Sí, para los peques de la casa, pero ojo:
Ahora, si disfrutaron con Moana (comentada más abajo), ¡adelante!
Moana 2 es básicamente lo mismo, por cierto que con otras aventuras y unos malos agregados.
Allí están la abuela en modo espíritu apareciendo cada cierto tramo; el jocoso semidios Maui (voz de Dwayne Johnson) y sus tatuajes “inquietos”; el cerdito y, lo mejor de esta saga, el pollo.
En la película de 2016 vimos crecer a nuestra heroína y asumir una misión que su abuela, antes de morir, le traspasa: ir más allá de la isla porque esta es una tribu que era navegante y que debió refugiarse allí porque un malvado semidiós le ha robado el corazón a la diosa Te Fiti. Tras embarcarse mar adentro con sus mascotas se encuentra con Maui, que resulta ser un sujeto más bien torpe y algo ridículo, quien termina ayudando a Moana a concretar su misión.
Tres años después, Moana, además de tener una nueva hermanita (una delicia), está muy empoderada y ciertamente el pueblo la adora.
El reto que se plantea ahora es mayor y mucho más peligroso que aquella primera vez: va tras oscuros personajes más allá de las costas de Motunui. Pero no va sola: decide reclutar una tripulación, que ha de saber entenderse con sus notorias diferencias.
El mensaje aquí (porque estas películas son con mensaje) es: “unidos lo podemos lograr”.
Como en la película anterior, Moana vive momentos de desconcierto, sin entender ni saber qué hacer. Pero no faltará la sabiduría de quien le diga: “Para ciertas cosas, nunca nos sentimos listos”, o “debes perderte para encontrar el camino”.
Gran uso de la tonalidad de los colores, de frío a cálido, para construir atmósfera.
Para el 2026 está prevista la tercera parte.
Moana 2
Dirección: David G. Derrick Jr., Jason Hand, Dana Ledoux Miller
Guion: Jared Bush, Dana Ledoux Miller
Animación
EE.UU., 2024
Duración: 1 hora 40 min.
Doblada y subtitulada.
“Una canción más y vomito”.
Lo dice en medio de la película uno de los personajes.
Este guiño humorístico llega directo al espectador que se siente más o menos interpretado por el comentario.
Pero ¡vamos! Esta es una película pletórica de aventuras y visualmente fascinante.
La vida en la isla donde nace y crece Moana es idílica. La naturaleza se prodiga como en el paraíso. Hasta que cae la maldición, de la cual deberá hacerse cargo nuestra heroína.
Tras hacerse a la mar y encontrarse con la sorpresa de cómo es Maui, parten juntos a su misión.
Onda buddy-movie.
Moana
Dirección: John Musker, Ron Clements, Don Hall, Chris Williams
Guion: Jared Bush. Historia: Ron Clements, John Musker, Chris Williams
Música: Lin Manuel Miranda
Animación
EE.UU., 2016
Duración: 1 hora 47 min.
Narrada circularmente, entre raccontos y flash backs, lo que parecía una película romántica como muchas es una sentida y bella reflexión sobre qué hacemos frente a lo que nos depara el azar. Porque ante las numerosas circunstancias sobre la que no tenemos ningún control, como por ejemplo la muerte, sí hay actitudes, maneras e imaginación que pueden transformar duros momentos en lo mejor de nuestra vida y la de quienes nos rodean.
El que la protagonicen Florence Pugh y Andrew Garfield es clave: sus personajes son complejos y atípicos y se trenzan en una historia aguda y llena de sutilezas, deslizada en el diario vivir.
Almut, una chef profesional (F. Pugh), y Tobías (A. Garfield) se conocen de una manera improbable y francamente cómica. Esto ya nos recuerda que el destino puede irrumpir en cualquier momento, y en cualquier dirección, en nuestras vidas. Allí arranca el romance entre dos personas muy singulares y sorprendentes, que saben que el tiempo que tenemos (como dice el título), aquel del que disponemos en este mundo, hay que aprovecharlo al máximo. Porque no sabemos cuándo se nos terminará.
Almut y Tobias se enamoran; ella le advierte que no quiere tener hijos… para luego cambiar de opinión. El embarazo y el parto siguen esta línea en la que el azar irrumpe a menudo, lo que provoca varios de los momentos de humor de la historia. Ya cuando nace su hija, deciden disfrutar del campo y la naturaleza.
El mortal diagnóstico que recibe Almut nos devuelve a la senda de la ruleta que manda y a la vez refuerza en ellos esta decisión de disfrutar la vida hasta que alcance.
Enferma y en medio de su tratamiento, Almut decide participar, junto a una colega, de las Olimpíadas Culinarias que están por desarrollarse. Su principal motivación es dejar a su pequeña hija un bonito recuerdo.
¿Suena triste? Sí y no. Es de dulce y agraz, como la vida misma, pero una vida disfrutada al máximo, como sabiendo que un día se va a terminar.
We live in time
Director: John Crowley
Guion: Nick Payne
Reino Unido, 2024
Duración: 107 min.
Australia en toda su contradictoria intensidad, donde conviven lo primitivo y salvaje con lo moderno e híper desarrollado; lo visceral, los instintos primarios con sofisticadas organizaciones y complejas leyes. Todo ello en medio de vastos horizontes inabarcables, un paisaje indómito, que no se parece a nada.
Eso es Territorial, un neo western que tiene tanto de Shakespeare (o Marlowe) como de Succession.
La historia sigue a la dinastía familiar Lawson, dueña de la estación ganadera más grande del mundo: “Marianne Station”. Todos saben que este es un imperio en decadencia: los Lawson están pasando un momento económico complejo, con deudas bancarias preocupantes. Pero a Colin (Robert Taylor), el rudo y prepotente patriarca, nadie lo bajará de su pedestal. Colin es un hombre que desprecia y maltrata a su hijo menor, Graham (Michael Dorman), y espera el regreso de su heredero para iniciar un gran “rodeo”. Fascinante espectáculo: los animales son arriados a través de enormes extensiones por estos personajes y sus ayudantes montados en enormes jeeps, motos, helicópteros y caballos.
Aunque se trata de una saga familiar, el protagonismo está en manos de Emily (Anna Torv), casada con Graham, una mujer segura y fuerte que domina todo aquello que se requiere para manejar la Estación y es inmune a los desprecios de su suegro. Su hija Susie, que estudia en la universidad, de pronto llega hasta la zona y le comunica que ha decidido dedicarse al negocio familiar.
Pero el mayor de los Lawson, en quien Colin ha depositado todas sus esperanzas, no aparece: se ha caído de su caballo, el que ha sido herido por una bala, y en ese estado el hombre es atacado por los dingos. Lo encuentra un viejo solitario y silencioso que circula por esos parajes.
El misterio de su muerte recorrerá toda la serie.
En tanto, Marshall, hijo de un primer matrimonio de Graham, no quiere nada con su familia y se asocia a una pareja de vagabundos que vive en medio de la nada en una Van.
Completan el reparto Campbell, rival de Colin y que mantiene una estrecha relación con Emily; y Sandra Kirby (Sara Wiseman), una inescrupulosa multimillonaria dedicada a la minería, que vive con su hijo y sus sirvientes en una lujosa y moderna mansión, construida en lo alto de un cerro que domina un inmenso paraje.
Magnates del ganado rivales de los Lawson, bandidos del desierto, ancianos aborígenes, “negros” (como se autodenominan) conviven en una siempre tensa relación, repartidos entre zonas campestres, aldeas, lugares “sagrados”, grandes parajes deshabitados y una cantina que parece construida sobre un pajar, a donde llegan todos y donde puede ocurrir cualquier cosa.
Anoten estos personajes porque cada uno de ellos aportará e incidirá en este complejo drama de poder, ambición y egos, donde solo Susie y Graham, los jóvenes de la familia, tienen las conciencias y las manos limpias. Con esa sola excepción, no hay quien no arrastre un secreto, una culpa o un dolor nunca superado.
Es ¡fascinante! y da para muchas reflexiones sobre el ser humano como individuo y como sujeto social.
Territory
Dirección: Ben Davies, Timothy Lee (creadores), Greg McLean
Australia, 2024
Duración: Seis capítulos de 60 min.
Si no la vieron en el cine, aprovechen. Esta película es incómoda. Como para terminar con la adrenalina a tope, luego respirar profundo y pensar, discutir, reflexionar sobre el estado de las democracias liberales en el mundo, tan frágiles como no lo son las cada vez más numerosas autocracias.
Alex Garland nos sitúa en un Estados Unidos en una cruenta Guerra Civil. Pero no como la Guerra de Secesión, que ya sabíamos de qué iban los bandos en disputa, dónde estaban y por qué peleaban.
Lo inquietante y muy interesante de esta historia es que los domicilios políticos de quienes se enfrentan jamás se explicitan (ni siquiera el del Presidente). Para evitar tentaciones de ubicar a grupos y personajes en el Partido Republicano o en el Demócrata, en el relato de Garland, en contra de la Casa Blanca se han unido las fuerzas de Texas y de California, dos estados que en la realidad están en las antípodas de sus preferencias partidistas.
En concreto, esta sangrienta guerra se ha desatado porque el Presidente en ejercicio ha decidido continuar al mando un tercer período y, por ejemplo, ha disuelto el FBI.
Lo que hay es violencia y destrucción, organizadas en una arquitectura narrativa ¡brillante! que nos pasea por los contrastes más feroces.
A los silencios de praderas límpidas sigue el ensordecedor ambiente bélico en cualquier calle; las carreteras son de pronto luminosas y luego interrumpidas por centenares de autos humeantes que esquivar; en las noches el fuego se ve en los árboles y el tableteo de ametralladoras se escucha no tan lejano en el campamento que una ciudad ha armado en un estadio.
Un pequeño parque de entretenciones, precedido de un inmenso verdor, revela de pronto un cadáver masacrado; otro lugar al final de una hermosa arboleda esconde francotiradores y “soldados” sádicos (extraordinario Jesse Plemons), no se sabe de qué bando.
La travesía la hace un equipo de periodistas que salen desde Nueva York hacia Washington DC con la intención de entrevistar al Presidente. Lo conforman la experimentada fotoperiodista Lee Smith (grandiosa Kirsten Dunst); su amigo reportero Joel (Wagner Moura); la muy joven admiradora de Lee, Jessie (Cailee Spaeny); y Sammy, el veterano periodista del NYT (Stephen McKinley Henderson).
Como toda road-movie (que es lo que en el fondo es esta película), la travesía de 1.379 kms no solo es lo que van presenciando y experimentando, siempre con la muerte como una porfiada sombra, sino cómo gira la vida de cada uno de ellos desde que comienza su viaje hasta que termina.
Todas las secuencias y su estructura no tienen desperdicio (ojo con la música): la intensidad va in crescendo, con sorprendentes giros también, pero todo el tramo de metraje que transcurre en Washington DC es para quedarse demudados.
Civil War
Dirección y guion: Alex Garland
EE.UU., 2024
Duración: 109 min.
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