El pesimismo reinante, no solo en Chile, nos lleva a creer que la pobreza en el mundo está aumentando, que cada vez hay menos árboles o que los recursos se están extinguiendo. Nada de eso es cierto según nos indica Marian Tupy en su libro “Ten Global Trends Every Smart Person Should Know”.
¿Quién es Marian Tupy? Es un economista que se caracteriza por su enfoque optimista y basado en datos sobre el desarrollo global. Está ahora en Chile dictando conferencias invitado por Faro UDD.
¿Por qué el optimismo? Tupy sostiene que el pesimismo deriva de que crecer y progresar toma más tiempo, en cambio, destruir lo construido puede ser muy rápido (pone el ejemplo del tiempo que demora construir una casa, que puede ser consumida en minutos por un incendio). Y que a su vez la llamada “economía de la atención”, en que infinitos estímulos compiten por obtener la atención de las personas, hace que los pensamientos radicales y las frases violentas, potenciadas por los algoritmos, tengan más probabilidad de obtener esa atención. Todo esto nos lleva a centrarnos en lo negativo.
Estas tendencias ofrecen una perspectiva alentadora sobre el futuro de la humanidad, destacando el progreso continuo y las razones para el optimismo.
Se podrían escribir páginas y páginas sobre este hombre que siempre prefirió invertir desde Omaha (lo más lejos posible de los analistas de Wall Street). Por años mantuvo su auto y nunca ha abandonado su gusto por la cherry coke y la comida chatarra. Quienes más lo extrañarán son sus miles de fieles seguidores que […]
La promesa de una revolución sin costos, de una política sin ley y de una sociedad sin jerarquías provocó una gran resaca. El péndulo gira, pero no vuelve al mismo lugar. Lo que viene no es una mera restauración nostálgica, sino una demanda por más estabilidad y seguridad: menos épica refundacional y más responsabilidad.
Avanzar en transparencia ya no es una opción, sino una urgencia. El compromiso de abrir los datos y permitir el escrutinio técnico por parte de centros de estudio y universidades sigue pendiente. Cumplirlo no solo reforzaría la credibilidad de las estimaciones, sino también la confianza en la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas.
Las barras bravas constituyen un microcosmos de Chile bajo una atmósfera de creciente polarización, luchas intestinas y frivolidad política, además de sombrías amenazas de muerte, en distintos frentes. Así progresa el lumpenfascismo, cuya cifra es ahora la paz criminal, configurada desde su propia ley interna como ley universal en distintas zonas del país, a cambio […]
No necesitamos reemplazar un fundamentalismo de izquierda por otro de derecha. La sustitución de una mala experiencia de gobierno no tiene que derivar fatalmente en otra igualmente disruptiva y disociadora. Necesitamos orden, naturalmente, pero orden democrático. Y eso demanda sensatez y altura de miras en la Presidencia.