Octubre 3, 2022

La Gallina de los Huevos de Oro (1781, Samaniego). Por Natalia Aránguiz

Socia y Gerente de Estudios en Aurea Group

Es innegable que la aplicación de este cóctel de impuestos desencadenará un mercado de capitales menos competitivo y atractivo de cara a los inversionistas locales y extranjeros, lo que podría finalmente desahuciarlo.


“Érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día.”

El gran objetivo del mercado de capitales – que es por donde pasan gran parte de las transacciones de renta variable, renta fija, monedas y de productos derivados – es atender las necesidades de inversión de las personas, empresas y gobiernos. Esto implica una transferencia de recursos a largo plazo, la cual produce el crecimiento del sector real. Aquí los intermediarios (bancos, compañías de seguros, AFP´s, corredoras de bolsa) se encargan de canalizar los recursos hacia los proyectos de inversión más eficientes. De esta forma, existe una dependencia vital y bidireccional entre el mercado de capitales y el sector real, por lo que un mercado de capitales profundo permite que el sector “con chimeneas” tenga los recursos para para desarrollarse, invertir e innovar, mejorando de esta forma las cifras de crecimiento y empleo. Además, por una vía u otra, todos los flujos que produce este círculo virtuoso provocan recaudación fiscal: Impuesto a las ganancias de capital, impuesto de timbres y estampillas, Impuesto a las empresas, entre otros.

“Aun con tanta ganancia mal contento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro y hallar en menos tiempo más tesoro.”

Si bien el primer retiro de fondos de pensiones pudo ser justificado por el difícil momento económico de las familias en pandemia, los siguientes retiros de 10% realizados durante los últimos 2 años respondieron a fines electorales y provocaron un profundo daño al mercado de capitales nacional, afectando así su liquidez (por tanto, a la correcta formación de precios) y valorizaciones. A lo mencionado anteriormente, se suma el hecho de que este año comenzó el tributo a las ganancias de capital por transacciones con empresas IPSA, lo que disminuye el atractivo de la renta variable local.

Para el futuro, observamos una reforma tributaria que –pese a ser necesaria– afecta directamente a nuestro alicaído mercado de capitales. Por un lado, a los instrumentos y vehículos financieros, aumentando el tributo a las ganancias de capital y gravando con impuesto de primera categoría las utilidades que generen los fondos de inversión privada. Por otro lado, a los inversionistas, incorporando un impuesto a la riqueza, estableciendo un tributo de 1,8% al diferimiento del pago de impuestos personales en sociedades pasivas y aumentando el impuesto de segunda categoría.

“Matóla, abrióle el vientre de contado; pero después de haberla registrado, ¿qué sucedió?, que, muerta la gallina, perdió su huevo de oro y no halló mina.”

Sin embargo, no satisfechos con lo ya percibido y lo propuesto por recaudar, la semana pasada fue publicada una indicación realizada por un grupo de parlamentarios para incluir un impuesto a las transacciones financieras de 0,6% cada vez que se venda, compre, transfiera o se registre un instrumento financiero. Una medida que afectaría negativamente la rentabilidad de los fondos de pensiones de todos los chilenos (no sólo a los altos patrimonios) y desincentivaría la inversión en el mercado de capitales local. Es innegable que la aplicación de este cóctel de impuestos desencadenará un mercado de capitales menos competitivo y atractivo de cara a los inversionistas locales y extranjeros, lo que podría finalmente desahuciarlo; ergo, la recaudación impositiva sería aún menor de la que hay hoy en día, el sector real tendría que endeudarse a tasas más altas y con menos alternativas de financiamiento, lo que en el largo plazo nos costará muy caro.

“¡Cuántos hay que teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante, abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos, que solo en pocos meses, cuando se contemplaban ya marqueses contando sus millones, se vieron en la calle sin calzones!”

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