundruczó (White God, en Mubi) y Kata Wéber (guionista) sigue a una pareja, Martha (V. Kirby) y Sean (Shia LaBeouf), que ha decidido tener un parto en casa.
Una cámara intrusa nos mantiene 23 minutos, en un plano secuencia, como voyeristas del proceso, recorriendo pasillos de una casa amorosamente preparada para el más ansiado de los acontecimientos, que termina en una tragedia.
Lo que sigue es la desintegración de la familia que han formado Martha y Sean, y el enclaustramiento interior de ella, que continúa su vida ensimismada, en un extravío mudo.
Elisabeth (Ellen Bursytin), la madre de Martha, es una mujer que carga sus propios traumas y los ha proyectado en su hija. Martha es una mujer fragmentada, pero ya lo era antes de la tragedia y la clave está en su relación con su madre.
Copa Volpi Festival de Venecia a mejor actriz; nominada al Oscar.
Pieces of a Woman/ Fragmentos de una mujer
Canadá, 2020
Duración: 128 min.
Para saber qué ver en cines y por streaming, clic aquí.
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