La historia nos muestra que al renacer de crisis tan profundas como la que atravesamos, las sociedades amanecen mirando en direcciones distintas a las que traían y abiertas a experimentar nuevas formas de vida. Una posibilidad de replantearnos los proyectos vitales y el cómo queremos seguir habitando este mundo.
Una crisis en toda su magnitud. Sin siquiera tocar la puerta, la incertidumbre se tomó la agenda en octubre de 2019 y no la ha soltado. Partió con rostro de estallido social y se entronizó en nombre de la peor pandemia del siglo. Así, sin más, nos tocó habitar la incertidumbre y anclarnos al presente. De golpe, el interruptor nos apagó el futuro.
La incertidumbre nos acompañará por un buen tiempo. El anclaje obligado al presente, nos ha impuesto espacios de meditación y reflexión sobre el significado mismo de la vida, así como un cuestionamiento transversal sobre el propio devenir. La historia nos muestra que al renacer de crisis tan profundas como la que atravesamos, las sociedades amanecen mirando en direcciones distintas a las que traían y abiertas a experimentar nuevas formas de vida. Una posibilidad de replantearnos los proyectos vitales y el cómo queremos seguir habitando este mundo.
La supervivencia. Qué duda cabe: tras la incertidumbre, asoman nuevas actitudes y posibilidades para nuestra vida y la del planeta que, sí o sí, van a tener que articularse con formas colectivas de cuidado que hagan sostenible la supervivencia, no sólo de nuestros proyectos vitales sino también de la humanidad.
No veo al Presidente como un líder empoderado para manejar una situación política y económica compleja que empeorará. Ni tampoco explicándole a la ciudadanía qué es lo que él quiere y necesita, cuál es su visión para salir del impasse político-económico-social y constitucional, sino más bien evadiendo la realidad, minimizando los errores.
Parece más aconsejable que el gobierno separe su suerte del texto propuesto por la convención, adopte una prudente distancia y analice con pragmatismo “todos los escenarios”, ya que su obligación seguirá siendo gobernar el país y no defraudar las esperanzas de cambio que anidan en la sociedad chilena.
Si vamos a recaudar más, es un imperativo moral asegurar que esos recursos públicos se gasten bien. Para que el gobierno tome en serio el rol del Estado en su lucha contra la desigualdad, debe tener a la vista que los esfuerzos en gastar bien son tres veces más efectivos que los esfuerzos en recaudar […]
Para poder discernir cuándo estamos frente a propaganda y cuándo frente al ejercicio de la libertad de expresión, el Servel ha interpretado que en caso de que ésta se contrate o sea pagada, es propaganda, sino, libertad de expresión. A mi juicio es una interpretación bastante reducida.
Son muchos los motivos de desazón frente al proyecto de la Convención, pero el más inquietante es la plurinacionalidad, pues constituye el germen de la división de Chile. Es, además, un injerto tomado de la Constitución boliviana. Cómo las cosas no pasan casualmente, ahora se entiende el papel de Elisa Loncón, que anunció la refundación […]