-Se habla de una tensión entre Republicanos y parte de la izquierda en el Consejo. Además, hay muchas enmiendas que se repiten o superponen entre ellas. ¿Ha faltado diálogo, mayor experiencia?
-Este es un proceso atípico, excepcional, al que como país no estamos acostumbrados. Pero al mismo tiempo es una oportunidad para mostrarle al país lo que somos desde Republicanos. Nuestro estilo y aquello en lo que creemos. Y darle a un anteproyecto que fue redactado por un equipo de personas nombradas por el Congreso, una dosis de realidad ciudadana, que permita conectar el proceso con el país.
-¿Está alejado del sentido común?
-Basta con ver cualquier encuesta de estos últimos meses para darnos cuenta de que hay una desafección respecto de este proceso y quizás nuestro desafío más grande como bancada republicana es darle al proceso una vinculación con la realidad ciudadana.
-¿Dices que el texto de la comisión experta está desconectado de las preocupaciones del ciudadano común y corriente?
-El proceso en su conjunto no ha conseguido una adecuada conexión con la opinión pública. No tengo todas las respuestas correctas de por qué existe esa desconexión. En mi opinión, el país tiene un conjunto de expectativas, de esperanzas, de dolores, que tienen que ser abordados en este proceso: el problema de la inseguridad en todas sus expresiones, el terrorismo en el sur, la crisis migratoria en el norte, el crimen organizado, el narcotráfico.
Por otra parte, el proceso se tiene que hacer cargo de la gravísima crisis de desconfianza en las instituciones. Estamos en medio de una crisis de corrupción de magnitud, que pone en riesgo la confianza pública. Además, hay que dar señales claras a la hora de reactivar el país, de volver a crear empleo, de volver a hacer de Chile un país amigable con la inversión y con la innovación.
-¿No corre el riesgo de parecerse más a un programa que a una carta fundamental?
-Si somos capaces de dotar al anteproyecto de estos tres elementos (delincuencia, probidad y reactivación económica) vamos a generar en la opinión pública el interés, la sintonía con el proceso, que nos lleve a un buen proyecto de Constitución. Y eventualmente poder aprobar ese buen proyecto el 17 de diciembre.
-En la CEP subieron ocho puntos y según dicha encuesta son el primer partido del país en este momento. ¿Eso implica una gran responsabilidad, entre otras cosas, alejarse del populismo y tener que transar en algunos aspectos?
-En la medida en que las encuestas estén bien hechas, son una foto del momento y no más que eso. No son un pronóstico de resultados. Podemos concluir que el proyecto republicano está haciéndole sentido a los chilenos. Tenemos la responsabilidad de llevar adelante un proceso constitucional en el que tenemos que poner sobre la mesa las expectativas de la realidad ciudadana para poder avanzar hacia un proyecto que le haga sentido al país.
-En la misma medición salió en primer lugar Evelyn Matthei y José Antonio Kast queda en sexto lugar. ¿Les preocupa eso?
-Lo importante es que, entre quienes defienden las ideas de la libertad, haya muchas personas bien consideradas por la opinión pública. Aquí todos tienen un rol que cumplir. Y yo me quedo con este salto al 10% del proyecto republicano, y primer lugar entre los partidos.
-¿Están dispuestos a negociar, a acordar, con la izquierda en el Consejo?
-Se ha hablado mucho de cuáles son las líneas rojas de un sector o del otro. A mí la verdad es que las únicas líneas rojas que me preocupan son las líneas rojas de la opinión pública. Las líneas rojas de los chilenos que quieren volver a vivir en paz, de los chilenos que quieren que sus impuestos se usen correctamente. De los chilenos que quieren volver a tener un país donde la reactivación económica y la creación de empleo sea una realidad. Y yo espero que los distintos sectores del Consejo Constitucional sean capaces de sintonizar con esa realidad ciudadana.
-Al principio hubo algunas polémicas de consejeros republicanos, como Luis Silva. ¿Han tenido que cambiar de tono?
-Somos un equipo grande, donde buena parte de los integrantes no se conocía. Hemos ido aprendiendo de los errores y cada uno tiene cualidades y atributos que son complementarios. Algunos han tenido roles de vocería o más públicos, otros roles más técnicos. Creo que ahora todos estamos remando para el mismo lado.
-¿Pero han debido suavizar su discurso?
-Esto no se trata de de suavizar o no suavizar, sino de representar de la manera más nítida posible las expectativas de la realidad ciudadana. La presentación de las enmiendas de la bancada republicana creo que representa fielmente lo que espera el país: avanzar hacia una reducción del tamaño del Congreso, eliminar las contribuciones a la vivienda principal, respaldar la labor policial, reintegrar el capítulo de las Fuerzas Armadas, garantizar el derecho a elegir el sistema de salud, entre otras.
-Presentaron 400 enmiendas. ¿Acaso el texto de los expertos les pareció malo o insatisfactorio?
-El texto de los expertos tiene algunas cosas buenas. Pero tiene otras que requieren ser mejoradas. Y carencias que hay que suplir. Mas allá de eso, es el punto de partida desde el cual tuvimos que trabajar. Si somos capaces de avanzar en la aprobación de las enmiendas presentadas por republicanos, vamos a tener un proyecto de Constitución de primer nivel y conectado con la opinión pública.
-En el proceso anterior se decía que la derecha estaba aislada. Que no los pescaban. ¿Está pasando lo mismo con la izquierda ahora?
-En ningún caso. En estos dos meses hemos podido instalar un estilo que marca totalmente la diferencia con lo que fue el proceso anterior. Los integrantes de la ex Convención no fueron capaces de entender la seriedad de la misión que se les había encargado. Y en vez de responder a las expectativas de la realidad ciudadana, se dedicaron a responderle a las expectativas de un sector ideológico. Hemos hecho exactamente lo contrario. No tengo dudas de que en varios temas vamos a ser capaces de alcanzar aprobaciones que vayan más allá de los 3/5.
-La UDI se restó de la mesa de diálogo previsional por el tema de Giorgio Jackson y el robo en el Ministerio de Desarrollo Social, pero ustedes se quedaron. ¿Fue equivocada la decisión del gremialismo?
-Yo prefiero abstenerme de comentar asuntos legislativos o de política contingente, porque enreda el proceso. Pero en materia previsional, el gran objetivo constitucional es poder garantizarle a los chilenos que van a ser dueños de sus cotizaciones y de sus ahorros previsionales. No es un asunto poco relevante, sino esencial, que ha sido amenazado por la izquierda ideológica durante un buen tiempo.
-¿Tienes miedo o preocupación de que sea rechazado el texto?
-Creo que vamos a poder aprobar una nueva Constitución en la medida en que sea un buen proyecto. Y eso pasa por poder aprobar las enmiendas que presentamos y que representan fielmente las expectativas de la realidad ciudadana.
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