Quién es. Ricardo Arriazu es un reconocido economista y asesor de empresas argentino que ha trabajado como consultor económico y en diversas empresas. Representó a Argentina en el Directorio del FMI y en el Grupo de los 20. Es autor de más de 40 libros y artículos y es columnista estable del diario Clarín.
Bien en lo económico. El plan económico de Javier Milei sorprendió a Arriazu. “Si me preguntaba si yo creía que iban a anunciar lo que anunciaron, la respuesta es no. Estoy gratamente sorprendido por los detalles. Tiene una ventaja: no son los ministros los que tienen que convencer al Presidente y es él quien quiere hacer los cambios. Entonces en lo fiscal, si alguien está en contra, lo echa”, señala.
-Vemos que a nivel económico están funcionando las medidas. ¿Cuál es desafío del Gobierno de Javier Milei?
-Así como la parte económica viene mejor de lo previsto y tuvieron un buen diseño de programa, en la parte política y de reformas estructurales viene peor de lo previsto. Y entonces es imposible saber cómo va a salir.
No se puede separar la economía de la política. Este gobierno tiene un problema de gobernabilidad. Primero, porque no tiene gobernadores, no tiene legisladores. Segundo, porque la calle, los sindicatos, los grupos sociales van a protestar. Y tercero, porque su método de negociación es el conflicto.
-¿Mantiene el apoyo de la población?
-Él tiene todavía el apoyo de la población. Porque habla de la corrupción, de la casta, y todos los días se descubre algo. Sigue atacando las miles de preventas que hay en la Argentina. Esto le ha generado tener muchos enemigos en todos los sectores. Él no está dispuesto a aceptar ninguna negociación e incluso ataca a sus propios amigos. Entonces, eso hace que la parte de gobernabilidad sea muy complicada.
Por suerte, el peronismo y el radicalismo no tienen líderes en este momento y están muy desorganizados. Pero Milei, con su actitud, los une. Está claro que él no va a ser como otro Presidente que lo van a empujar y se va a ir. Este es un peleador que va a pelear hasta el último momento. Pero no tiene suficientes grupos de apoyo. Y no los está buscando.
– ¿Una mejor cosecha y esta sensación de apertura internacional puede ayudar a la población piense que se puede hacer un sacrificio al ir viendo resultados?
-Totalmente. Y veamos por el lado de la energía. Argentina puede multiplicar por 6 ó 7 veces la actual producción de energía. Tenemos más gas que petróleo. Gas no es un commoditie. El gas necesita método de transporte. El gasoducto es solamente para distancia corta. Le podemos vender a Chile, a Uruguay, a Brasil. Realmente para poder aprovechar todo el potencial hay que hacer plantas de licuefacción. Eso cuesta de US$ 5 mil millones a US$ 10 mil millones, a 4 años. Nadie va a invertir si no tiene confianza en la política y que la política se va a mantener.
– ¿Qué se hace para revertir la desconfianza en Argentina?
-Toma mucho tiempo. Tiene que comenzar con los activos financieros. Eso está pasando ahora. Están subiendo los precios de los activos, bajó el riesgo país. Con los activos reales, los tres que se pueden mover más rápido son minería, energía y el campo. Pero todos están con la duda ¿lo hago o no lo hago?
En el sector Energía están todos listos esperando, pero todos quieren saber ¿voy a poder importar? ¿voy a poder pagar? ¿si invierto no me van a expropiar? Todos quieren saber lo mismo. Agricultura es más fácil, es una cosecha y, por lo tanto, es menos el riesgo. Pero tiene mucha relación con qué pasa con los fertilizantes.
Está claro que Argentina es un país que no da confianza. Tiene que ganar la confianza de a poco.
– ¿Las personas estarán dispuestas a esperar y sacrificarse en este período?
-La gente se va a guiar con lo que le pase al dólar en la Argentina. Si el dólar está quieto, la gente está tranquila. Segundo, ¿qué le pasa a la inflación? Y tercero, ¿qué le pasa al empleo? Después viene el salario real.
Normalmente habría aguantado seis meses. En este momento, con el tipo de discurso del Presidente Milei, le debería durar menos, pero nos encontramos con una sorpresa de que la gente que lo votó, sobre todo en el balotaje, está esperando que haga lo que está haciendo. Entonces, no ha caído casi de popularidad. Va a caer, va a caer rápidamente.
Entonces, la pregunta es, ¿cuándo uno puede comenzar a esperar de que mejore la actividad? Si uno mira la experiencia de 2002 o mira la de 2010 con el fin de la sequía, uno debería esperar que PBI llegue al mínimo en marzo y de ahí comience a subir, y que el consumo llegue al mínimo en mayo y de ahí comience a subir. Siempre y cuando no haya un gran lío político. Y el gran lío político es que alguien venga y diga, vamos a hacer un juicio político. Que hoy en día nadie tiene fuerza para hacerlo, pero uno nunca sabe.
-En este aspecto, mirado desde Chile, ¿es tiempo que los inversionistas chilenos vuelvan a mirar a Argentina?
-A mirar definitivamente. En Argentina hay oportunidades, pero hay que mirar con cuidado. ¿Qué quiero decir con eso? La oportunidad está para que suban de precios los activos, pero Argentina es siempre un peligro. Hay que ser muy precavido. Pero sí, hay que estudiarlo.
– ¿Es posible que el presidente Milei termine su mandato?
-Si la inflación baja, unifica el mercado cambiario y la economía comienza a crecer en la segunda parte del año y él no perdió todo su apoyo antes, él comenzará a fortalecerse y en la elección del año que viene puede comenzar a tener legisladores. Obviamente es mi opinión, yo no soy político, para eso tiene que mejorar su relación y sus alianzas. No se puede pelear con todo el mundo al mismo tiempo.
Si él sigue peleando, o no se dan los tres factores que acabo de decir, él va a estar bajo fuerte ataque. No es de los que va a decir yo me voy. Al contrario, va a pelear, pero va a ser un gran lío. Y ese gran lío, si se refleja en salida de capitales, obviamente eso baja la actividad económica y genera malestar.
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