A propósito de la visita de la economista Mariana Mazzucato, de gran ascendiente en el Frente Amplio, y su reciente libro “Misión Economía”, el problema de Chile hoy no está en equivocarse de misión, sino en la real capacidad del Estado para llevarla a cabo y no auto boicotearla.
Qué observar: Se encuentra en Chile la economista Mariana Mazzucato, reconocida como uno de los pensadores más importantes sobre innovación a nivel mundial. Dirige el Instituto para la Innovación y Propósito Público del University College de Londres (UCL). Entre sus libros destacan “El Estado Emprendedor: mitos del sector público frente al privado” y, recientemente “Misión Economía: una guía para cambiar el capitalismo”.
- Se trata de una personalidad muy respetada, y que acaba de ser nominada por el Papa Francisco como integrante de la Academia Pontificia para la Vida. El presidente de dicha Comisión, arzobispo Vincenzo Paglia, se ha referido a los nominados como personas que “tienen en su corazón el valor de la vida humana en su área de especialización”, y en el caso específico de la economista se refiere a su trabajo enfrentando los ataques a la vida que provienen de la desigualdad, en especial de la desnutrición infantil.
- Más allá de su trabajo la relevancia de su visita en este momento radica en que diferentes personalidades del Frente Amplio, como el ministro de economía, Nicolás Grau, y el de desarrollo social, Giorgio Jackson, la han mencionado como fuente de inspiración de su pensamiento económico, y esa es la razón por la que se reunirá también con el Presidente Boric.
El caso del hombre a la Luna: La economía orientada a “misiones”, según Mazzucato, se refiere a metas-país que logran catalizar los esfuerzos del gobierno, del sector privado, de los científicos, de los innovadores y de los emprendedores, para dar un salto adelante hacia una meta común.
- Como ejemplo de “misión” la economista menciona al presidente John F. Kennedy cuando en septiembre del 62, en plena guerra fría, y en momentos en que la Unión Soviética había tomado una cierta ventaja en la carrera espacial, pronunció un célebre discurso en que comprometió como meta-misión poner un hombre en la luna antes de que terminara la década del 60. Esa “misión” se logró el 20 de julio de 1969.
- Lo importante de esta comprensión de la economía, según Mazzucato, es que ese sentido de “misión” movilizó recursos y energías. Significó el esfuerzo del gobierno (gasto público), pero también de centenares de empresas privadas que, en torno a la NASA, desarrollaron tecnologías innovadoras que cambiaron nuestra historia mucho más allá de la caminata de Neil Armstrong, y que incluso fueron la clave de muchas otras innovaciones posteriores de las que disfrutamos hoy.
- En el fondo, se trata de que la “misión” entregue sentido de urgencia, y “galvanice” la inversión y la innovación, dinamizando también otras formas de inteligencia colectiva.
¿Cuál es la gran “misión” de Chile?: Muchos economistas dirían que el problema con las “misiones” es que el Estado suele equivocarse al elegirlas, o que pueden ser tan específicas que signifiquen priorizar erróneamente una industria sobre otras, o que sean demasiado caras, o que el Estado quiera asumir el rol protagónico sin dar espacio al sector privado.
- Estoy convencido que en Chile el problema no es ese. Acá nuestra misión está más que clara: salvar al mundo del calentamiento global entregándole lo que necesita para luchar contra el cambio climático: cobre, litio, pero verde y, especialmente en el futuro, hidrógeno verde. Minería verde, energías renovables. No existe mejor relato económico para el Presidente Boric que éste, especialmente en medio de la crisis en que estamos. Es lo que haría Jacinta Ardern o Justin Trudeau si estuvieran en su lugar.
- Sin embargo, algo pasa. Menciono solo dos síntomas de algo que es más profundo. El retiro del proyecto Faro del Sur en Magallanes nos lleva a preguntarnos: ¿queremos realmente que Punta Arenas se transforme en la capital mundial del hidrógeno verde? ¿Y por qué entonces ponemos dificultades que van más allá de lo que establece la propia ley, como incluso mencionó el padre del Presidente?
- ¿Por qué comenzamos a “coquetear” con un eventual triángulo del litio cuando sabemos que Argentina y Bolivia están a años luz de nosotros en la exportación, y que eso solo nos va a llevar a demorar más la entrega del litio que los autos eléctricos necesitan con urgencia?
- El problema no es la “misión”. El problema no es Mazzucato. El problema es que por diversas razones el Estado de Chile, en vez de facilitar, dificulta, y en vez de ser el gran catalizador puede terminar siendo como “el perro del hortelano”: ni salvamos al mundo ni nos salvamos nosotros.