Las Bestias, de Rodrigo Sorogoyen, mi realizador contemporáneo (y extranjero) favorito, es, como han dicho quienes ya la han visto, ¡un peliculón! que yo esperaba con ansias llegara a carteleras chilenas.
La Casa, de Bettina Perut e Iván Osnovikoff, es tan original y brillante como todo la filmografía de esta dupla a lo largo de los años. Para que se terminen de convencer, les dejo algunos de los trabajos de Sorogoyen y de Perot + Osnovikoff para ver en streaming.
Por películas como esta es que vale la pena ir a una sala de cine. Las Bestias es un thriller brillante, en torno a la compleja convivencia humana en el cotidiano, producto del choque de los distintos puntos de vista y motivaciones de cada quien.
Como todas las de Sorogoyen (y guion de Isabel Peña), es de esas que mantienen al espectador al borde de la butaca desde que comienza hasta que termina.
El suspenso y la tensión, muy hitchcockianos, se instalan en el primer cuadro y luego avanza en el metraje como una bestia agazapada, en un crescendo que siempre toma de sorpresa al espectador.
La magnífica secuencia con que abre, “la rapa de bestas”, una antigua tradición gallega con hermosos caballos salvajes, filmada en cámara lenta, pudo ser una escena bucólica. Es la música la que nos advierte que algo muy oscuro se nos viene.
Pero sí: todo esto transcurre en medio de un valle, donde la inmensidad de la naturaleza y el verdor, los cielos limpios o la lluvia necesaria, la nieve después, las huertas y la cosecha, los animales, invaden la pantalla.
Hasta este valle de Galicia, un caserío en el que van quedando pocos habitantes, han llegado a instalarse Antoine (Denis Ménochet) y su mujer Olga (Marina Foïs): allí quieren pasar sus días, cultivando su huerta y vendiendo luego sus productos en la feria del pueblo. Son felices almorzando en su mesita de madera rústica afuera de la casa, trabajando de sol a sol. Además, Antoine, con sus propias manos, dedica su poco tiempo libre a recuperar casas abandonadas con el fin de que al lugar regresen sus antiguos moradores. Es el proyecto de vida de esta pareja de cincuentones que exuda amor, aunque su hija y su pequeño nieto hayan quedado en Francia y se comuniquen con ellos vía telellamados.
El conflicto se nos devela apenas Antoine llega hasta el oscuro y pequeño bar del caserío. Allí los hermanos Xan (el grandioso Luis Zahera) y Lorenzo (Diego Anido), cuya familia ha vivido desde siempre en ese lugar, lo reciben con pequeñas pullas y bromas nada de simpáticas, mientras juegan dominó.
Esto se repetirá en otros momentos y en situaciones que van escalando en rudeza (algunas ¡de una tensión! de infarto). Antoine intenta controlarse, actuar sin violencia en un entorno violento: porque los hermanos están en un permanente hostigamiento.
Ellos consideran que no es justo que el francés advenedizo los prive de la oferta de una compañía noruega de instalar allí un parque eólico.
Aunque todo el guion es de una agudeza exquisita, hay dos secuencias de diálogos como para tomar nota: una es aquella en que Antoine va al bar exclusivamente a explicarles a los hermanos, con paciencia y serenidad, porqué él decidió vivir allí y por qué es nocivo el parque eólico; luego, Xan le retruca con sus razones para aceptar la oferta y haciéndole ver aquella parte de su dura vida que Antoine no
conoce. ¿Quién tiene la verdad?
Luego habrá una impresionante discusión entre Olga y su hija, que ha ido de visita, y que, desde otros asuntos, también deja en evidencia la dinámica de tensión que se produce entre las personas cuando no coinciden sus maneras de ver las opciones del otro. Ojo con Olga: ¡potente personaje! Un contrapunto a lo largo de toda esta historia.
Cada escena, cada minuto, convierten a esta película en una de los más logrados trabajos audiovisuales que me ha tocado ver en el último año (y la he visto tres veces).
Es de esas joyas que de vez en cuando aparecen en la cartelera (y a mí me sirven ¡completas! para hacer clases de cine, de guion, de actuación frente a cámara, de dirección, etc., etc.).
Las actuaciones ¡fenomenales!
La película está inspirada en un hecho real, ocurrido en enero de 2010, cuando Martin Verfondern desapareció sin dejar rastro. Martin, holandés nacionalizado, llevaba viviendo en la localidad desde 1997 junto a su mujer, Margo Pool.
Categoría ¡Imperdible!
As bestas
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
Música: Olivier Arson
Fotografía: Álex de Pablo
Reparto: Marina Foïs, Denis Ménochet, Luis Zahera, Diego Anido,
Marie Colomb.
España, 2022
Duración: 137 min.
Premios (2022)
9 Premios Goya, incluyendo Mejor película, dirección, guion y actor.
Premios César: Mejor película extranjera.
Festival de San Sebastián: Premio del Público – Mejor film europeo.
Festival de Tokio: Mejor película, director y actor (Ménochet).
Premios Feroz: Mejor película drama, actor de reparto (Zahera) y música.
Premios Platino: 4 premios, incluyendo Mejor dirección, Mejor actor, Mejor montaje, Mejor sonido.
Si quieren saber porqué afirmo que decir Rodrigo Sorogoyen es sumergirse en un tambor de adrenalina, vean esta miniserie. Muy contingente, por lo demás.
Antidisturbios refleja por completo su estilo: tensa, vertiginosa y polémica. Con su tema favorito de fondo: la corrupción.
Una cámara nerviosa sigue a un equipo de policías antidisturbios de Madrid. Una orden judicial los ha enviado a un ruinoso edificio, con un gran patio al centro, para efectuar un desalojamiento.
A pesar de estar bien apertrechados, el líder se da cuenta que una unidad —seis policías— no puede hacer ese trabajo: hay decenas de okupas instalados en el apartamento en cuestión, resueltos a no moverse de allí.
Derribar la puerta es lo de menos. Sacarlos de allí, respetando los procedimientos que se exigen, es imposible.
Llaman solicitando refuerzos a la Central. No hay, le responden.
En medio del griterío, los tira y afloja y los celulares grabando, el jefe le pide al secretario del Juzgado que los acompaña, y que espera abajo con toda tranquilidad, que suspenda el procedimiento. El funcionario llama al Juez. Este se niega a dar la orden de detener el desalojo. Insisten. Nada.
Todo ello ocurre en los primeros minutos del primer episodio.
En una breve escena anterior, conocemos, en medio de una reunión familiar, a Laia Urquijo (Vicky Luengo), una chica que será clave en lo que viene: ella pertenece a Asuntos Internos de la Policía y es tozuda y perseverante como nadie.
El desalojo termina mal.
Y por eso las vidas de estos hombres se cruzarán con las de Laia.
Las investigaciones e interrogatorios se suceden. Hay algunos policías más complicados que otros: recurren a cierta ayuda.
Laia no ceja: no hay detalle que escape a su escrutinio.
Pero mientras se investiga al dedillo lo que parece un reconocible caso de “excesos policiales”, queda al descubierto un complejo entramado de corruptela de insospechados alcances.
Advertencia: no podrán parar de mirar.
En mi top 10 de las mejores miniseries de los últimos años.
Antidisturbios
Dirección: Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña (ambos creadores) y Borja Soler
Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen, Eduardo Villanueva
Música: Olivier Arson
Fotografía: Álex de Pablo, Diego Cabezas.
Reparto: Vicky Luengo, Raúl Arévalo, Hovik Keuchkerian, Roberto Álamo, Raúl Prieto, Paco Revilla.
España, 2020.
8 episodios de 50 minutos cada uno.
Junto con Maite Alberdi, la dupla Perut + Osnovikoff está en el TOP de los documentalistas chilenos, con estilos y temáticas diferentes o distintas maneras de abordarlas.
Podría decirse del cine de Perut + Osnovikoff que hay allí un interés antropológico y por ello mismo, también es profundamente humanista.
Se percibe en ellos una disposición curiosa: siempre sorprenden hacia dónde es que posan su mirada… o su oído. Si un documental tiene la firma de Bettina Perut e Iván Osnovikoff, la calidad de su realización está más que garantizada y así lo prueba su filmografía.
La Casa no es la excepción. Exquisitamente filmada, recoge las interacciones y opiniones al interior de una comunidad, en este caso, un condominio en Colina, a través de los audios de whatsapp de los vecinos (¿está alguno de ustedes en el whatsapp de su edificio o condominio? Bueno: eso mismo).
Las imágenes del entorno natural—impresionantes los primerísimos primeros planos— son para quedar demudados. Estas circulan por la pantalla mientras escuchamos a los vecinos —y también a personas externas que dejan su mensaje a los realizadores— en un singular periodo: aquel que empieza con el estallido de octubre de 2019 y continúa con el encierro durante la pandemia.
Esta ha de ser la manera más ingeniosa e inteligente de recoger los sentimientos, emociones y preocupaciones de un país en un momento tan relevante como que cambió por completo nuestro modo de relacionarnos. Este pequeño grupo de ciudadanos fungen como una muestra de estudio: porque allí se escucha de todo.
El documental en sí, además de aportar esta riqueza, es un ejercicio audiovisual deslumbrante y un deleite: aquí hay espacio para el humor, la ternura, la tensión. Todo ello de manera muy fluida y natural.
En contraste con los seres humanos —a quienes solo escuchamos—, la naturaleza, los animales y los insectos interactúan con las ocupaciones que les son propias para su ciclo vital.
Y sí, quien se roba la película son los perros, sobre todo una perrita glotona que va de acá para allá.
¡Una belleza!
La casa
Dirección: Bettina Perut, Iván Osnovikoff
Fotografía: Pablo Valdés
Documental
Chile, 2023
Duración: 72 min.
Aquí está el sello de la dupla realizadora: es este también un documental exquisita y cuidadosamente filmado.
Los Reyes seduce de entrada por sus protagonistas: dos grandes quiltros (a mucha honra), Fútbol y Chola. Él y ella viven en el Parque Los Reyes, alrededor de la cancha de skate, por cuyos bordes juegan a deslizar las pelotas que encuentran, del tamaño que sean, y a asomar sus hocicos.
Los Reyes (que justamente cuenta con la producción ejecutiva de la gran Maite Alberdi) puede ser vista desde la ternura y sonrisa que despiertan estos perros, que se desenvuelven en cámara con mucha naturalidad, lograda gracias a un perseverante trabajo de producción (con todo lo que ello abarca).
Lo que se desliza enseguida —sin casi percatarnos— es la más efectiva y radical aproximación a la marginalidad, concretamente, la de jóvenes santiaguinos que pululan en el sector.
De ellos —ellas, en algunos momentos— con suerte vemos sus siluetas, recortadas en la cancha o un poco más allá, pero sí escuchamos con nitidez sus conversaciones, que nos develan de a retazos de qué están hechas sus vidas.
Lo hacemos junto a Fútbol y Chola y con ellos nos enteramos de sus sueños, dolorosamente disociados de su realidad; sus frustraciones expresadas en un tono cansino y bordeando la resignación; el maltrato y abandono desde sus familias fragmentadas.
No hay quejas. Los diálogos suelen ser hasta animados e incluso alegres; a veces, también violentos. Incluso se desliza el humor, entre las ideas volátiles y el divertido descenso a la Tierra que algún amigo aplica al otro.
Se trata de un lenguaje juvenil barriobajero, cuya carga inherentemente violenta contrasta con la placidez del césped del Parque, cuidado por empleados municipales, y el sendero de árboles por donde circulan madres con sus guaguas en cochecitos.
En esta película de protagonistas mudos se escucha mucho más que en cualquiera que haya pretendido hacer naturalismo y develar realidades olvidadas de nuestra sociedad.
Por esas conversaciones fuera de cuadro pasan el mundo de la droga, el abuso de poder, el embarazo adolescente, la incapacidad de padres de ser más adultos que estos chicos a la deriva.
Estos adolescentes encuentran allí, en este Parque, un luminoso lugar de acogida: es el espacio público como refugio.
Mientras tanto, llueve sobre Santiago, vuelve el sol, se hacen campeonatos de skate. Y Fútbol y Chola siguen allí, ladrándole a viejos ciclistas que acarrean burros, persiguiendo pelotas, durmiendo relajados, espantando bichos que se posan en sus narices, espectadores de skaters. Testigos mudos y de orejas abiertas.
Los Reyes
Dirección: Bettina Perut, Iván Osnovikoff
Fotografía: Pablo Valdés.
Documental. Intervenciones de: Sebastián Añigual, Paulina Herrera,
Sebastián Alcalde, Tomás Alul, Victor Bañados, Elizabeth Cabeza, Ignacio Bañados.
Chile, 2018.
Duración: 78 min.
Surire, en voz aymara, quiere decir “abundancia de ñandúes”. En el Salar de Surire, ubicado en el altiplano chileno a 4.300 metros sobre el nivel del mar, en la frontera con Bolivia vive un grupo de ancianos, los últimos sobrevivientes de la cultura aymara en el área.
Pero ahí también existe la maquinaria de una faena minera que se mezcla con el paisaje, con flamencos, vicuñas y llamas.
El documental retrata este espacio en el que conviven la belleza natural, el absurdo humano y el ocaso cultural.
La película muestra una serie de personajes. Uno es Dardo Aguilar, un guardaparques de CONAF, que llegó a Surire a trabajar en la mina cuando recién se estaba instalando y está casado con una lugareña.
También está Clara, una mujer que vive en Paquisa, un bofedal y laguna que su familia ocupó desde inicios del siglo XX y en el que había miles de cabezas de ganado. Una mujer que vive sola a 4.300 metros de altura, en condiciones climáticas y de aislamiento extremos, pero ella quiere vivir y morir allí.
Elegida Mejor Película Chilena en SANFIC 2015, además, distinguida en Rusia y Argentina.
Surire
Dirección y guion: Bettina Perut, Iván Osnovikoff
Documental, Intervenciones de: Clara Calizaya, Florentino Nina, Juana Chamaca, Apolinario Castro, Dardo Aguilar, Katerina Taquichiri.
Fotografía: Pablo Valdés
Chile, 2015
Duración: 80 min.
Uno de los hombres que aparecían en Chi-chi-chi Le-le-le Martín Vargas de Chile era el empresario boxeril Ricardo Liaño, que ha conocido tiempos mejores y fue varias veces “millonario en dólares”, según él afirma.
Este documental lo sigue mientras prepara una nueva movida con la que está seguro que lo devolverá al primer plano. A medida que Liaño relata sus logros pasados y eso se contrasta con su vida modesta de jubilado, surge la verdad. Pero él se niega a reconocer su realidad y confía ciegamente en que recuperará su resplandor con un último golpe.
Un hombre aparte
Dirección y guion: Bettina Perut, Iván Osnovikoff.
Fotografía: Sebastián Moreno.
Documental
Chile, 2002
Duración: 60 min.
Premios
Premio Docúpolis al Mejor Documental, Festival Internacional Documental de Barcelona, España, 2003.
Premio Coral al Mejor Documental Experimental, Festival de Cine de La Habana, Cuba, 2002.
Premios Altazor a las Artes Nacionales por Mejor Dirección en Cine y al Mejor Aporte Creativo en Cine, 2002.
Gabie (Rosario Dawson), que ejercía como médico en Nueva York, se traslada con su pequeño hijo Travis a New Orleans, allí donde hay recorridos turístico de lugares embrujados, las trompetas del jazz se escuchan en cualquier procesión funeraria (y obvio en calles y bares) y nada se parece al resto de EE.UU.
Gabie y Travis llegan a instalarse a una antigua y decrépita mansión en medio de un bosque.
Obviamente no más llegar a ese inmenso caserón, lleno de telarañas, comienzan a suceder toda clase de hechos extraños. Tanto que Travis instala su carpa de camping en uno de los salones, junto a su madre, y de allí no se mueve.
Los fantasmas y espectros circulan como Pedro por su casa y los hechos “paranormales” son de la variedad que ustedes quieran imaginarse.
Para enfrentar la situación Gabie se contacta con un muy curioso grupo de personas, encabezadas por Ben, un sujeto que no cree en fantasmas (¡!), y que nunca antes se habían reunido: un singular sacerdote (Owen Wilson), un historiador más decrépito que la casa (Danny De Vito) y la médium Harriet.
Desde el más allá y encerrada en su propia bola de cristal aparecerá Madame Leotta (Jamie Lee Curtis).
Más una comedia que una película de terror, por cierto que tiene sus momentos “de susto” y tensos, donde hay que descubrir qué ocurre en el más allá… en relación con el más acá.
Inspirada en una de las atracciones más famosas de los parques.
Disney. Divertida.
Haunted Mansion
Dirección: Justin Simien
Guion: Katie Dippold, D.V. DeVincentis, Guillermo del Toro
Música: Kris Bowers
Fotografía: Jeffrey Waldron
Reparto: Lakeith Stanfield, Tiffany Haddish, Owen Wilson, Danny DeVito, Rosario Dawson, Jamie Lee Curtis, Winona Ryder
EE.UU., 2023
Duración: 122 min.
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