El exministro del Interior, que lideró el proyecto constitucional de la ex presidenta Bachelet, expuso este jueves en un seminario del Colegio de Abogados. Y, junto con marcar posiciones en distintos frentes ante el texto que está redactando la Convención, advirtió: “¿De dónde salió esto de que había que terminar con el Senado? Porque era un centro de élite, esa fue la primera argumentación. Con todos los personajes célebres que han gobernado Chile y se han lucido en el Senado, entonces en ese sentido sí es una élite, pero positiva”. A continuación sus principales definiciones.
Qué observar. Desde el Ministerio del Interior, Fernández lideró el proyecto constitucional que impulsó Bachelet 2, que envió al Congreso 5 días antes de abandonar La Moneda, resignada ante la falta de acuerdo político en la entonces Nueva Mayoría y la derecha. Junto a él trabajó el ex ministro Nicolás Eyzaguirre, el abogado Tomás Jordán y la cientista política Pamela Figueroa, quienes formaron una suerte de petit comité en La Moneda para la elaboración de la reforma.
Qué piensa del borrador. Fernández participó el jueves 16 en el Seminario “Debates Constitucionales”, organizado por el Colegio de Abogados y la Asociación Chilena de Derecho Constitucional, en el que también expusieron el convencional del Colectivo de Apruebo Felipe Harboe y los constitucionalistas Francisco Zúñiga y Marcela Peredo.
- Profesor de derecho constitucional de la Universidad de Chile y ex ministro del Tribunal Constitucional (TC), Fernández también trabajó en los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos.
- En el seminario analizó el borrador elaborado por la Convención. Y dijo que el nuevo texto tiene un punto de partida equivocado al haber tratado el sistema político por partes, en distintas comisiones, y no como un todo. También cuestionó la forma que se le dio al Presidente de la República: considera que se partió de la base de creencias “no acreditadas empíricamente” de que tenía excesivo poder “y eso no es así”.
- A continuación algunas de sus principales definiciones frente al proyecto de nueva Constitución, que se entregará el 4 de julio.
- “Partimos mal”. “El sistema político tiene cuatro elementos. Además del régimen político, lo compone la forma de Estado, el sistema de partidos políticos y el sistema electoral. Un primer problema que hay aquí es que esos componentes fueron tratados en comisiones distintas en la Convención. Entonces, desde luego que, al no tratarse de manera coherente y unívoca, sistemáticamente hablando, bueno, ahí están las consecuencias. No podían ser otras. Porque trátese del sistema circulatorio del cuerpo o del sistema planetario, es un todo compuesto por partes que interaccionan coherentemente entre sí. Aquí está el todo en un nombre, en una denominación, pero las partes andan en cada una por su lado. Partimos mal no tratando el sistema como tal, con todos sus componentes”.
- “Un montón de gobiernos”. “¿Qué sentido tiene que al Presidente o presidenta de la República se le entregue el gobierno y la administración del Estado?. Hay un montón de gobiernos diseminados por el país, regionales y locales. Entonces, no es tan cierto que se le entregue todo el gobierno”.
- ¿Cuáles son los excesos del Presidente?. “¿Por qué nos preocupó tanto el régimen político en el proceso constituyente? Porque se fue formando una percepción, una creencia, una convicción y, por último, una especie de profecía autocumplida, de que el régimen chileno tenía una serie de características, que no están acreditadas empíricamente, de que el Presidente tiene poderes extremos y exagerados en relación al Parlamento. ¿Es cierto eso? Solo porque tiene iniciativa exclusiva legislativa en algunas materias, como presupuestarias y, genéricamente hablando, en materia económica y punto. ¿Cuáles son los otros excesos de poder del Presidente de Chile?”.
- La figura presidencial. “Todos los presidentes de Chile han terminado sus periodos sin poder cumplir con su programa ¿Y cómo un presidente que es tan poderoso no cumple con su programa? Es porque no tiene atribuciones para eso, es débil. Yo he trabajado con cuatro presidentes de Chile y bien cerca de algunos. Y he visto las limitaciones enormes que tiene el Presidente de Chile y son institucionales. Entonces, ¿es tan claro esto de que hay hiper presidencialismo en Chile? Empíricamente, no es así”.
- Eliminar las cortapisas. “En Chile pasa otra cosa. Más que exceso de poder de un órgano respecto de otro, lo que ocurre es que hay problemas para su funcionamiento operador y, por lo tanto, eficiente. Eso es lo que hay que resolver y eliminar las cortapisas para que los dos poderes funcionen bien. Pero para eso no hay que cambiarle el nombre a las instituciones”.
- El fin del Senado. “¿De dónde salió esto de que había que terminar con el Senado? Porque era un centro de élite, esa fue la primera argumentación. Con todos los personajes célebres que han gobernado Chile y se han lucido en el Senado, entonces en ese sentido sí es una élite, pero positiva. ¿Y para terminar en qué? ¿Es una Cámara de las Regiones?”.
- “No hay ninguna simetría entre las cámaras”. “Para ver cómo se equilibran entre ellas, hay que ver cómo están descritas: el Congreso de Diputadas y Diputados es un órgano deliberativo, paritario y plurinacional, y eso existe igual para la Cámara de las Regiones. Pero del primero señala que representa al pueblo y de la segunda a las regiones ¿Hay equilibrio ahí entre representar a todo el pueblo y el otro a las regiones?. También dice que el Congreso concurre a la formación de las leyes, de todas, mientras que el otro está encargado de la formación de leyes de acuerdo regional. No hay ninguna simetría entre las cámaras. No hay equilibrio de poderes”.
- ¿Y los partidos políticos? “Hay dos elementos que no se han tomando en cuenta para nada al diseñar el sistema y ni siquiera están mencionado como tales, al menos como epígrafe: el sistema de partidos y el sistema electoral. En la Cámara de Diputados, actualmente hay 16 partidos con representación parlamentaria. Y, además, están fragmentados internamente. Por eso estamos operando en las 20 por sus fracciones ¿Se pensó esa existencia en el régimen político? (…) En Chile siempre ha habido pluripartidismo. Esa ha sido nuestra secuencia”.
- “Una injusticia”. “Es bastante negativo lo que he dicho, pero ¿qué le vamos a hacer? Es mi materia como profesor. Yo he escrito durante 40 años para cambiar la Constitución, partiendo por la del 80, que se se cambió mucho. Es una injusticia poner como alternativa o la nueva Constitución o la de 1980, porque no es así. Como ministro de Defensa tuve que actuar mucho para los efectos de terminar con la inamovilidad de los comandantes en jefe”.
- “Una buena nueva Constitución”. “Estoy completamente de acuerdo con que hay que cambiar la Constitución. Trabajé mucho para eso en el gobierno de la presidenta Bachelet en un proceso constituyente. Yo estoy por nueva Constitución, pero una buena nueva Constitución. Buena en el sentido jurídico y técnico”.
- Supremacía. “No hay que olvidarse que la Constitución es una norma jurídica. Y esas no son cuestiones de abogado. No. El problema es que la supremacía constitucional es un término que está recogido en el nuevo texto. Y la supremacía constitucional no solo significa que todas las normas de un país tienen que estar conforme a la Constitución, sino que la Constitución se irradia en todas las normas del ordenamiento jurídico. Por lo tanto, hay que tener extremo cuidado para que la Constitución tenga una excelencia jurídica. Y tiene que tener dos requisitos: ser verdaderamente un pacto o un acuerdo legítimo del pueblo, que se está haciendo así, pero, además, que sea una buena norma jurídica”.