Para unos “Salvador Allende empeñó su palabra de que respetaría la Constitución, las leyes y la voluntad de la mayoría que lo había llevado a La Moneda, y así lo hizo”. Para otros fue “el responsable del quiebre institucional de 1973” o el líder de “uno de los peores gobiernos de la historia de Chile”. El debate en la Cámara Baja volvió a tensionar al oficialismo con la oposición. El homenaje a Allende terminó con multas, recriminaciones, pancartas y acusaciones de censura.
El inicio. A las 15:01 de este lunes el presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Ricardo Cifuentes (DC), tocó la campana que tiene en la testera y dio por iniciada la sesión. En paralelo, los parlamentarios del oficialismo ingresaban al hemiciclo y las diputadas Camila Rojas (Comunes), Clara Sagardía (Convergencia Social) y Daniela Serrano (presidenta de la JJ.CC.) se acercaban a cada uno de los puestos para entregarles claveles.
- Los colores con los que generalmente se visten los parlamentarios de Apruebo Dignidad fueron cambiados por el negro y en el caso de los hombres, por ternos. Gran parte de los parlamentarios de Chile Vamos y el Partido Republicano estaban ausentes.
- El motivo era claro: A 50 años del Golpe de Estado, la Corporación realizaría un homenaje al ex Presidente Salvador Allende en su calidad de ex diputado.
- RN avisó que no estaría presente en el homenaje porque lo “consideran responsable del quiebre institucional de Chile en 1973”.
- Los Republicanos argumentaron que Allende “lideró uno de los peores gobiernos de la historia de Chile”.
- Al iniciarse la sesión, hablaron los jefes de bancada del PS, el PC y el PPD, Daniel Manouchehri, Luis Cuelo y Cristian Tapia, respectivamente, además de Claudia Mix (Comunes) y el presidente de la DC, Alberto Undurraga.
- Manouchehri dijo: “Salvador Allende empeñó su palabra de que respetaría la Constitución, las leyes y la voluntad de la mayoría que lo había llevado a La Moneda, y así lo hizo. Sin dar un paso atrás, pagó con su vida la lealtad del pueblo. El acto final de Allende se contrasta con el acto final de Pinochet, cobarde, quien murió simulando una demencia para eludir a la justicia por sus crímenes y actos de corrupción”.
- Después empezaron las declaraciones cruzadas.
“Eso no es un homenaje”. Mientras hablaban cada uno de los diputados, en las dos pantallas que tiene el hemiciclo de la Corporación, se proyectaron imágenes de Salvador Allende. El último parlamentario en hablar fue Gustavo Benavente (UDI). Pudo intervenir sin interrupciones por apenas un minuto.
- “Allende se comprometió a respetar 7 garantías constitucionales aprobadas por el Congreso (…). Al poco de asumir, Allende diría que lo firmó solo por una razón táctica, ya que lo importante era alcanzar el poder para su objetivo”, fueron las palabras que causaron inmediata molestia en el oficialismo.
- El primero en hacer el punto fue Tomás Hirsch, presidente de Acción Humanista. “Eso no es un homenaje”, dijo con tono fuerte.
- Sin embargo, Benavente continuó: “Al comienzo de su gobierno se notó la tolerancia de la UP respecto del actuar impune de grupos armados, cuyas actuaciones eran incentivadas por el propio gobierno”.
- Fue interrumpido por el presidente de la Corporación quien le anunció que le aplicaba el numeral 1 del artículo 91 del reglamento, es decir, una advertencia.
- Benavente continuó, pero otra vez fue interrumpido por Cifuentes, quien lo llamó al orden. “Estoy narrando la historia”, replicó el diputado gremialista, lo que fue refutado por la segunda vicepresidenta de la Cámara Baja, Daniella Cicardini (PS): “Esto no es un homenaje”.
- “Voy a seguir señalando la historia”, refutó nuevamente Benavente.
“No hizo ningún juicio de valor”. Que la UDI interviniera durante el homenaje a Allende fue definido por la bancada la semana pasada. A diferencia de ellos, el Partido Republicano, RN y Evópoli decidieron restarse. De ahí que el único altercado se produjo en medio de la intervención de Benavente.
- El hito había sido solicitado por los parlamentarios de oficialismo a comienzos de agosto y a la petición se accedió de inmediato, ya que, según el reglamento de la Corporación, no es necesario aprobar un requerimiento cuando se trata de un ex diputado —como Allende, que tuvo un escaño en la Cámara Baja entre 1937 y 1939— y se cumplen 10 años de su muerte o fechas que caigan en múltiplos de 10 desde su deceso.
- Pero las dos citas de reglamento que realizó Cifuentes no fueron suficientes. Benavente continuó discutiendo con la mesa y en medio de ello, Gaspar Rivas (PDG) bajó desde su puesto hasta el centro del hemiciclo con una pancarta con una foto de Allende y de Augusto Pinochet, con un círculo con una tacha encima de cada uno. “¡Ni Allende ni Pinochet! ¡Córtenla de pelear y preocúpense de Chile!”, decía el cartel que levantó en medio de insultos a sus colegas.
- Cifuentes llamó al orden a Rivas, recibió una multa y salió de la sala. Benavente continuó con su alocución. “En virtud de este decreto se intervinieron numerosas fábricas, las que luego pasaron al área estatal. La producción disminuyó notoriamente”. Agregó que “ello condujo al país a una inflación inédita, llegando a más de 300%”. Entonces el presidente de la Corporación le notificó, nuevamente, que le aplicaba el reglamento, en este caso, una censura.
- “¿Y eso qué significa?”, preguntó Benavente. Mientras la mesa le explicaba que correspondía a una multa de $224 mil, los parlamentarios oficialistas comenzaron a gritar: “Se siente, se siente, Allende está presente”.
- “No vamos a poder continuar”, dijo Cifuentes.
- El jefe de bancada de la UDI, Guillermo Ramírez, se acercó a la testera a reclamar. “No hizo ningún juicio de valor”, señaló el diputado, haciendo alusión a la intervención de Benavente. A respaldarlo llegaron Jorge Alessandri, Henry Leal, Marco Antonio Sulantay y Fernando Bórquez.
- Cifuentes suspendió la sesión por dos minutos. “Gracias presidente. Después de esta interrupción y esta censura, solo quiero decir honorable Cámara, como partido hemos estado desde 1990 hasta la fecha más en la oposición que en el gobierno y lo hemos hecho guardando estricto celo de la Constitución y las leyes, y muy apegados al Estado de derecho. No somos de desestabilizar gobiernos producto de una crisis social”, alcanzó a decir antes de que Cifuentes le informara que lo privaba de la palabra, lo que significó que no pudo hablar en el resto de la sesión y recibió una multa de $224 mil.
El discurso de Undurraga. A las 15:38 horas, antes de que hablara Benavente, en el hemiciclo de la Cámara de Diputadas y Diputados resonaron los aplausos. Pero la ovación realizada de pie por todos los parlamentarios oficialistas no fue para uno de sus filas, sino que para el presidente de la DC, Alberto Undurraga.
- El diputado de la falange utilizó los minutos de su bancada para realizar un discurso que sorprendió a varios: “La DC que tiene muchas luces, pero también algunas sombras”.
- Hizo un recorrido por lo que consideró que eran las luces de la DC, como apoyar la elección de Allende en el Congreso en 1970, haber sido opositores “en el marco de la institucionalidad democrática”, la defensa de los derechos humanos y “la idea del retorno a la democracia por la vía pacífica”.
- “Sin embargo, he dicho que hablamos de luces y sombras. Entre las sombras, la actitud oficial de la DC fue complaciente en el Golpe y en los primeros meses siguientes. El presidente Aylwin diría más tarde que la declaración de los 13 había sido la correcta”.