-¿Qué te parece el momento en que sucede esta renuncia? ¿Llega atrasada?
-Es una renuncia atrasada, después de haberle provocado un daño y un costo muy alto al gobierno y al propio presidente. Pero es también la confirmación de que la presencia del ex ministro Jackson en el gabinete era completamente insostenible y que tarde o temprano, este era el resultado o el desenlace inevitable. No podía seguir en el gabinete. El gobierno se había negado a aceptar esa realidad. Finalmente es el propio ministro el que entiende y asume que esta era una situación imposible. Que tenía que dar un paso al costado.
-Se ha hecho hincapié en el tema emocional por la amistad del presidente con Jackson. Han sido aliados desde la época estudiantil. ¿Esta es la decisión más dolorosa del Presidente?
-Sin duda, es el momento más doloroso en lo personal y en lo humano para el presidente. Y para los líderes de la generación que hoy día gobierna Chile. Vienen trabajando juntos desde el movimiento estudiantil del año 2011, al menos. Entonces la caída de Jackson es el símbolo de un traspié muy grande para esa generación. Y de una derrota que se suma, a mi juicio, a lo que significó en términos políticos y programáticos el 4 de septiembre y después el avance de la derecha en las elecciones del 7 de mayo.
-¿Es la derrota de una generación?
-Claramente. Este es el símbolo de la derrota de una generación y además en una materia muy delicada como es verse afectada o responsable de hechos de corrupción.
-¿Es una forma de evadir la posibilidad de ser acusado constitucionalmente?
-En buena medida, esta decisión también se explica porque existía la probabilidad de que un sector de las fuerzas de centro e incluso de algunos diputados de centro izquierda pudieran aprobar la acusación constitucional. La decisión de Jackson se anticipa también a esa posibilidad.
-¿Por qué crees que generaba tantos anticuerpos, incluso en el Partido Socialista? ¿Es una cuestión de personalidad, de su carácter?
-Giorgio Jackson no logró desarrollar buenas relaciones humanas en el Congreso mientras estuvo en calidad de diputado y tampoco logró generar vínculos políticos y humanos sólidos en su paso por la Secretaría de la Presidencia. Al contrario, generó mucha animadversión. Incluso en un sector de la bancada de senadores socialistas. No tuvo las capacidades para poder generar vínculos humanos y políticos que son imprescindibles para poder mantenerse, sobre todo en medio de una crisis de esta envergadura para el Gobierno.
-Una pregunta que siempre se hace en estos casos: ¿Piensas que él renunció o que el presidente lo despidió?
-Yo creo que efectivamente Giorgio llegó a la convicción de que la situación era insostenible en su sitio. Su presencia en el gobierno era insostenible desde hace ya varias semanas. Y yo creo que el cálculo de Giorgio Jackson y de su entorno político, fue que esta vez sí podían estar los votos de centro, de independientes y eventualmente de algunos diputados de centro izquierda que podían terminar haciendo que se aprobara la acusación constitucional en la Cámara.
-¿El futuro de su carrera política queda muy en entredicho o puede renovarse?
-El haber terminado convertido en el símbolo y en el rostro de una crisis de corrupción, es un golpe muy duro para él, en lo personal y para la generación que él representa políticamente. Pero en política no existen los muertos. Él es una persona muy joven, tiene talento político, tiene una trayectoria, representa cosas importantes en política y por lo tanto nadie puede decir que este es el final de la carrera política de Giorgio Jackson. Me inclinaría a pensar que, con una proyección de muchos tiempos hacia adelante todavía, dado lo joven que es él, lo más probable es que su carrera política siga y continúe adelante después de este traspié.
-¿El presidente debería aprovechar este momento para hacer un cambio de gabinete más integral?
-Yo creo que el presidente tiene que aprovechar este momento para construir y generar las condiciones que permitan retomar acuerdos con la derecha en materia de agenda programática del gobierno, en materia previsional, en materia del pacto fiscal. Encontrar una fórmula consensuada con la oposición que permita hacerse cargo de los gravísimos antecedentes de corrupción que hay en el ámbito público. Yo creo que el Presidente hoy día tiene una oportunidad, pero tiene que generar las condiciones para que esa oportunidad se haga posible.
-Este tema de los convenios de las fundaciones ¿es un hecho de corrupción que involucra personalmente a Jackson o fue superado por los acontecimientos?
-Hasta el momento no hay antecedentes que lo vinculen, pero hay una responsabilidad política en el sentido de que él es el principal líder. Es la principal figura, el rostro emblemático de Revolución Democrática y claramente todas las evidencias que hemos conocido hasta ahora apuntan a que el diseño de este mecanismo para sacar fondos vía fundaciones ideológicamente falsas, fue realizado desde la cúpula de Revolución Democrática.
-¿Jackson es parte de este diseño?
-Políticamente hay una responsabilidad muy evidente.
-Decías que este es el momento más doloroso para el presidente Boric. Coincide con la escena del megáfono que fue muy cuestionada. ¿Está en un momento delicado el Presidente?
-Yo creo que la escena del jueves del Presidente con un megáfono transparentó la soledad y la confusión del Presidente en medio de una crisis gravísima que enfrenta su administración en materia de probidad.
El Presidente podría eventualmente aprovechar de hacer un cambio de gabinete, pero yo creo que aquí lo más importante, más allá del cambio de los elencos y de lo significativo que es para esta generación y para este gobierno la salida de Giorgio Jackson, es que el presidente empiece a generar las condiciones para poder abordar no solo la agenda que le preocupa al gobierno, sino también el problema de la corrupción. Si el problema de la corrupción no se aborda a partir del acuerdo con el mundo opositor como el que se construyó en el gobierno de Lagos con Pablo Longueira, la salida de Giorgio Jackson puede terminar significando muy poco.
-¿El ex ministro Jackson tiene talento político o siempre fue un lastre para Boric?
-Yo creo que sin duda tiene talento. Desde la época en que fue dirigente en la Universidad Católica y que fue presidente de la Feuc, ha mostrado que es una persona que tiene talento político y por algo ha tenido la carrera política que ha tenido en esta última década. Por eso te digo: no tengo ninguna duda de que la carrera de Giorgio Jackson aún no termina.
Para seguir leyendo entrevistas de Ex-Ante, clic aquí.
Ver esta publicación en Instagram
El economista socio de Forecast Consultores, Ángel Cabrera, cree que hay sectores políticos que ponderan más el tema de las restricciones medioambientales que la inversión. También ve que hay desacuerdos y una ideología imperante en las instancias de votación de proyectos. “Es más seguro para ellos rechazar proyectos que pudieran tener alguna conflictividad o social […]
Pablo Cruz, economista jefe para Chile en BTG Pactual, advierte sobre la importancia de la inversión, especialmente de cara al próximo año. Señala que “el empleo es otro tema preocupante, ya que en los últimos meses se ha estancado, particularmente en el sector de la construcción”. Además, destaca la necesidad de “monitorear la inflación, que […]
El consejero del Banco Central aborda los riesgos inflacionarios, las reformas estructurales y la posible decadencia de la economía chilena. En esta entrevista, contestada por escrito, plantea que la vulnerabilidad al crecimiento está determinada, más que a sectores específicos, a la situación financiera de las empresas.
El senador José Miguel Insulza (PS) recuerda la sorpresa causada por la llegada a Chile de Alberto Fujimori el 6 de noviembre de 2005. Venía de Japón e ingresó como turista, cuando entendió que no podía volver a Perú donde lo esperaba la Justicia. “Le pueden haber dicho que estando en Chile el panorama era […]
Augusto Álvarez Rodrich es un destacado periodista, analista y economista peruano. Presentador de programas de radio y televisión, fue fundador y director del diario Perú 21. Desde ese lugar conoció de cerca a Alberto Fujimori, el expresidente peruano recién fallecido. “Sonreía cuando le decían Chinochet, porque sentía que él puso orden en el Perú”, relata.