-En diciembre se esperaba que la economía llegase a caer hasta un 2% en 2023. ¿Qué ayudó a que hoy veamos que, si es que llega a caer, lo haga hasta -0,5%?
-Tal como señala el reciente informe de la OCDE, el mundo partió mejor de lo que todos pensábamos El último trimestre del año pasado fue horrible a nivel mundial. Estados Unidos tuvo dos trimestres consecutivos de caída del Producto. Al mismo tiempo se desaceleró Europa y China estaba todavía con los confinamientos. El último trimestre del año pasado fue negro para la economía mundial. Eso hacía pensar que el año 2023 iba a ser muy malo internacionalmente.
La situación ha cambiado. En los primeros 5 meses, Estados Unidos ha mostrado bastante más resiliencia de lo que se proyectaba, apoyado en parte por el consumo privado que se ha beneficiado de los ahorros de transferencias de la pandemia, parecido a lo que se hizo en Chile. En Estados Unidos, los salarios han estado creciendo con fuerza, porque la oferta laboral sufrió durante la pandemia y aún no se ha normalizado la tasa de participación de las personas sobre 55 años de edad.
El sector servicios también empezó a tomar más fuerza con el fin de la pandemia. La gente le perdió el miedo a los contagios, lo que llevó a que aumentara la demanda por servicios. Así, la desaceleración de Estados Unidos ha sido menos pronunciada de lo que se pensaba.
-¿La apertura de China también ayudó a Chile?
-Efectivamente. Lo otro que nos ha ayudado es que China soltó los confinamientos y tuvo un gran rebote en el primer trimestre. En tasa anualizada, creció en torno al 12%.
-¿Qué espera que suceda con el crecimiento en Chile?
-Este año lo más probable es que el Producto se vaya a contraer algunas décimas, entre 0% y -0,5%
-¿Y qué hay detrás de esa cifra?
-Ha habido un ajuste de la demanda muy fuerte. Pero es un ajuste de demanda de bienes durables que tiene un alto componente de bienes importados, y eso le ha pegado menos al Producto. Esto ha llevado a que las importaciones caigan brutalmente. Por eso la cuenta corriente se ha ajustado, lo que es bueno para desacelerar la demanda y, al mismo tiempo, eso no desacelera tanto el Producto, ya que nuestra economía no produce este tipo de productos. Por lo que cuando cae la demanda de autos, computadores, lavadoras o refrigeradores, eso le pega a la demanda, pero no al PIB.
De hecho, el consumo durable hoy día está sustancialmente por debajo de lo que era antes de la pandemia, que llegó a estar 58% arriba, y hoy está 7,5% por debajo de lo que era antes la pandemia. Es decir, hubo un ajuste brutal en el componente durable. Eso ha hecho que el ajuste en la demanda le pegara menos al PIB de lo que pensábamos.
-¿Y por el lado de los términos de intercambio?
-El repunte de China llevó el cobre a niveles de US$ 4 la libra y ahora estamos en US$ 3,75. Entonces, el cobre y los términos de intercambio fueron también algo más favorables.
-La guerra entre Ucrania y Rusia pegó en un primer momento en los precios sobre las materias primas y esto se estabilizó ¿también ayudó?
-Si pensamos con respecto a la inflación, lo que está ayudando es que la inflación de alimentos se ha desacelerado con fuerza y también la de energía. En Europa había un tremendo pánico cuando Rusia cortó la oferta de gas natural en septiembre del año pasado, pero han sido capaces de manejarlo.
Ello ha permitido que los precios de los combustibles se hayan reducido y la misma desaceleración económica que se dio con fuerza el cuarto trimestre del año pasado contribuyó a desacelerar la demanda de combustibles. Cuando los precios suben, las mismas personas también ajustan su demanda. La inflación cedió especialmente en alimentos, lo cual empezó a ayudar al ingreso real de las familias.
– ¿El rechazo de la propuesta de la Convención Constitucional permitió a bajar la incertidumbre política?
-No hay duda de que ese es otro factor y, también la reciente elección que permitió que se inaugurara esta semana el Consejo Constitucional. Pero eso tiene un efecto más rezagado. Eso hará que las personas comiencen a pensar en algunos proyectos de nuevo, gente que había congelado sus inversiones por los riesgos de un alto deterioro institucional ahora tiene una perspectiva más favorable. En el corto plazo lo que estamos observando son los efectos de las alzas de tasas que está resultando en un ajuste de la demanda agregada, como tenía que hacerlo, las cifras muestran una gran desaceleración.
-El aumento en el costo que tendrán las empresas podría subir con una reforma tributaria ¿Qué le aparece que el ministro hable de un pacto fiscal de largo plazo?
-Es bueno tener un horizonte de más mediano plazo. Tenemos que reconocer que estamos celebrando que la caída de la economía en un hoyo no sea tan grande, pero retomar una tasa de crecimiento en Chile es cada vez más difícil, porque el crecimiento no se saca por internet. El crecimiento tiene que ver con el crecimiento del stock de capital, con el crecimiento de la fuerza de trabajo ajustada por capital humano y por el crecimiento de la productividad agregada. Eso es lo que contribuye al crecimiento de largo plazo.
Retomar un crecimiento sostenido del 3% o 4% anual para aliviar la oferta de bienes públicos que la comunidad demanda, como pensiones, salud, educación, y vivienda, requiere de un crecimiento del PIB de ese orden. Eso es inalcanzable hoy día.
Tenemos que preocuparnos en la reforma tributaria que viene. Chile tiene un gran problema que es que la tasa de ahorro ha caído brutalmente. Si vamos a invertir, primero hay que crear mejores incentivos para la inversión y proteger el ahorro, porque si sube la inversión y no sube el ahorro, el déficit en cuenta corriente va a subir y ya estamos ajustándonos de un déficit en cuenta corriente que se veía peligrosamente alto. Sin todavía hablar de que en el exterior hay riesgo. Estados Unidos todavía no controla la inflación, también lo señalan la OCDE y el informe del Banco Mundial. Lo que tenemos es un problema de inflación en todos los países.
Hoy día el mercado cree que las tasas serán más alta en Estados Unidos. Seguramente no veremos alzas en la próxima reunión de la Fed de junio, pero sí en la de julio. La baja de la tasa de interés en Estados Unidos se ve cada vez menos probable y lo que estamos viendo es que también en la zona euro el escenario más probable es que van a haber dos o tres alzas de la tasa porque la inflación sigue muy alta.
De hecho, Australia y Canadá subieron la tasa de interés esta semana sorprendiendo al mercado. Que la Reserva Federal no baje la tasa o que la va a bajar muy poco hacia fines de año y que es probable que vuelva a subir y que el Banco Central Europeo introduzca otras dos alzas de tasas pronto, va a crear tensiones en los mercados financieros internacionales que van a repercutir en la economía chilena.
–¿Y China?
-Las cifras de China han sido malas en el margen. Las cifras de comercio exterior mostraron caídas anuales en las exportaciones e importaciones. El consumo sigue muy débil, la tasa de desempleo juvenil está sobre el 20%. China venía de una economía paralizada. El año pasado, Shanghai estaba confinada. Si comparamos con el primer trimestre del año pasado estamos bien, pero en el margen hay una desaceleración importante. Entonces, China se está desacelerando fuerte y es un socio comercial importante para Chile.
Hacia adelante no cantemos victoria, no nos engolosinemos porque lo que pasó es que el ajuste se hizo con un costo en caída de producto menor al que se proyectaba gracias a que la mayor parte del ajuste se hizo en el consumo de durables. Entonces eso le pegó menos al Producto, pero de ahí a que el Producto empiece a crecer de nuevo, se requiere de mucho trabajo.
Y tenemos problemas porque en educación se ha retrocedido en la última década y más aún durante la pandemia porque los colegios públicos estuvieron cerrados y, al mismo tiempo, la tasa de inversión en capital fijo ha sido muy baja en los últimos años. Retomar el crecimiento es una tarea pendiente. Me alegra que el Presidente Boric haya dicho y, también el Ministro Marcel, de que hay que preocuparse más del crecimiento. Entonces, por ejemplo, un impuesto a la riqueza no tiene sentido alguno porque es difícil de administrar, recauda poco y contribuye a la exportación de empresarios. También el impuesto a las utilidades retenidas no tiene sentido porque necesitamos crear incentivos al ahorro.
-¿Qué pasa con la tasa de interés en Chile? Seguir con una tasa en 11,25% con una inflación bajando puede pegar fuerte en el crecimiento.
-Hay que tener mucho cuidado porque cuando el médico le dio a uno una dosis de tomarse antibióticos por 10 días hay que tener cuidado de no saltarse los últimos 3 días, pues puede venir una recaída. Aún estamos con una inflación sin volátiles en torno al 10%. Además, la inflación sin volátiles anualizada de los últimos 3 meses supera a la de los últimos 6 meses. Lo que tiene que hacer el Banco Central es esperar hasta que hayan señales claras de que esta inflación está bajando hacia el 3%. Es probable que, hacia adelante, cuando la inflación esté transitando en forma clara hacia la meta, en ese momento empiece a bajar la tasa de interés. Pero no lo veo antes de avanzado el año.
– ¿Estamos hablando de julio o septiembre?
– Dependerá de la velocidad que baje la inflación y eso se observa todos los meses. Veo más probable septiembre que julio.
–Esta semana se instaló el nuevo Consejo Constitucional que trabajará el texto que preparó la comisión de expertos. ¿Esto ayuda a ir terminando con la incertidumbre política que afectó a la economía en el último tiempo?
-Creo que ha habido avances importantes. Sin ninguna duda, el documento que se le entregó al Consejo Constitucional es un documento muy transversal, hay bordes. Este proceso se va a cerrar si el electorado decide aprobar la propuesta final del Consejo en el plebiscito de salida en diciembre. La incertidumbre se ha reducido porque se está trabajando con reglas claras, con una propuesta que hizo un grupo de expertos y al final también hay un grupo de conciliación de los elementos de la propuesta. Creo que esto va bien encaminado. Esto da una tremenda oportunidad y espero que el sistema político lo use para que dejemos este capítulo cerrado.
-El Presidente Boric ha señalado que esta es la última oportunidad de cambiar la Constitución.
-Sería lamentable que no terminemos con un documento que tenga un apoyo amplio de la población.
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