El partido comenzó el trámite formal para abrir un juicio político en contra de Donald Trump. Los opositores en la Cámara de Representante acusaron al gobernante de “incitación a la insurrección” por su rol en el asalto al Capitolio por parte de un grupo de sus seguidores el miércoles pasado.
Reacción a bloqueo. La jugada de los demócratas se produjo luego de que el Partido Republicano bloqueara el pedido de los opositores que exigían al vicepresidente Mike Pence declarar a Trump incapaz de gobernar, bajo la enmienda 25.
Peligro activo. La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, anunció el procedimiento en una carta dirigida a sus compañeros de partido y distribuida la noche del domingo. Aseguró que, pese a que Trump dejará el cargo el 20 de enero, el mandatario saliente es un peligro aún activo y, por tanto, no puede seguir en la Casa Blanca.
Forzar renuncia. Una de las apuestas a la que apuntan los demócratas es que Trump renuncie ante la amenaza de que el impeachment en su contra pueda ser aprobado, tal como ocurrió con Nixon en 1974.
Contra reloj. Solo hay nueve días para completar el proceso antes de que Joe Biden asuma el cargo, y ya varios legisladores se han mostrado en contra del juicio político a Trump a pesar de haberlo criticado por la forma en que manejó la violencia en el Capitolio.
Tramitación. La acusación debe ser discutida y votada en la Cámara de Representantes, donde debería ser un trámite rápido, gracias a la mayoría de los demócratas. Podría sufragarse a mediados de esta semana. Pero podría entramparse en el Senado donde aún los republicanos gozan de la mayoría.
Dos tercios. De todas formas, según la Constitución, se requiere una mayoría de dos tercios del Senado para condenar al presidente (67 votos). Entre las posibles sanciones a las que se enfrenta un gobernante cuyo juicio político es aprobado está la destitución del cargo y la descalificación para el cargo en el futuro.
Caso histórico. De avanzar el impeachment, sería la primera vez en la historia de EE.UU. que un mismo presidente es sometido a un segundo proceso de destitución.
Tres acusaciones, tres absoluciones. Solo tres presidente de EE.UU. han sido llevados a juicio político: Andrew Johnson en 1868, Bill Clinton en 1998 y Donald Trump en 2019. En todos esos casos los gobernantes fueron absueltos por el Senado.
El primer juicio contra Trump. El mandatario fue acusado de haber presionado al presidente ucraniano Volodimir Zelenski para que investigara al entonces precandidato presidencial demócrata Joe Biden y su familia, puntualmente a su hijo Hunter. A cambio EE.UU. le entregaría a Kiev 250 millones de dólares para luchar contra los separatistas prorrusos.
El caso Nixon. En 1974 la Cámara inició un proceso en contra de Richard Nixon por el escándalo Watergate pero este no avanzó porque el entonces gobernante presentó su dimisión.
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