Panorama general. Las enfermedades crónicas deberían ser el foco de preocupación de nuestro sistema de salud y sus autoridades.
Es adecuado afirmar que estos indicadores están vinculados a factores difíciles de modificar, como hábitos, comportamientos, estilos de vida y la organización de nuestra sociedad, así como a la calidad de las políticas públicas en áreas como salud, educación, seguridad, desarrollo urbano y organización social, entre otras. Sin embargo, también es válido señalar que estos aspectos han sido afectados por la limitada capacidad demostrada por el sistema de salud para abordar este conjunto de enfermedades mediante estrategias eficaces de promoción y prevención, modelos de atención y programas de alto impacto con una adecuada adherencia por parte de los pacientes.
Existe consenso en que nuestro sistema de salud y sus autoridades están al debe en este sentido.
Listas de espera no ceden a pesar del alto gasto en salud. Las extensas listas de espera que las personas han sufrido para recibir atención médica, diagnósticos y tratamientos hospitalarios o quirúrgicos oportunos son motivo de preocupación. Durante el 2023, estas listas no han disminuido y, hasta agosto, 72.820 personas enfrentan retrasos en las garantías GES. Además, se registran 2.326.980 personas en espera para recibir atención médica y diagnóstico de patologías no cubiertas por el GES, mientras que 320,457 personas aguardan por cirugías. Lamentablemente, más de 30.000 personas han fallecido este año mientras esperaban, y se sospecha que estas muertes podrían estar relacionadas con la falta de atención oportuna.
Pérdida de capacidad para gestionar emergencias sanitarias. Ante esta preocupante situación, es necesario señalar que, paradójicamente, aquello en lo que antes destacábamos positivamente ahora presenta deficiencias. Me refiero a nuestra capacidad de abordar con éxito el COVID-19. Durante 2020-2021, fuimos capaces de transformar y crear miles de camas críticas, transportar de manera oportuna a cientos de pacientes críticos a lo largo del país y establecer un sistema integrado de salud público-privado que funcionó de manera eficaz. Además, iniciamos oportunamente la campaña de vacunación, alcanzando niveles de cobertura superiores al 90%, lo que contribuyó significativamente a evitar un mayor número de muertes y a lograr un control efectivo de la pandemia.
Crisis de las isapres. Finalmente, la Corte Suprema da un gran empujón para que se termine de concretar la tormenta perfecta, con la emisión de dos dictámenes inéditos, ambos de aplicación general y uno de ellos con efecto retroactivo.
Senado ofrece soluciones, Gobierno las rechaza. A pesar de que el Senado forma comisiones para abordar la crisis en el sistema de ISAPRES, el Gobierno y el Ministerio de Salud rechazan las soluciones propuestas, respaldadas técnica y políticamente. En lugar de adoptar medidas efectivas, el gobierno adelanta el ICSA tres meses, sabiendo que esta estrategia llevará a la quiebra del sistema antes de aprobar una Ley Corta que tampoco resolverá el problema de fondo, pues se propone imponer un modelo de salud estatal con seguro universal en Fonasa y seguros complementarios.
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¿Los mercados ya conocían la opción ganadora? Qué viene para la economía post plebiscito. Por Jorge Rojas.https://t.co/u266hfgKOV
— Ex-Ante (@exantecl) December 23, 2023
José Antonio Kast no necesita ser el más simpático, ni el más dialogante, ni el más versado en corrección política. Su ventaja radica precisamente en lo que lo separa del resto: su disposición a romper con el statu quo sin ambigüedades.
Contraloría liberó el consolidado de las instituciones a las que pertenecían los 25.078 funcionarios públicos que salieron de Chile en 2023 y 2024, pese a estar con licencia médica. El listado incluyó a Presidencia, al CDE, a Fonasa y a la Suseso, encargada de fiscalizar el cumplimiento de la normativa de seguridad social.
No es solo un tema de números y exportaciones; es una cuestión de futuro, de cómo queremos vivir y trabajar en las próximas décadas. O definimos hoy dónde queremos llegar y planteamos una estrategia, o seguiremos atrapados en debates cortoplacistas.
La invitación no es solo a leer y analizar el informe sino que también a abordar la temática con altura de miras, desde 3 mil metros de altura, valorando el trabajo realizado, alcanzar puntos de encuentro y cediendo en muchas aristas en búsqueda del bien común.
La política fiscal en Chile debe continuar avanzando en un marco de gestión más robusto y ad hoc a la volatilidad de la economía chilena, que apoye la sustentabilidad fiscal en el largo plazo.