Hay libros entretenidos, hay libros hermosos, hay libros que se amparan en la trama y otros que se cuelgan del lenguaje. Este trío de escritoras ha elegido mezclar lo bello con lo tremendo, con lo terrible, con lo sorprendente.
Elizabeth Smart, en su novela EN GRAND CENTRAL STATION ME SENTÉ Y LLORÉ arranca uno de los primeros capítulos con una frase que deja claro que la poesía nos conducirá a través de todo el trayecto: “Dios, baja del eucalipto que crece junto a mi ventana y dime quién se ahogará en tanta sangre” y así se descolgará una y otra vez de Rilke o Shakespeare o un vasto ramillete de poetas para tejer la historia de un amor y su desamor en un vértigo de líneas cada cual más bella y conmovedora.
PANZA DE BURRO de Andrea Abreu, novela de las que abre este siglo, es toda una sorpresa. Publicada en España por Barrett (que pronto incluirá en su catálogo a nuestra María José Navia), su joven autora (nacida en 1995 en Tenerife) cuenta las aventuras y desventuras de dos muchachas desde lo más íntimo.
LAS VOLADORAS. Dejo al final un libro de cuentos publicado por Páginas de Espuma, editorial exquisita especializada en el relato corto (no se pierdan sus colecciones de Antón Chéjov, Henry James, Edith Warton, Marcel Schwob o Thomas Wolfe, con tapa dura). Se trata de Mónica Ojeda y LAS VOLADORAS.
Como ven, tres autoras notables. Dos muy jóvenes que confirman que si hay de nuevo boom en español, será femenino.
Desde hace más de 5 años, Enrique Correa inició una autobiografía en coautoría con el periodista Luis Álvarez, quien lo entrevistó más de 80 horas. En “Mi vida mi historia” (Editorial Planeta, 376 páginas), entre otros capítulos, defiende la obra de su generación (“la de vigencia más duradera de la historia de Chile”), ante el […]
Guillermo Parvex ha vendido más de 150 mil ejemplares de Un veterano de tres guerras, publicado en 2014. Sumando otros títulos suyos sobrepasa los 200 mil volúmenes, que lo posicionan como uno de los escritores chilenos más exitosos. Ahora presenta La sombra de Patricio Lynch, sobre la red de espionaje que le permitió a Chile […]
García Márquez podrá tener una prosa más brillante y una imaginación con más fuegos de artificio, pero en términos de credibilidad, de mano a mano con la fatalidad y con la ironía artera de la vida, Vargas Llosa está en otra escala. Su superioridad es comprobable.
Como intelectual público, como ensayista, era posiblemente lo menos fanático que quepa imaginar. Pero sería miope negar que como novelista tenía una clara predilección por personajes desequilibrados y extremos.
Mario Vargas Llosa -cuya muerte fue anunciada por sus hijos Álvaro y Morgana- fue un escritor formidable. Es verdad que en los últimos años fue, más que un novelista, un intelectual público y un polemista. Es verdad también que sus mejores ficciones pertenecen a los años 60, 70 y 80. Nada de esto, sin embargo, […]