Finalmente, Contraloría mediante, el ministro Jackson parece haber comprendido que desde La Moneda se debe gobernar para todo el país y que la operación -inédita en la historia democrática de los 30 años- de desenfadado intervencionismo gubernamental, debe terminar.
Ahora corresponde, como dijo en una oportunidad el Presidente Boric, ponerse en todos los escenarios para garantizar que más allá del resultado del plebiscito, el país siga marchando y el proceso constituyente encuentre una nueva oportunidad. Al respecto, lo más probable es que será necesario habilitar un nuevo proceso a través de un acuerdo político y una reforma a la constitución vigente, facilitada esta vez por el cambio de quorum que promovieron los senadores Rincón y Walker.
El plebiscito del 4 de septiembre no marcará un nuevo clivaje en la política chilena. Estos tardan años y hasta décadas en decantar y ciertamente la mayoría de los chilenos no está conforme ni con la propuesta y desempeño de la Convención ni con la oferta binaria, apruebo o rechazo, a la que estamos convocados, sino que prefiere el ancho campo de reformas al texto propuesto o una nueva alternativa para remplazar la constitución vigente.
En la medida que el Gobierno se confunde con la campaña del Apruebo, la campaña del Rechazo tiende inevitablemente a convertirse en una crítica al Gobierno y al Presidente. La propuesta constitucional pasa a segundo plano para entrar en una confrontación que le hace daño al país y termina reduciendo las posibilidades del Gobierno para cumplir su programa y encarar los graves desafíos que tiene al frente.
Para el Presidente de la república se puede abrir una nueva oportunidad, pero esta debería empezar a construirse sin esperar el resultado del plebiscito. El Gobierno en las pocas semanas que quedan debe cuidar su credibilidad. Confundirse completamente con una opción que podría ser derrotada es un camino directo a la irrelevancia.
El 5 de septiembre el rol del Presidente será esencial y su palabra debe estar suficientemente respaldada por hechos para que le permitan jugar el papel que el país entero esperará de él: arbitrar, bajar las tensiones, desdramatizar la situación, enfrentar los verdaderos desafíos que tiene el país aquí y ahora (inflación, inseguridad, pensiones) y ofrecer un camino de continuidad para el proceso constitucional.
El matapacos fue un símbolo de violencia. Un elemento disruptivo nacido y criado para despreciar a las fuerzas del orden. En sus orígenes, el perro concitó apoyo de todos, o casi todos, los que están hoy en el gobierno. Hay imágenes del perro en sus marchas, en sus poleras, en sus computadores y en sus […]
Fiestas, drogas, armas, prostitución, pornografía y escoria sonora: en esto consiste la pseudoestética expansiva del crimen organizado y su barbarie, que se despliega en un proceso paralelo de captación de clientes y adeptos. Si acaso el surgimiento de una variante del octubrismo y su victimismo asociado, oportunista y mafioso, nunca extinguidos del todo.
Mitad por miedo, mitad por incapacidad de restarse a cualquier entusiasmo, el Presidente no se negó del todo al encanto de sus ladridos, como por lo demás no se negó nadie, o casi nadie, entre los dirigentes del Frente Amplio. Pero tampoco fueron más sobrios en su entusiasmo perruno los dirigentes del Socialismo Democrático. No […]
Los antecedentes que muestran la encuesta del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello reflejan una profunda necesidad de orden y seguridad de la ciudadanía y, al mismo tiempo, una expectativa de que las autoridades respondan adecuadamente y con celeridad. Los ciudadanos pedimos acciones concretas.
Si yo fuera militar o carabinero, les diría a los parlamentarios de oposición “¡no me ayude compadre!”. Varios militares procesados por la justicia militar por violaciones a los DDHH y otros delitos han recurrido al Tribunal Constitucional para que declare la inconstitucionalidad de las normas del Código de Justicia Militar que no contemplan las garantías […]