Trasfondo: Por qué Boric dejó en una posición incómoda a su canciller en el homenaje a Garzón por los 50 años del Golpe

“Esta es una decisión presidencial y yo, como ministro de Relaciones Exteriores, obviamente respeto una decisión de carácter presidencial”, respondió este lunes el canciller Alberto van Klaveren al ser consultado por el homenaje que hizo Boric a Baltasar Garzón el fin de semana. Muchos diplomáticos leyeron entre líneas los dichos del ministro y el decidido despliegue de la agenda por los 50 años del Golpe del Presidente en Europa, poniendo el foco en la reivindicación de Allende más que en un análisis amplio de la UP, como ocurrió cuando Patricio Fernández era el delegado por la conmemoración del 11 de septiembre de 1973 y el PC aún no parecía imponer su relato más duro para enfrentarlo.

Panorama general. Este lunes aún resonaban los ecos del homenaje que hizo el fin de semana el Presidente Boric a Baltazar Garzón por su rol en el arresto de Pinochet en Londres. Al canciller Alberto van Klaveren, reconocido como uno de los diplomáticos que ayudó a traer de regreso a Chile al dictador, al igual que toda una generación de políticos de la ex Concertación, le consultaron por lo ocurrido. A continuación parte del diálogo.

-¿Usted cree que es apropiado haber realizado un reconocimiento a una persona que asesoró al gobierno boliviano en la demanda marítima?

-La verdad es que el señor Baltasar Garzón es un jurista, los abogados ejercen a nivel internacional, a veces asesoran a distintos países. No es un caso tan excepcional. Por cierto el reconocimiento que se le hizo fue por su trabajo en términos de luchar contra la impunidad, de la comisión de crímenes de lesa humanidad en distintos países del mundo. Ese es el sentido del reconocimiento que se le hizo, más allá de las diferencias que podamos haber tenido y que pueden incluso seguir presentes. Quiero además aclarar que en ningún momento se condecoró a Baltasar Garzón…es la misma medalla que se le entregó a Joan Manuel Serrat y en el futuro, con el motivo de la conmemoración del 11 de septiembre, se le va a entregar a otros artistas, juristas y también personalidades políticas.

-¿Usted estaba al tanto de que el Presidente iba a hacer esa declaración e iba a entregar esta medalla al juez?

-Mire, esta es una decisión presidencial, yo como ministro de Relaciones Exteriores, parte del gabinete, obviamente respeto una decisión de carácter presidencial. El tema de quién estuvo informado yo creo que es un tema absolutamente irrelevante, yo creo que eso no es relevante.

-Lo que pasa es que en el pasado el Presidente ha tenido también decisiones que han afectado las relaciones internacionales del país, como ocurrió con las cartas credenciales del embajador de Israel, en donde la ex canciller Antonia Urrejola tampoco estuvo de acuerdo. Entonces es importante en este caso saber si usted como canciller compartía o no el homenaje que hizo el Presidente, donde además habla en nombre del pueblo de chile.

-Son casos totalmente distintos, este reconocimiento que se hizo y que se hizo conjuntamente con la figura de Joan Manuel Serrat y la verdad es que es irrelevante cómo se ha tomado esa decisión, siempre hay un proceso de consulta obviamente , estas son decisiones compartidas con los equipos que organizan las giras y la verdad que mi opinión en ese tema es simplemente un tema absolutamente menor e irrelevante.

Entrelíneas. Con sus dichos, dicen personeros del mundo diplomático, van Klaveren dejó al menos 4 puntos claros.

1) Transparentó que la decisión fue del Presidente, pero cuidándose de omitir que él la apoyaba (nunca pronunció la palabra respaldo, sino que habló de “respeto”).

2) Nunca dijo de manera tajante que fue informado del homenaje.

3) Sostuvo que era irrelevante quién fue o no informado, lo que para algunos no solo dejó clara su desaprobación al homenaje, sino que también se leyó como un desaire indirecto a Carlos Figueroa, el influyente asesor presidencial al que buena parte de la diplomacia le atribuye el haber puesto en marcha el homenaje a Garzón, un juez que no solo apoyó a Bolivia en el diferendo marítimo contra Chile, sino que fue acusado de prevaricación.

4) Van Klaveren sostuvo que a Garzón se lo homenajeó por su lucha contra los “crímenes contra la humanidad”, un apoyo para algunos tibio para explicar la base sobre la cual se tomó la decisión.

Trasfondo. El problema es que, para buena parte de los consultados, el Canciller igualmente apareció en una posición incómoda -lo mismo le ocurrió en diversas ocasiones a la ex canciller Antonia Urrejola- y bajo las órdenes de un Presidente decidido a desplegarse en Europa con la agenda de los 50 años del Golpe, como ha ocurrido al menos hasta ahora.

• A inicios de este mes, en el marco de la presión del PC y las agrupaciones de DDHH, Patricio Fernández -entonces delegado presidencial por los 50 años- no contó con el apoyo explícito de La Moneda para continuar en el cargo y renunció. Fernández tenía el encargo de construir una conmemoración lo amplia posible, que permitiera a Chile ir encontrando maneras de entendimiento.
• Se trataba del discurso que marcó el tono de Boric al menos hasta antes de la caída de Fernández, cuando mencionaba a la UP señalando que “desde la izquierda tenemos que ser capaces de analizarlo con mucho mayor detalle y no solo desde una perspectiva mítica”.
• En Europa, los primeros discursos de Boric han apuntado a consolidar probablemente la línea más dura del relato del 11 de septiembre, reivindicando con fuerza a Allende y convocando desde una entrevista radial española a todo el espectro político chileno a firmar una declaración por los 50 años del Golpe, dichos que fueron rechazados por la oposición, donde consideraron que la tentación de arrinconarlos se denota de manera cada vez más nítida.

El influyente asesor presidencial. En La Moneda admiten que Boric ha profundizado su confianza en materias internacionales con Carlos Figueroa, el asesor en materia internacional al que, como se mencionó anteriormente, algunos le atribuyen haber puesto en marcha el homenaje a Garzón.

• A Figueroa, uno de los fundadores de RD, se le ha sindicado como responsable de varios de los traspiés cometidos por el Presidente en materia internacional. Primero, como uno de los escuderos que tuvo José Miguel Ahumada, ex jefe de la Subrei, con quien compartía un rechazo profundo contra la “lógica” de los TLC y, en particular, del TPP11.
• Se trataría también de uno de los personeros que estuvo de acuerdo con que el Presidente cometiera un desaire al embajador de Israel, Gil Artzyeli, cuando el diplomático ya estaba en La Moneda para entregar sus cartas. Contra la recomendación de Urrejola, Boric optó por sus orejeros de La Moneda (el más importante habría sido, sin embargo, Matías Meza-Lopehandia, su ex jefe de gabinete).
• Figueroa participó en el discurso presidencial de fin de año ante la comunidad palestina. Allí el mandatario buscó dar una señal de apoyo a Palestina anunciando una embajada, pero se equivocó con el grado del actual embajador y volvió a abrir un conflicto con Israel.
• Desde que llegó van Klaveren a la Cancillería, en marzo, la pregunta que se instaló al interior del gobierno era la influencia que ejercería en los hechos el asesor presidencial tras la salida de Urrejola.
• Aunque Boric optó por un movimiento radical al remover a toda la plana mayor (canciller y los subsecretarios de Relaciones Exteriores y de Relaciones Económicas Internacionales), Figueroa ahora parece haber sido promovido por el Presidente.

Ojo con. En el mundo diplomático circula como un secreto a voces que van Klaveren debió haber sido informado en detalle de lo que ocurriría con Garzón, pero no solo desde La Moneda, sino que también desde el frente interno. Todo apuntaría a que en la medalla que entregó Boric a Garzón estuvo involucrado alguno de los departamentos del Minrel -se menciona a la Dirección de Protocolo o la División de Culturas, liderada por la influyente Carola Muñoz, ex jefa de gabinete de Antonia Urrejola- lo que supondría que no se le advirtió al ministro lo que ocurriría con el juez.

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