-El mercado espera que el Banco Central baje en por lo menos 100 puntos base la Tasa de Política Monetaria el 31 de enero. ¿Qué esperan ustedes?
-El mercado más bien parece estar dividido entre un recorte de 75 puntos bases y uno de 100 puntos. Nosotros nos inclinamos más por 100 puntos bases. Pero más importante es la señal que entreguen sobre si el Banco Central tomará una posición más decidida para cerrar el atraso monetario o si insistirán con la cautela.
-¿No esperaría que fuera más fuerte pensando que la próxima reunión será en abril, con lo que puede pasar mucho tiempo debilitándose el crecimiento?
-Por cierto, no descartaría un recorte más agresivo. Sin duda este período más largo entre reuniones introduce un sesgo a la baja. Esto dependerá crucialmente de los datos en los días previos a la reunión. En particular dónde se ubique el tipo de cambio, así como las condiciones externas. Y sobre todo de la señal que quiera entregar el Consejo del Banco Central. Un recorte de 125 puntos bases o más sería una señal fuerte que el Banco está en un plan más agresivo de reducir el atraso monetario y que está dispuesto a soportar un tipo de cambio incluso mayor al actual.
– El consejero Alberto Naudon aseguró que la Tasa de Política Monetaria (TPM) debería estar en torno a 4% a fines de año. ¿Está en la línea con lo que ustedes esperan?
-Comentarios recientes del Consejero Alberto Naudón indican que el escenario central delineado en el IPoM de diciembre de 2023 se ha vuelto, al menos para él, obsoleto, considerando ahora una convergencia hacia la tasa neutral para fines de 2024. Incluso antes de estos comentarios y de conocido el IPC de diciembre, en Pacifico Research éste ya era nuestro escenario más probable.
-¿Qué le parece que el Banco Central haya salido a desmentir a Naudon, diciendo que sus dichos eran “personales”?
-Eso me parece una aclaración necesaria, aunque es evidente que las palabras de Naudon, aun cuando las pronunció justo antes de convertirse en Vicepresidente del mismo Banco Central, eran personales. Otra pregunta es por qué las emitió y qué nos dice eso. Todo esto aporta confusión.
-¿Una caída de la TPM no generará un alza no deseada en el tipo de cambio cuando las señales de Davos son que las tasas internacionales se mantendrán más altas?
-Buena parte de eso ya está incorporado en el tipo de cambio. La pregunta es cuál es la alternativa. Entonces, si la opción es entre tasas más bajas o tipo de cambio más bajo, dada la debilidad de la economía y el mercado laboral, pensamos que el Banco Central se inclinará por lo primero. No obstante, el tipo de cambio depende de muchos más factores y ya hemos visto lo volátil que se ha tornado.
-¿Cree que el pacto fiscal y las medidas que buscan acelerar la inversión, como bajar los tiempos de la permisología, permitirán elevar el crecimiento?
-No se trata de balas de plata, pero sí es algo lógico. Menores costos de inversión debiese redundar en mayor inversión y mayor crecimiento. Tasas de interés más bajas y trámites estatales más eficientes reducen los costos de invertir. El pacto fiscal me parece que va por otro lado, tiene implicancias más estructurales.
-Tras alcanzar un PIB potencial de sólo 1,9% ¿ve posibilidad de alzas mayores a 2% en los próximos años?
– No lo veo fácil. Lo más probable es que este año el crecimiento sea algo menor que el potencial y el próximo algo por sobre. Eso dependerá de muchos factores. Chile sigue siendo muy sensible a lo que pase en el resto del mundo. Entonces, además de lo que hagamos internamente, será clave qué pase con EE.UU. y China.
La pregunta clave es cómo mejoramos el potencial de crecimiento. Más que este año y el próximo nos debiesen preocupar los que siguen. ¿Cuáles son los negocios que podrían hacernos más ricos de manera sostenida? ¿Cómo se hace eso con una educación tan deficiente? No estoy seguro si es política y socialmente sostenible un crecimiento de solo 2% en el largo plazo.
-¿Cuáles son los riesgos que ve en el corto plazo para la economía chilena?
-Para este año el mayor riesgo será el externo. En lo financiero, que no haya nuevas turbulencias en EE.UU. como la que vimos en octubre o cuando algunos bancos pequeños tuvieron problemas. Además, el crecimiento de China sigue siendo determinante. En lo doméstico, la polarización de la clase política sigue siendo el mayor riesgo para la inversión.
-¿Le preocupa el nivel de deuda fiscal, que alcanzará a 42% del PIB?
-No realmente. Esa cifra es el sueño de la mayoría de los países, por lo baja. Además, considerando que esto ha ocurrido tras un estallido social, una pandemia y teniendo uno de los gobiernos más de izquierda de la historia del país, es motivo para estar positivos. El tema es que es necesario pasar por 42% para llegar a 50% y a 100% o más. Un tema complejo seguirá siendo cómo conjugar bajo crecimiento, elevada polarización de la clase política y reducida cohesión social con una deuda que no siga creciendo.
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