Como hemos comentado anteriormente en esta columna, desde mediados del año pasado existen estándares globales de reporte de sostenibilidad, los que permiten que esta información sea divulgada uniformemente. Ello facilita que inversionistas, grupos de interés y reguladores puedan juzgar el comportamiento de las empresas e impulsar mejores conductas en un área de la que depende la estabilidad financiera, la economía global, e incluso nuestra subsistencia en el planeta.
Esta unificación de estándares de sostenibilidad se ha desarrollado al alero de la Fundación IFRS, que es la misma entidad responsable por los estándares globales de reporte de la información financiera. Ahora bien, si el reporte es bajo un estándar global, el paso natural es preguntarse por la verificación de los reportes de sostenibilidad, tal como los auditores externos verifican los reportes financieros. En ambos casos, la verificación externa contribuye a la fiabilidad de la información presentada, mejorando así la confianza de los responsables de la toma de decisiones sobre dicha información. En el caso de los reportes de sostenibilidad, esto ayudaría a frenar el greenwashing y todos los “washing” similares.
Cuando los auditores externos revisan la información financiera, su objetivo es asegurarse de que la información sea precisa y fiable. Para ello, obtienen una seguridad razonable o una seguridad limitada, según lo que se les haya pedido que hagan, que la información reportada refleja la situación financiera de la entidad reportante.
Los informes, ya sean financieros o de sostenibilidad, son más fiables cuando han sido sujetos a verificación de conformidad con una norma aceptada a nivel mundial y desarrollada por un organismo independiente, que aplica un proceso sólido y transparente en beneficio del interés público. Los estándares globales para la auditoría de informes financieros los ha desarrollado la International Auditing and Assurance Standards Board (IAASB).
Pero ocurre que, hasta ahora, no existían estándares globales de aseguramiento de la información de sostenibilidad. Ello cambió el mes pasado cuando la IAASB adoptó su International Standard on Sustainability Assurance 5000 (ISSA 5000), que fue desarrollado expresamente para el aseguramiento de información de sostenibilidad y que entrará en operación formalmente en los próximos meses.
Cuando los profesionales de la verificación utilicen este nuevo estándar internacional para revisar los reportes de sostenibilidad, contarán con una guía global para asegurarse de que la información sea precisa y fiable. Bajo esa guía, podrán realizar pruebas para establecer si la información de sostenibilidad está libre de inexactitudes materiales (cualitativas o cuantitativas), de forma de garantizar que lo reportado por la entidad es confiable. Esto ayudará a que todos y todas puedan comprender mejor los impactos que tienen los asuntos ambientales, sociales, o de gobernanza en la entidad, así como el impacto de la entidad en su entorno.
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