1. ¿Cuál es la sorpresa? Lo triste es que no hay sorpresa. Pero igual duele. Sabíamos que la economía chilena no iba a crecer este año. Así y todo, el titular de la noticia no nos puede dejar indiferentes. Chile, Haití y Argentina son los únicos países de latinoamérica en que la economía caerá este año de acuerdo al informe de proyecciones económicas para la región dado a conocer el martes por la Cepal.
2. Nuestro momento estelar. En el Chile tradicional los años malos se asociaban a bajos precios del cobre y a lo que los economistas llaman, una caída en los “términos de intercambio”, es decir, cuando los precios de nuestras exportaciones bajaban en relación a los precios de lo que importamos. Pero no es el caso.
3. La política, el gran autogol. La verdad es si dejamos de crecer es por culpa de nuestros propios autogoles. El autogol de la falta de acuerdos, de la conflictividad estéril, de una permisología absurda, de voces que hasta valoraron el “decrecimiento”, de una teleserie constitucional que quizás ni en diciembre terminemos de cerrar.
4. El crecimiento es “mágico”. Volver a crecer significa no solo que muchos chilenos que hoy están desempleados volverán pronto a encontrar trabajo. Significa también que el Fisco, a través de los actuales impuestos (sin que sea necesario subirlos, al menos por ahora) recaudará más recursos que esperemos gaste eficientemente en lo social, y que la sensación de progreso, es decir, de que la generación de nuestros hijos y nietos vivirá mejor que la nuestra vuelva a ser una realidad.
5. Dos o tres puntos hacen toda la diferencia. El economista Manuel Cruzat, en Outsider, hizo los cálculos de lo que significa crecer un punto más o un punto menos, sostenidamente en el tiempo. Y las diferencias son grandes.
6. Es el lema de Brasil, ¡estúpido! Cruzat agrega que “en dólares de hoy, continuar con la era Bachelet – Piñera de 3% de crecimiento en el PIB y asumiendo un 1% anual en la población hacia adelante significaría terminar en 20 años con un PIB per cápita de US$ 23.042 (el de hoy es de US$15.000); al 4% de crecimiento en el PIB y 1% en la población, US$ 27.953; al 5% de crecimiento en el PIB y 1% en la población, US$ 33.850”.
Sin mirar con demasiada confianza el futuro, el célebre este psicólogo evolucionista canadiense saca cuentas resueltamente alegres de la trayectoria de Occidente en los últimos 300 años. No se compra ni por un minuto que hayamos sido expulsados de la Arcadia y que el mundo esté cada vez peor.
El Congreso, que ya sospecha que todos los problemas del gobierno pasan, de una forma u otra, por su despacho, lo citó a declarar esta semana, en medio de la crisis autogenerada del momento: la de Monsalve. Lamentablemente, sin embargo, el asesor no contestó nada. No aclaró nada. No contribuyó nada. Como el país pudo […]
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Obviamente existe la tentación de ahogar la ensalada en sal, aceite y sus compañeros, pero si la madurez se impone, los aliños, como dicen los italianos, deben solo besar a las verduras. Pero una ensalada sin aliño no es ensalada. Al menos debe llevar sal, porque por eso se llama ensalada. Algo es algo.