La inflación se está volviendo rebelde. Sabemos que “la última milla” en la normalización de esta es la más difícil de recorrer, así que vale la pena revisar cómo ha sido su comportamiento recientemente. Según la meta del Banco Central de Chile (BCCh), la inflación debiese estar “la mayor parte del tiempo” en torno al 3% anual y hace política monetaria con un horizonte de 24 meses. ¿Cómo ha sido la trayectoria de la inflación en los últimos años?
Tomando 10 años de historia, se pueden mencionar algunos elementos interesantes. En marzo de 2021, Chile tuvo una inflación anual del 2,9%, esta fue la última vez que se estuvo cerca de la meta. En promedio, durante la última década, la inflación fue del 4,6%, y si miramos solo los últimos 5 años, sube al 6,2%, aún más lejos del objetivo. De los últimos diez cierres de año, solo en cinco la inflación fue del 3% o menos, y el último fue en 2020.
Desde 2020, hemos vivido varios shocks que afectaron la inflación. Primero, los retiros de fondos previsionales (aprobados en julio 2020, diciembre 2020 y abril 2021) y las tres rondas de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) otorgadas a partir de mayo 2020 aumentaron de manera importante la cantidad de dinero en circulación. Luego aparecieron costos asociados a la pandemia: mayores costos de transporte de contenedores y alzas en los precios de bienes debido a la interrupción de la cadena de suministro global. En 2022, la guerra en Ucrania afectó los precios de los granos y la energía. Todo esto ocurrió mientras el peso chileno se depreciaba considerablemente por factores locales y externos.
La inflación total en Chile alcanzó su punto más alto en agosto de 2022, con un 14,1% anual. El Banco Central de Chile, por su parte, fue uno de los primeros del mundo en visualizar el problema inflacionario que se estaba incubando y comenzó con el ciclo de alzas de tasas de Política Monetaria en julio de 2021. La llevó de 0,5% hasta 11,25% en octubre de 2022. Luego comenzaron los recortes en julio de 2023, que fueron sucesivos hasta la reunión de diciembre de 2024, con la tasa en 5%. En la reunión de enero de este año vino la pausa, y se espera que esta sea para largo.
¿Por qué la inflación no se quiere ir? En el IPoM de diciembre de 2024, el BCCh hizo hincapié en el aumento de costos laborales a los que se estaba enfrentando nuestra economía. Al mismo tiempo, se veía un rápido crecimiento de los salarios, donde inciden los reajustes por inflación, situación anómala en un contexto de debilidad del mercado laboral y baja productividad. A esto se suma el mayor costo energético influenciado por el aumento de las tarifas eléctricas. Todo este shock se estimó que duraría al menos todo el primer semestre de este año. Estos mayores costos se suman a un nuevo incremento del precio del dólar que vimos al asumir Donald Trump en Estados Unidos, lo que significa mayores costos todavía.
Las empresas, en general, declaran estar ya operando con márgenes reducidos, pero con muy poco espacio para subir precios, dada la debilidad de la economía. Es del todo razonable pensar, por lo tanto, que una vez que hagan frente a estos mayores costos (transitorios), recién ahí se pueda hacer un ajuste a los precios, generando más persistencia inflacionaria.
Al mirar los datos, vemos que la inflación bajó rápidamente desde su punto más alto hasta 3,7% en marzo de 2024, punto desde el cual volvió a subir, alcanzando un 4,9% en enero de 2025. Si separamos la inflación de bienes de la inflación de servicios (más intensiva en mano de obra), vemos que la de bienes cerró 2024 en 2,5% anual (con un promedio de 3,1%), mientras que la de servicios lo hizo en 7% (con un promedio anual de 5,7%).
Dentro de los servicios hay tres productos que lideraron los incrementos de precios el 2024: el servicio de electricidad, responsable de más de un 30%, alimentos adquiridos fuera del hogar con un 13% y arriendo, con un 12%. El primero sería de impacto transitorio, pero los otros dos tienen relación con reajustes por UF y aumento de costos salariales. Lo cierto es que el IPC servicios se ha estancado en niveles más altos.
Con todo, no es raro entonces que las expectativas de inflación a dos años hayan aumentado en las últimas encuestas y, más aún, los recortes de TPM estén desapareciendo del horizonte para este año y que además un alza de tasas haya dejado de descartarse como posibilidad.
En resumen, la inflación en Chile ha enfrentado varios desafíos en los últimos años, desde factores internos como los retiros de fondos previsionales hasta factores externos como la pandemia y la guerra en Ucrania. Aunque el BCCh ha tomado medidas importantes para controlar la inflación, aún queda trabajo por hacer.
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Opinión | “En Chile, uno de los principales focos será la evolución de la inflación y sus expectativas. Los datos del primer trimestre deberían permitir una mayor claridad sobre los efectos en precios”.
— Ex-Ante (@exantecl) February 18, 2025
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