Qué observar. Antes del plebiscito del 4-S, cuando las encuestas otorgaban un margen de 10 puntos de ventaja al Rechazo, la plana mayor de la centroizquierda y la centroderecha habían avanzado para, en caso de ser derrotado el Apruebo, sellar en la misma semana de la elección un acuerdo. Los términos eran más menos los mismos que circulan hoy. Un proceso bajo el control de los partidos, paritario, con un menor número de asambleístas y con un cortafuego a los independientes. Lo que nadie esperaba, sin embargo, era que el Rechazo arrasara y sobrepasara por casi 25 puntos a la opción del gobierno y el oficialismo, factor que generó un terremoto político de gran calado.
1. El martes 4 se iba a llegar con un texto consensuado entre el oficialismo y Chile Vamos. No ocurrió. La idea inicial fue dejar un espacio de negociación al llamado Grupo de los 8, que incluye a la derecha, la coalición de Boric y la DC, y dejar terminado el texto este jueves, lo que tampoco sucedió.
2. Hasta ahora existe un acuerdo en torno a 12 puntos respecto de las bases constitucionales, pero existen diferencias en aspectos sensibles, como la libertad de elección en el sistema de educación, salud y pensiones. También hay discrepancias con los anexos al derecho de propiedad. Chile Vamos quiere agregar la inexpropiabilidad de los fondos previsionales (punto en el que concuerda con el Partido Radical), y el aprovechamiento de aguas. Pero tampoco hay coincidencias con sus pares oficialistas.
3. El mecanismo con que se elegirán a los convencionales está lejos de resolverse y se desechó la fórmula del PC, que apuntaba a concatenar un acuerdo de los contenidos con los mecanismos.
4. Se instaló una mesa paralela a la de los partidos, que este jueves se desinfló, al resolver los problemas internos de la DC (incorporando al senador Matías Walker) y sumando a los Amarillos, entre otras cosas.
5. Los republicanos se bajaron este jueves de la mesa, argumentando que el debate debe radicarse en el Congreso. Se trataba de una decisión previsible. Algunos dicen que acomoda al UDI, al sincerarse las posiciones en la mesa de negociaciones. Otros creen que, por fuera, los republicanos pueden llevar a la UDI a endurecerse.
6. La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, pidió este jueves terminar rápido las negociaciones y se quejó por la posición de Chile Vamos. Diego Ibañez, el diputado más cercano del Presidente Boric en las conversaciones, fue más allá: “Ha sido muy difícil seguir avanzando…al frente tenemos una intransigencia y soberbia que a mi juicio dice relación con sentirse dueños del 62%”. Y, tajante, sostuvo que el plazo máximo en que debe alcanzarse un acuerdo es la próxima semana, lo que fue descartado por el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, que dijo que el plazo fatal es el último día de octubre. “Estamos en punto muerto”, sostuvo el diputado del PR, Tomás Lagomarsino.
7. Chile Vamos dice que las negociaciones van en un ritmo adecuado. Y el ex senador Víctor Pérez (UDI) propuso en La Segunda simplemente que la oposición y el oficialismo presenten proyectos que sean plebiscitados ante la ciudadanía.
8. Los partidos siguen en la parte baja de la tabla de popularidad en las encuestas y el gobierno de Boric, que ha acentuado su erosión en los estudios de opinión, defiende su rol de acompañamiento del proceso.
Factor electoral. En este contexto, donde las negociaciones aún no tienen un horizonte de salida, diversos parlamentarios consultados por Ex-Ante señalan que existe un factor que ha pasado inadvertido, pero que es clave para los partido: la presión de los alcaldes para resolver pronto el acuerdo y el itinerario electoral.
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