Si hay una película que esperaba ¡con ansias! que apareciera por acá, es esta. Porque es categoría ¡imperdible!
El director noruego Joachim Trier construye deliciosamente la más original y refrescante de las historias “coming of age” de las que hemos visto por montones (y muy buenas). Un espléndido mix de comedia satírica, existencial y algo de romance.
Un acierto la elección de su protagonista, Renate Reinsve (no se van a olvidar nunca más de ella), ganadora del premio a mejor actriz en Cannes 2021. La Peor Persona del Mundo es a la vez la historia personal, familiar y romántica de Julie (R. Reinsve) entre sus 20 y sus 30, y un agudo retrato generacional muy “millenial”.
Formalmente estructurada por episodios, el espectador corre por Oslo y lugares cercanos junto con Julie y su cambiante vida. Sus decisiones — a todo nivel— siempre irán variando. Su elección universitaria comienza por Medicina; luego se decide por Sicología (porque, dice, le importa más el alma que el cuerpo humano), para enseguida dejarlo todo por la Fotografía.
En materia amorosa, las parejas se alternan al mismo ritmo. Donde parece estabilizarse es con Askel, un artista de cómics algo pasados de rosca, bastante mayor que ella. Claro que estabilidad y Julie son dos palabras que se repelen. Lo de ella es el cambio, la búsqueda, ir siempre hacia adelante, aunque no sea ni lo mejor ni lo más adecuado. Es un impulso personal, que tiene su sentido: hay empatía en la manera en que se nos presenta a Julie y sus opciones vitales.
De paso, Von Trier confronta las profundas diferencias generacionales, que no dejan de ser asombrosas por cuanto estamos hablando de personas jóvenes y sin tantísimos años de distancia (30, 40 años).
Se agradece la desenvoltura para tratar cuestiones tan actuales como el feminismo siglo XXI, la cancelación, la maternidad. Profunda, a la vez que liviana y encantadora. Una de las grandes películas de los últimos tiempos.
Verdens verste menneske
Dirección: Joachim Trier
Guion: Eskil Vogt, Joachim Trier
Fotografía: Kasper Tuxen
Reparto: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum, Hans Olav Brenner
Noruega/ Francia/ Suecia/ Dinamarca, 2021
Duración: 2 horas 8 min.
Hecha a la medida y para lucimiento de Gal Gadot (la Wonder Woman del universo DC), Agente Stone es una muy entretenida película de acción y espionaje, con todas las convenciones de ambos géneros. ¡Pura adrenalina!
Con unas secuencias que no tienen nada que envidiarle a Tom Cruise, Rachel Stone, eso sí, termina harto más magullada y en real peligro que Ethan Hunt.
Agente del MI6 británico, que se presenta como super experta en deep web, ella es, además, un arma mortal en potencia: lucha cuerpo a cuerpo, conduce lo que sea por cualquier lugar, domina toda clase de armas y es capaz de sobrevivir en aire, mar y tierra (con ayuda de sus compañeros, eso sí). Todo muy High Tech.
La película comienza en los Alpes italianos, en un fastuoso casino/bar, donde el equipo que acompaña a Rachel Stone debe detener a un traficante de armas ruso. Una secuencia espectacular donde todo pasa en medio de sinuosos caminos nevados (¡qué manera de haber tráfico por ahí!) y que termina con una nada despreciable cantidad de cadáveres.
De regreso en Londres, pronto se enterarán que el verdadero peligro está en el robo de una super tecnología que una misteriosa hacker amenaza con infiltrar.
La acción se traslada a Lisboa, luego al desierto de Lompoul (Senegal) y de allí a Islandia. Abundan las explosiones, las persecuciones en auto (moto o lo que sea), las balaceras, las arriesgadas maniobras en el aire y rudos enfrentamientos.
Hay dos aspectos que hacen que Agente Stone no sea un puñado de clichés de género: las muy bien logradas secuencias de acción están cargadas de tensión y suspenso, casi sin respiro; y lo segundo, hay varios y relevantes giros de guion que contribuyen a sorprender al espectador.
El origen de las motivaciones de los “malos” suena algo naif. Al fin de cuentas, la respuesta de Rachel Stone al “malo-malo” es más aterrizada (y universal): “Tú no quieres cambiar nada; solo quieres estar a cargo”.
(Dedicado a los que dicen querer cambiar el mundo y en realidad solo ansían el poder).
Heart of Stone
Dirección: Tom Harper
Guion: Greg Rucka, Allison Schroeder
Fotografía: George Steel
Reparto: Gal Gadot, Jamie Dornan, Sophie Okonedo, Matthias Schweighöfer, Alia Bhatt, Jing Lusi
EE.UU., 2023
Duración: 2 horas
Basada en la novela “La habitación de las maravillas”, de Julien Sandrel, la película (de los mismos productores de La Familia Bélier) pudo ser un drama lacrimógeno. Pero no lo es, a pesar de que apunta a cómo se enfrenta uno a esos terremotos personales que nos depara la vida y a las pérdidas.
En buena parte porque su protagonista, Thelma (Alexandra Lamy), exuda frescura y originalidad, algo que está en su esencia y que no desaparece con las complejidades y sobresaltos a los que se enfrenta. Y que no son menores.
El camino que recorre Thelma, desde que su único de 12 años queda al borde de la muerte tras un accidente, es luminoso, profundamente esperanzador e incluso alegre.
Madre soltera, con un trabajo nada estimulante, cuando Louis es internado de urgencia, Thelma se asoma a ese singular mundo de los hospitales (sector niños). Allí hay personajes sorprendentes, que la acogen de manera inesperada (hay pequeñas escenas encantadoras, hasta divertidas).
Pero cuando Thelma encuentra en la habitación de Louis un cuaderno donde el niño ha escrito una lista de deseos que le gustaría hacer realidad “antes del fin del mundo”, su vida da un giro gigantesco. Thelma decide tomar esa lista e ir ella cumpliendo aquellos deseos. No es sencillo: para comenzar, ella misma debe enfrentar partes de su vida que ha clausurado sin resolver; luego, viajar a Japón a encontrar al autor del manga que admira Louis y cuyo nombre tiene escrito en su patineta; irse a las playas de Portugal a sumergirse en el mar cerca de las ballenas; pintar un grafiti en pleno París, con las consecuencias del caso.
El Libro de los Deseos es un viaje interno y externo que despierta en Thelma lo mejor de sí misma. Todo ello hace de esta película un drama lleno de encanto, humanidad y momentos risueños.
Originales y deliciosos personajes secundarios.
La chambre des merveilles
Dirección: Lisa Azuelos
Guion: Juliette Sales, Fabien Suarez. Novela: Julien Sandrel
Reparto: Alexandra Lamy, Muriel Robin, Hugo Questel, Eye Haidara, Maria Fernanda Cândido
Francia, 2023
Duración: 98 min.
Una comedia encantadora, optimista y muy graciosa, de esas que arrancan carcajadas y emociones hasta al más rudo. De tonta no tiene nada. Al contrario, el guión se nutre de un humor que emerge de escenas y diálogos agudamente construidos.
Los Bélier constituyen una singular familia campesina, que se dedica a hacer y vender quesos. Paula (Louane Emera, descubierta en el programa concurso «The Voice»), una púber a minutos de pasar a ser adolescente, corre entre atender los terneros, ordeñar las vacas y partir en bici a encontrarse con el bus que la llevará al colegio.
Es ella quien se entiende, a través de su celular, con proveedores y clientes mientras va camino a clases. No es de lo único que se encarga (inolvidable la escena en la consulta del médico acompañando a sus padres). Sus alegres progenitores, Gigi y Rodolphe, son sordomudos, al igual que su hermano Quentin.
Cuando Paula descubre que el único chico parisino de la escuela se inscribe en el coro, ella también lo hace, aunque eso incluya vencer su timidez y soportar al malhumorado profesor Fabien Thomasson (divertidísimo personaje). Pero a pesar de sus modales temibles y sus gustos anticuados, Fabien de verdad ama la música y descubre en Paula una bella voz de soprano.
La motivación por ensayar no es poca: ir a París a participar en un concurso. Pero eso es, a la vez, un asunto complejo para Paula, considerando su clave rol en la familia. Entre sus graciosos momentos, hay mucha ternura -de la auténtica- inundando la película.
Dato. Dos de las canciones que interpretan Paula y el coro son «Je vole» y «Je vais t’aimer», de Michel Sardou.
La Familia Bélier
Dirección: Éric Lartigau
Guion: Victoria Bedos, Thomas Bidegain, Éric Lartigau
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fotografía: Romain Winding
Reparto: Louane Emera, Karin Viard, François Damiens, Luca Gelberg, Roxane Duran, Eric Elmosnino
Francia, 2014
Duración: 105 min.
La película ganadora del Oscar 2022 es el remake norteamericano de La Familia Bélier. CODA es un acrónimo de Child Of Deaf Adult (Hijo/a de Adulto Sordo).
Es el caso de Ruby, una chica de 17 años que vive en Gloucester, Massachussets: es la única oyente de la familia. Su padre se dedica a la pesca y ella divide su tiempo entre ayudarlo a él y a su hermano (también sordo) en las faenas e ir al colegio.
Pero ella tiene un sueño: ser cantante. Y tiene talento. A la vez, surge una impensada relación con un chico del coro del colegio. Sin decirle a su familia, se hace un tiempo para tomar clases con un profesor (gran personaje el que construye Emilio Derbez).
Pero compatibilizar todo ello se le vuelve imposible.
Ruby podía asistir a clases y a la vez ayudar a su familia. Pero proyectarse fuera de la escuela y de su hogar, en un oficio distinto, genera un conflicto que para sus padres y hermanos es como una bofetada en la cara. Plácida y agradable de ver.
Coda
Dirección y guion: Siân Heder
Música: Marius De Vries
Fotografía: Paula Huidobro
Reparto: Emilia Jones, Troy Kotsur, Daniel Durant, Marlee Matlin, Eugenio Derbez
EE.UU./Francia/Canadá, 2021
Duración: 111 min.
Ingenio, humor, extravagancia, emoción, drama y un brillante y creativo trabajo musical y coreográfico, a la altura de Sir Elton John, recorren Rocketman.
Aunque el propio músico es el productor ejecutivo, esta es una biopic descarnada, no exenta de autocrítica, que se focaliza de lleno en su etapa más confusa, esa en que se mezcla su fantástica y meteórica llegada al cielo de las estrellas del rock y la imposibilidad de procesar las heridas de una infancia muy poco feliz.
Plasmando ese contraste, la secuencia de apertura es alucinante: tenuemente, los acordes de la canción que da el título y que organiza la película en términos dramáticos (“no soy el hombre que creen que soy”); Elton John (brillante Taron Egerton) transita con un atuendo rojo, lleno de brillos, alas, un tocado y tacones coloridos por un pasillo hasta cruzar una puerta que lo arroja a una sala despojada, donde un grupo de personas de vestuario apagado están sentadas en un círculo.
Así se integra a su terapia de rehabilitación. Tiene 25 años, ha llegado a la cúspide y ha bajado al infierno de su autodestrucción.
Desde esa sala irá relatando, en primer lugar, todo lo que lo ha llevado hasta ahí (una larga lista) en una descripción que mueve a risa al espectador.
Su niñez, sus tempranas incursiones en la música, su encuentro con quien sería su amigo y letrista, Bernie Taupin (Jamie Bell), su viaje a Los Angeles (la fiesta en casa de Mama Cass, la quintaesencia del hippismo sesentero), las personas con que se va cruzando (las cómicas conversaciones con un músico de soul) , su éxito, la fama, la riqueza.
Este humor oblicuo contribuye a eludir el melodrama puro, despojando de solemnidad los aspectos más tristes de su vida temprana. Su cotidiano familiar, cuando aún era Reggie, un niño regordete, de anteojos, con un asombroso talento musical, ostensiblemente un estorbo para su padre y un fastidio para su ególatra madre (genial Bryce Dallas Howard), un personaje a medio camino entre el frívolo desenfado y la irresponsabilidad total.
Aparte de sus progenitores, el relato reserva los peores y más crudos momentos para su primer amante y manager (Richard Madden). En cambio, de su infancia, emerge su abuela (Gemma Jones) como su gran refugio. De su juventud, Bernie, el amigo fiel y equilibrado, con quien recorre prácticamente todo el camino de esta película.
Rocketman
Dirección: Dexter Fletcher
Guion: Lee Hall
Música: Elton John, Matthew Margeson
Fotografía: George Richmond
Reparto: Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard, Steven Mackintosh
Reino Unido, 2019
Duración: 121 min.
Esta película ha de estar en las top ten de aquellas que el publico se repite una y otra vez. Convertida en un clásico —literario, televisivo y cinematográfico— esta versión de Orgullo y prejuicio es tan cautivante, que le hace gran justicia a la fascinante novela de Jane Austen.
Sin la delicada mesura de la serie de la BBC ni la estridencia de la película de 1940, este remake es avasallador en su relato, ritmo, puesta en escena y actuaciones.
Keira Knightley, demasiado bella para el rol de la discretamente atractiva Lizzy (un reparo que incluso el director planteó en su momento), sale bastante bien parada del desafío de armar uno de los personajes más atractivos, pero complejos, que una actriz joven pudiera desear.
En la puesta en escena —pese a los exteriores, tiene mucho de teatral— hay un gran trabajo; la dirección artística cumple con creces con las expectativas. Y el guion no nos priva de los deliciosos diálogos que nos brinda la novelista.
Inevitablemente obligados a podar algo la historia —llena de giros y detalles— los realizadores aplicaron en esta tarea una mano bastante atinada. Se conservan pequeñas escenas que parecen carecer de importancia, pero que son la síntesis del drama subterráneo que recorre la vida de los personajes.
Pride and Prejudice
Dirección: Joe Wright
Guion: Deborah Moggach. Novela: Jane Austen
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Roman Osin
Reparto: Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Brenda Blethyn, Donald Sutherland, Judi Dench, Rosamund Pike, Jena Malone
Reino Unido/ Francia/ EE.UU., 2005
Duración: 127 min.
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