El protagonismo del vicepresidente de la Convención Jaime Bassa fue más allá de asumir los principales anuncios de la mesa presidida por Elisa Loncón: en los recesos se quedaba en pasillos haciendo gestiones para contener las críticas de constituyentes a los errores en la conducción de las sesiones, e intentando acuerdos que después bloqueó su mismo sector. Su actitud dentro de las reuniones con La Moneda tras la fallida primera sesión fue dialogante. Pero todo lo anterior contrasta con sus duras vocerías públicas y nunca se mueve de su agenda política.
Qué significa: Es Bassa quien ha asumido un mayor protagonismo que Loncón en la conducción de la Convención, en gestiones y dirección de las sesiones, admiten constituyentes. En el Frente Amplio, su conglomerado, explican que ha sido porque su expertise jurídica (es constitucionalista) ha sido útil para temas reglamentarios, pero no han pasado desapercibidas sus largas intervenciones cuando toma el micrófono.
- Cuando hay recesos, es usual que Loncón se retire a su oficina, y Bassa se quede en pasillos hablando con constituyentes: recogiendo inquietudes, conteniendo críticas y buscando acuerdos, relatan constituyentes.
- Sus interlocutores más frecuentes: Fernando Atria y Beatriz Sánchez (FA); Marcos Barraza (PC); Ricardo Montero (PS); y en Chile Vamos Rodrigo Álvarez (UDI) y Hernán Larraín Matte (Evópoli).
- Sus contrapartes afirman que es respetuoso y se da tiempo de escuchar -ha admitido errores en la conducción, que atribuye a la ausencia de reglas- y enmendar procedimientos, pero que su agenda política es clara y no se mueve de ella.
- En las reuniones privadas con el Gobierno, eso sí, es cuidadoso en no hablar sin pedirle antes la palabra a Loncón.
- En las sesiones, Loncón introduce por no más de 5 minutos, y le da la palabra a Bassa: el miércoles, tomó el micrófono por más de 30 minutos para dar un informe. En el Gobierno llamó la atención que, entre sus requerimientos, pidiera luces cálidas para el hemiciclo.
- Entre quienes lo conocen de antes no ha sorprendido su protagonismo: hace años buscaba saltar de la vida académica a una carrera política. Su semana la terminó subiendo una gráfica de él y Loncón con Plaza Baquedano de fondo.
Qué observar: Los movimientos de Bassa, relatados a Ex–Ante por constituyentes de izquierda y derecha y el Gobierno, se centraron en 6 frentes.
- Arremetida con el Gobierno: su interlocutor frecuente ahí es el subsecretario Máximo Pavez. En la reunión para buscar una solución tras las fallas en las instalaciones que dispuso el Gobierno, Bassa se mostró cooperador con la crisis que vivía el Gobierno. Dialogó sobre las soluciones que se requerían para sesionar en el Ex-Congreso, afirman presentes. Pero tras quedarse 20 minutos a solas con Loncón salió de la cita con un duro discurso: pidió “responsabilidades políticas” -lo que no habría dicho en la reunión, agregan- y después afirmó que toda mejoró gracias al apoyo de la U. de Chile y el Colmed. Cercanos explican que evitó pelear con el Gobierno en la cita para buscar una solución -ese era su rol institucional-, pero que no iba a callar ante las responsabilidades de La Moneda.
- Operación U. de Chile-Colmed: Cuando Loncón no contestó los llamados de la U. de Chile para ofrecerse como sede alternativa, Bassa llamó de vuelta a la rectoría y concordó la reunión con Ennio Vivaldi, y después se sumó otra con Colegio Médico. Cuando ya se habían garantizado las condiciones del Ex–Congreso, de todas formas Bassa hizo una ronda por las distintas bancadas, para determinar si se quedaban ahí o se trasladaban a la U. de Chile, lo que algunos constituyentes de izquierda promovían para dar un golpe de autonomía al Gobierno. Pero la mayoría le transmitió que si estaban las condiciones en el Ex–Congreso, se quedaran ahí.
- Reunión con Provoste: En medio de la molestia de La Moneda con el Senado -acusan que no dieron todas las facilidades a la Convención-, Loncón y Bassa pidieron una reunión a la presidenta de esa corporación, Yasna Provoste (DC). Esta les entregó la Ley de Presupuestos 2021 para que conocieran el erario que tienen disponible y les recomendó -afirman presentes- que reclamaran la potestad de decidir la ejecución del presupuesto de la Convención, hasta hoy en Segpres. Al día siguiente, Bassa hizo públicamente la petición.
- El acuerdo que la izquierda lo forzó a desahuciar: ante los reclamos de Chile Vamos y Agustín Squella por que la Convención no tenía potestades para ampliar la mesa a 6 vicepresidentes, Bassa accedió en las negociaciones a que en vez se nombrara un comité ejecutivo de la mesa: más que el nombre, le importaba sumar gente al trabajo de la mesa (se hacía pesado para 2 personas) y quería evitar un conflicto puramente procedimental. Loncón puso en votación el comité ejecutivo y se aprobó con apoyo de Chile Vamos, pero constituyentes de izquierda se abalanzaron sobre la testera, reclamando a Bassa que hubiese cedido ante Chile Vamos. Entonces repitió la votación, cambiando la pregunta nuevamente a que fueran vicepresidentes (las otras fuerzas de izquierda querían el mismo rango que Bassa), y gatillando duros reclamos de Chile Vamos. En pasillos, después pidió disculpas por el enredo, y públicamente admitió errores.
- Definir reglas y tablas: Fue él quien puso el indulto a presos del 18-O como primer debate de la Convención (Loncón lo había omitido), aunque en las negociaciones del texto no intervino: su foco el jueves era definir la tabla y reglas iniciales. “Instalemos esto y logremos acuerdos mínimos reglamentarios para funcionar”, transmitía en pasillos el jueves. Ha ido discutiendo normas provisorias con abogados como Atria y Álvarez, aunque en Chile Vamos reclaman que después se ha saltado las reglas acordadas. Lo emplazó Constanza Hube (UDI) en el hemiciclo el jueves. “¿Sobre qué reglamento me habla, si no hay reglamento?”, le contestó Bassa. Incluso en la izquierda reclaman que no haya quedado registro de cómo voto cada uno, al pronunciarse a mano alzada.
- Áspera relación con Chile Vamos: Después de la votación de vicepresidencias, el segundo round se produjo cuando la derecha presentó una declaración por los presos del 18-O. Pretendían solo que quedara en acta, pero Bassa dijo que debía someterla a votación, lo que los forzó a retirarla. Cuando lo intentaron, les transmitió que ya no podía sacarla, aunque a regañadientes finalmente aceptó. Después le reclamaron que en los presos del 18-O, propuso votar solo aprobar o abstenerse: le reclamaron que debía incluirse rechazar. Accedió, en medio de airados reclamos de Hube y Ricardo Neumann (Ind. UDI) de que no les daba la palabra. La semana terminó con Chile Vamos ingresando un reclamo para acusar “arbitrariedad” en la conducción de Bassa. “La formulación de las propuestas fue constantemente modificada por el vicepresidente. Es imposible deliberar y votar mociones ambiguas”, dice el texto.
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