-El Frente Amplio nació con una crítica a la Concertación y algunos de sus dirigentes han dicho que ellos tendrían un estándar ético mayor. ¿Lo ves en el caso de Catalina Pérez, hay un doble discurso?
-Absolutamente. Yo creo que este incidente retrata bastante bien el mecanismo que usó el Frente Amplio para llegar al poder. Ellos criticaron por años a la ex Concertación, a la Nueva Mayoría. Y ahora que llegaron al Gobierno no son capaces de hacer una buena gestión ni en el corto ni en el largo plazo, como demuestra el caso de las niñas que murieron por falta de camas críticas.
Uno pensaría que si estuvieron en la oposición tanto tiempo hubiesen aprendido algo. Y al final lo que estamos viendo con Catalina Pérez es que son las mismas trampas de siempre. Parte de su discurso se trataba de renovar la política, de hacerlo de forma transparente, con otro estándar ético, como dijo un ministro. Claramente no ha sido así.
-¿Te refieres a la comparación que hizo Giorgio Jackson con generaciones anteriores, cuando dijo que ellos tenían menos conflictos de interés?
-Claro. Me refiero a Giorgio Jackson, pero no es solamente algo que se dice: es una actitud bastante transversal en una generación que llegó al poder criticando a la anterior, dando a entender que lo iban a hacer mejor.
Para la gente, casos como el de Catalina Pérez son un balde de agua fría. Son las mismas malas prácticas de antes, la misma corrupción. La duda que queda es cómo reaccionará la base de este gobierno, cuando vea que no hay un cambio verdadero y piense que se están enriqueciendo los de siempre.
-¿Crees que esto no es casual, sino que es algo más o menos generalizado?
-Se debiese investigar en profundidad antes de tener un juicio rotundo. Pero para empezar, las tres personas involucradas son de primera línea. Dos renunciaron a su trabajo y la diputada suspendió su cargo, la vicepresidencia de la Cámara.
Me parece que hay una admisión de culpa ahí. Y es inquietante, porque quién sabe si este mecanismo no se usa también en otras áreas. Hay que revisar cómo llegaron esos $426 millones y en qué se usaron. El mismo ministro de Vivienda, Carlos Montes, dijo que solamente un 3% estaba rendido. Es una figura monetaria que claramente no es transparente, ni ética, ni del estándar moral que el Frente Amplio prometió.
-También está el caso de Sierra Bella, que ha golpeado a la alcaldesa de Santiago, del Partido Comunista.
-Es curioso, porque Catalina Pérez dijo hace un año “¡cómo quieren que no lo quememos todo!”. Mientras, Irací Hassler aparecía bailando en contra de los carabineros en pleno estallido social. Y ahora que les toca gobernar en vez de mejorar, han empeorado las condiciones de la calidad de vida.
-El ministro Mario Marcel, uno de los más respetados del gabinete, se ha enfrascado en una disputa sobre la reforma tributaria. Señaló que si no se hacía, habría otro estallido social.
-Marcel se está contagiando con este espíritu frenteamplista. Se suponía que Marcel al final del día era el freno de mano, la persona que iba a ser el adulto en la habitación, que iba a ser el responsable. Y observar que entra en este juego del todo o nada es una desilusión. Porque decir que sin la la reforma tributaria no se hace nada, es francamente falso. Se pueden hacer muchas cosas sin reformas tributarias. Me parece que es un mecanismo muy obvio del estilo de la política del Frente Amplio, que es casi como política universitaria. La política de adultos es de negociar y encontrar vías en común para resolver los problemas.
-También hay una controversia sobre la Pensión Garantizada Universal (PGU), que lanzó Piñera. Marcel dijo que se habían quedado sin financiamiento en 2022.
-Son las pequeñas trampas de la narrativa populista. No es la forma correcta de hacer el debate. Todas las leyes que salen del Congreso tienen que venir con financiamiento, por lo tanto no sería un problema. Pero la segunda pregunta que surge, creo yo, es por qué el ministro de Hacienda está debatiendo esto en la prensa abierta. Si Marcel estuviera realmente preocupado de sacar adelante la reforma, estaría negociando atrás. Generar estas polémicas con la oposición, a la que tendrás necesariamente que ir a pedir el voto, no va a ayudar al Gobierno. Son declaraciones inentendibles.
-¿Valoras la actitud del presidente Boric frente a temas como Catalina Pérez o Sierra Bella? ¿Debería ser más firme?
-No sé cuál es la estrategia del presidente Boric. En este minuto su aprobación depende solo de su base. Sacó 26% en la primera vuelta y hoy día se maneja entre 26 y 33%, es decir entre 1/4 y 1/3 del electorado. Los únicos que lo siguen apoyando son esa base de izquierda, pero a medida que se vayan conociendo otros temas como estos -y yo creo que se van a conocer más- va a sufrir una erosión; y más aún podría haber problemas dentro de su coalición. La palabra corrupción es muy fuerte. No descarto que una parte de su base empiece a darle vuelta la espalda si aparecen más de estos episodios.
-Catalina Pérez suspendió su participación en la mesa de la Cámara de Diputados. ¿Te parece que es un paso suficiente?
-A ver, primero rechazó la denuncia. Pienso que es parte de un patrón en este gobierno. O sea, se le culpa, lo niegan, se encuentra el culpable, admiten algo de responsabilidad. Se aferran al poder y finalmente se van, haciéndole daño a la institución que representan y al grupo político al que pertenecen. De esa manera perjudican no solo al Frente Amplio o a Apruebo Dignidad o al Gobierno, sino que también a la política chilena en general.
-¿Conocías la fundación Democracia Viva, sabías a qué se dedicaba?
-Es evidente que es una empresa formada específicamente para recibir esos 426 millones de pesos. Paro nadie tiene muy claro a qué se dedican. No es una empresa dedicada tradicionalmente a resolver los problemas en los campamentos. No es una empresa especializada en trabajar con personas en situaciones irregulares de vivienda. Es una empresa más bien política. Los productos que tienen son conversatorios políticos, con una ideología muy clara de izquierda dura.
-¿Dices que hay una orientación ideológica clara? ¿Está relacionada al estallido?
-Es claramente una agrupación Octubrista. En la línea de protesta contra el sistema y a favor del estallido social. Liderada por personas que si bien son profesionales, no tienen que ver con con los temas específicos que se necesitan para ganar una adjudicación directa. Ni siquiera una licitación. Realmente es increíble la liviandad respecto a la forma con que se asignaron ese convenio y los recursos.
-Como decías, hay cierto patrón en estos casos. Primero indignación, incluso con algo de victimización…
-En el caso de Catalina Pérez, lamentablemente ocupa el elemento del género. Hay dos hombres involucrados. Pero la corrupción no tiene género.
Hay un elemento adicional: el Frente Amplio quería echar a la generación política anterior por las malas prácticas, por no hacer lo suficiente. Pero Apruebo Dignidad hace poco o nada y tiene las mismas malas prácticas de la Concertación. Así están potenciando a la derecha. Uno de los de los efectos no deseados de todo esto es potenciar a José Antonio Kast. Si el Gobierno tiene las mismas malas prácticas que se denunciaban antes, el votante va a rechazar la política. El escenario es muy preocupante, no solamente para Boric, sino para lo que viene hacia delante en el país.
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