Es hora de desplegar en el sur toda la fuerza del Estado. Por Sergio Muñoz Riveros

Ex-Ante

Se ha prolongado demasiado la anomalía de que el Estado no reaccione como corresponde ante la grave circunstancia de que una amplia zona del territorio nacional está fuera de su control. Para que la Constitución y las leyes tengan vigencia, y para que la convivencia en libertad sea posible, es indispensable el recurso de la fuerza. Ello implica que el gobierno tiene obligaciones constitucionales que debe cumplir sin vacilaciones. Es la exigencia de esta hora.


El brutal asesinato de tres carabineros en Cañete, región del Biobío, es la prueba definitiva de que no sirven las soluciones a medias para enfrentar el terrorismo y el bandolerismo en la Macrozona Sur. Las bandas armadas que allí operan desde hace mucho tiempo representan un desafío directo a la paz interna y el orden legal, que ha dejado ya un alto costo en vidas y en devastación. La respuesta dada hasta hoy ha estado lejos de resolver el problema.

Se ha prolongado demasiado la anomalía de que el Estado no reaccione como corresponde ante la grave circunstancia de que una amplia zona del territorio nacional está fuera de su control. ¿Puede aceptarse eso como un hecho irreversible, frente al cual solo queda resignarse? ¿Acaso un lugar como Temucuicui ya está definitivamente fuera de la estructura administrativa del país, sometido al poder de la camarilla que allí domina?

Hay responsabilidad de varios gobiernos en la situación actual, sobre todo porque hicieron un diagnóstico equivocado sobre la violencia en el sur, aceptando el relato ideológicamente contaminado de que el pueblo mapuche pedía justicia de ese modo, y creyendo que el reparto de nuevas tierras traería la paz.

Eso permitió que crecieran los grupos delictuales con camuflaje étnico, y que sus tropelías fueran vistas con simpatía por las corrientes políticas que también levantaron excusas nobles para la barbarie de 2019. En el sur, mapuches y no mapuches han sufrido las consecuencias directas de los actos criminales.

En las condiciones del estado de emergencia, las fuerzas policiales y militares han hecho lo posible por reducir el número de atentados e imponer la ley, pero esa fórmula no permite el despliegue eficaz que se requiere. Los bandoleros aprendieron a moverse en esas condiciones y siguen conservando un enorme poder para robar madera, quemar instalaciones y vehículos, traficar droga y atacar directamente a los servidores públicos, como quedó dramáticamente de manifiesto con el asesinato del sargento Carlos Cisterna y los cabos Sergio Arévalo y Misael Vidal, de la Comisaría de Control y Orden Público de Los Álamos.

No se puede esperar nada más. Fracasó el predicamento de que, para que el fuego no se extienda, hay que apagarlo de a poco. En tal sentido, no pueden seguir en suspenso las reglas sobre el uso de la fuerza por parte de los uniformados mientras los delincuentes atacan a mansalva. Las debilidades, como hemos visto, se terminan pagando muy caro.

El Estado democrático tiene el deber de proteger a la población con todos sus medios. No puede permitir que sigan existiendo grupos armados ni en el sur ni en ninguna parte. Si no está asegurado el monopolio de la fuerza, todo está en peligro. El Estado debe asegurar el control de todo el territorio nacional.

Es hora de potenciar la acción conjunta de las instituciones policiales y las Fuerzas Armadas. Esto exige definir un plan operativo que apunte a la completa desarticulación de los grupos armados y la captura de sus cabecillas. Por supuesto que deben considerarse todos los factores que permitan reducir los riesgos para la población.

Carabineros de Chile está recibiendo en estas horas la solidaridad y el afecto de la mayoría de los chilenos. Lo merece ampliamente. Ha sido muy alto el costo pagado por la institución por estar en la vanguardia de la lucha contra los antisociales de todo tipo. Nadie duda de que, pese al dolor, sus integrantes seguirán cumpliendo con su deber en todo el país.

Hay algo respecto de lo que no puede haber dudas. Para que la Constitución y las leyes tengan vigencia, y para que la convivencia en libertad sea posible, es indispensable el recurso de la fuerza. Ello implica que el gobierno tiene obligaciones constitucionales que debe cumplir sin vacilaciones. Es la exigencia de esta hora.

Para seguir leyendo columnas de Ex-Ante, clic aquí.

Publicaciones relacionadas

Ex-Ante

Julio 19, 2025

Las razones de Boric para pedir la renuncia de Etcheberry tras respaldo de Marcel (Lea el texto completo)

“La decisión se basó en el análisis de la información entregada por Etcheberry respecto de las gestiones realizadas para la actualización del avalúo de su propiedad en la comuna de Paine y en la necesidad de resguardar el buen funcionamiento del Servicio en un contexto de creciente tensión política”, indicó Hacienda. Marcel había defendido Etcheberry, […]

Ex-Ante

Julio 18, 2025

El rol de Bachelet en la campaña de Jara y su cada vez más lejana opción de llegar a la ONU

La reunión que sostuvieron Bachelet y Jara este viernes fue gestionada la noche del 29 de junio, cuando la ex ministra triunfó en las primarias. El diseño del encuentro, sin embargo, fue establecido por el equipo de la ex mandataria y no por el de la candidata. En el oficialismo señalan que Bachelet está cuidando […]

Ex-Ante

Julio 18, 2025

Por qué la Democracia Cristiana camina hacia su autodestrucción. Por Jorge Schaulsohn

En la DC ya no hay estrategia, ni identidad, solo desesperación, y ha terminado por convertirse en vagón de cola del oficialismo. Por lo mismo, respalda una candidatura del PC, sin establecer exigencias programáticas mínimas. El partido que alguna vez encarnó una esperanza de transformación democrática hoy se arrastra sin dignidad.

Gumucio tras la huella de los años neoyorkinos de Roberto Matta: “El vértigo de Eros”. Por Héctor Soto

El libro más reciente de Rafael Gumucio le debe mucho a la crónica, pero también al ensayo, a la narrativa, a la investigación y a la biografía. Ya sabíamos que lo suyo son los territorios híbridos, esos que se extienden entre el rigor de las ideas y los vaivenes del sentimiento.

Juan Pablo Sallaberry

Julio 18, 2025

Liberación de sicario: Las preguntas sin respuesta del caso

La jueza Irene Rodríguez sigue en sus funciones en el Poder Judicial y ha explicado que el oficio que ordenaba la libertad se hizo para corregir un error de tipeo y se subsanó con otro oficio que ordenaba su detención. Esta mañana se conoció que la verdadera identidad del prófugo es Alberto Carlos Mejía Hernández […]