Actualmente dentro de los deberes de información a ser cumplidos por los contribuyentes, existen 64 declaraciones juradas (“DJ” o “dejotas” como se dice en la jerga tributaria), las cuales deben ser presentadas entre el 1° de marzo y el 30 de junio de cada año. Eso, sumado a la Declaración Anual de Renta propiamente tal, a través del famoso F22. Al menos este año son “sólo” 64, ya que en años anteriores el número se había encumbrado sobre los 80, teniendo como peak el AT 2015 con 86 DJ.
Según datos del Banco Mundial, el tiempo promedio que toma la preparación y pago de impuestos en Chile es de 296 horas. Esto incluye el impuesto corporativo, IVA y el impuesto al trabajo. A nivel regional tenemos que en Argentina toma 312 horas, en Colombia 256 horas y Perú 260 horas. Paradigmático es el caso de Brasil que, debido a las complejidades de su sistema impositivo, el tiempo es de 1.501 horas. A nivel OCDE se observan variaciones, por ejemplo Alemania 218 horas, Francia 139, Irlanda 82, Italia 238, Australia 105, Nueva Zelanda 140 y Estados Unidos 175, siendo el promedio de la OCDE de 164 horas.
Bajo esta última comparación, es evidente que las 296 horas en Chile parecen excesivas, ya que casi duplica el promedio del sistema OCDE. Existen diversas respuestas que pudieran explicar la razón. Por un lado, en los últimos 8 años hemos pasado por un vaivén de reformas que han modificado sustancialmente el sistema. Ello implica que, tanto la administración como los privados deben capacitarse y aprender el funcionamiento del mismo, con un esperable tiempo de prueba y error en su aplicación. Todo ello sumado a un programa de recopilación de datos a través de las DJ las que se van corrigiendo, eliminando o agregando de un año a otro, según la necesidad de la autoridad tributaria. Sin embargo, en el corto tiempo se vuelve a modificar el sistema, creando regímenes complejos y alternativos, los que luego quedan en desuso (como el antiguo régimen de renta atribuida). Imagínese que el fenecido proyecto de reforma tributaria quería incluir un sistema dual, un impuesto a los super ricos y un impuesto corporativo a las utilidades diferidas, con todas las complejidades que implica. Ello se traduciría automáticamente en el cumplimiento de más y más deberes de información. Es importante considerar que, según el mismo Banco Mundial una carga impositiva pesada sumada a la ineficiencia de la administración tributaria contribuye directamente en el aumento de la informalidad. En el caso de Chile a mi parecer, la complejidad del sistema tiene como consecuencia directa la ineficiencia de sus actores (tanto el SII como los contribuyentes), por lo que tenemos que hacernos cargo de dicha problemática.
Dentro del debate que actualmente se está dando en materia tributaria, es importante que los diálogos sean efectivamente eso, una conversación, en la cual se piense de manera concreta y con altura de miras nuestro sistema impositivo, de manera que sea, justo, equitativo y simple. De incurrir en soluciones parche, modificando y complejizando el sistema año a año, lo único que se conseguirá es crear una tierra baldía para que las raíces informalidad se hundan profundas en un invierno sin destino, erosionando aún más el suelo de nuestra economía, afectándose en consecuencia la justicia, la equidad, y sin lugar a dudas, la recaudación.
El IPSA marcó un nuevo máximo histórico al cerrar en 7.051 puntos (+0,34%). Fitch Ratings mantuvo la calificación de Chile en “-A” con perspectiva “estable”, destacando su balance soberano sólido y políticas creíbles.
Una sociedad más justa y libre es una donde los recursos públicos son bien aprovechados, y no una donde la inoperancia de sus instituciones termina por transformarse en un obstáculo para el bienestar de la ciudadanía. La implementación de procesos de mejorar continua, rediseño de procesos, reasignaciones presupuestarias, evaluaciones de desempeño y todo lo que […]
En una nueva edición de After Office Investing, Catalina Edwards conversa con Andrés Sansone, economista jefe de Banco Santander Chile, para abordar el panorama económico que dejó el año 2024 en Chile y profundizar en las proyecciones para 2025. Sobre el acuerdo previsional, dice que podría significar “más que escenarios negativos, escenarios positivos”.
JP Morgan destacó el acuerdo de reforma previsional como un “logro significativo”, con proyecciones de impacto positivo en el mercado de capitales. Proyecta que se aprobará en el Senado, pero anticipa dificultades en la Cámara, sin descartar que el debate termine en una Comisión Mixta.
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