Concluido el plazo de inscripción de primarias, la contienda presidencial avanza directamente. Este inicio anticipado permite conocer las propuestas de los aspirantes, o la ausencia de ellas.
La actual contienda electoral reviste una importancia singular para el futuro económico nacional, considerando el prolongado período de resultados deficientes en este ámbito. Y es que para ilustrar de manera sencilla la magnitud del crecimiento requerido en naciones en desarrollo con un amplio camino por recorrer (como Chile), podríamos establecer una analogía con la escala de calificaciones escolares. Un incremento anual del Producto Interno Bruto (PIB) del 1% se considera insuficiente; un 2% resulta muy deficiente; un 3% es deficiente; un 4% es aceptable; un 5% se califica como bueno; un 6% como muy bueno; y un avance del 7% anual se entiende como excelente.
Lo fantástico en lo referente a crecimiento y productividad, es que las estrategias efectivas ya están definidas y documentadas. En este campo, los candidatos no necesitan innovar radicalmente, sino seleccionar e implementar las medidas consistentes con sus postulados, dado que los diagnósticos y directrices ya existen. Ergo, ha llegado el momento de la elección y el compromiso.
Informes de instancias técnicas y comités de expertos de variadas orientaciones políticas han presentado análisis y evaluaciones rigurosas de propuestas económicas. Estos documentos, como los de Dejbord y Ugarte (2025), Mewes y Navarro (2024), Marfán y otros (2023), Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) en 2023, 2020 y 2019, Ministerio de Hacienda (2018), entre otros, evidencian diagnósticos y recomendaciones serias, realistas y con simulaciones de efectividad y eficiencia.
Es por esto y dado que las estrategias económicas para el crecimiento y la productividad son ampliamente conocidas, resulta preocupante escuchar planteamientos que denotan una comprensión limitada de principios básicos. Ejemplos de esto son propuestas como regar el desierto, o afirmaciones como que la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo constituyen medidas procrecimiento. En este sentido, somos nosotros, los votantes, los que debemos poner nota a las propuestas económicas de los candidatos y demandarles un compromiso serio con nuestro desarrollo económico.
La relevancia del crecimiento económico radica en su impacto en la vida diaria; por ejemplo, en el ámbito laboral. Un estudio de Parro y Reyes (2019) evidencia una clara correlación entre el crecimiento del PIB, la disminución del desempleo y el aumento en la creación de empleos. En períodos de expansión económica, se observa un incremento en la proporción de empleo dependiente en el sector privado, con los beneficios asociados a la seguridad social, y reduce el trabajo por cuenta propia. A largo plazo, el crecimiento económico también ha promovido la participación laboral femenina.
Hoy en día, necesitamos crear de manera urgente más de 700.000 empleos netos, entonces ¿Qué tan lejos están dispuestos a llegar los candidatos para alcanzar el 7?
En su primera acción relevante desde que asumió en Enel Distribución, la ejecutiva rumana Mónica Hodor presentó un recurso contra la SEC. Su perfil técnico, trayectoria internacional y estilo exigente anticipan una gestión activa en un escenario marcado por la presión del Gobierno y un proceso de caducidad de la concesión.
Es precisamente por cosas como la seducción del ofertón electoral y la capacidad para doblar verdades a conveniencia que las personas desaprueban tanto al Presidente como al gobierno, en números récord. Pues quienes se presentaron como defensores de la democracia, no han traído más que degradación institucional.
Carlos Elizondo, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford y académico del Tec de Monterrey, participó esta semana en un seminario organizado por LarrainVial en Ciudad de México. En esta entrevista, analiza el reordenamiento económico global en curso, el impacto del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y las oportunidades —y […]
En un ambiente preelectoral, entender y sobre todo dimensionar adecuadamente los verdaderos problemas que el país enfrenta es fundamental. Si no hacemos un buen diagnóstico, nunca encontraremos la solución.
El próximo gobierno heredará no sólo las cifras fiscales, sino también el desafío político de construir un nuevo pacto: uno que permita crecer para redistribuir, y no redistribuir lo que no se genera. Como advierte Acemoglu en uno de sus textos más incisivos: “El fracaso en resolver los problemas del presente no sólo perpetúa la […]