-¿Qué piensas del nuevo escenario de primarias que se abre en Chile Vamos?
-Las primarias van a resolver la ansiedad que existía en los partidos respecto de la campaña, y le dan una oportunidad a Matthei de mostrar el “estilo Matthei”, ahora directamente como candidata, teniendo la oportunidad de desplegarse en medios, en una franja televisiva, y prepararse para la elección presidencial.
-¿Son más una oportunidad para Matthei que para sus contendores, crees tú?
-Para todos. En este caso, la favorita de la primaria es Evelyn Matthei, y la expectativa está en que ella lo ratifique en esta elección. A ella le juegan a favor al menos dos cosas. Uno, su posicionamiento público y su buena evaluación ciudadana. Y segundo, que ese día, hasta ahora, va a haber dos primarias, la del Gobierno —la primaria del 30%—, y la de la oposición, de Chile Vamos. Y ella tendrá que hacer un contraste entre esas elecciones.
-¿Quedaba en desventaja Matthei si no se sumaba a unas primarias? ¿Por qué?
-No, era tan legítimo hacer primarias como no hacerlas. Era una decisión táctica. Por eso insisto en que resuelve las ansiedades que hay en torno a su campaña para una elección que es en noviembre. Si ibas a primera vuelta, no se entendía esa ansiedad de los partidos por el despliegue de la candidata ahora. Con primarias, ella se ve forzada a formar un comando, a tener un jefe de campaña, armar equipos y desplegarlos.
-¿Crees que la falta de comando era uno de los talones de Aquiles de la campaña de Matthei?
-Si es que iba a primera vuelta, no tenía sentido apurarse tanto y exigirle una sobreexposición que no necesita. Ella es muy conocida. No necesitaba sobreexponerse ahora.
-¿Qué beneficios tiene para Matthei participar en primarias?
-Probar sus equipos en campaña, preparar su mensaje, usar los debates y la franja televisiva para poder comunicar un mensaje potente que la posicione como la líder de la oposición.
-Al mismo tiempo, más visibilidad la expone a algunos errores no forzados. ¿Qué te parece?
-Eso es cierto en la medida en que no hay campaña. En ese escenario, la sobreexposición es una mala idea. Pero habiendo campaña, cambia todo, porque cambia la audiencia. Cuando no hay campaña, la audiencia siempre es un ciudadano que está muy interesado en la política y generalmente ya tiene posición tomada. El ciudadano menos interesado no está mirando lo que ocurre. Pero en las campañas sí lo hace. Y ya sabemos que lo hace a veces muy tardíamente. Las últimas dos semanas, en algunos casos.
-¿A qué atribuyes los errores no forzados de Matthei esta semana, que han generado preocupación en Chile Vamos?
-Parece extraño que en cuatro días la candidata hable de cuatro temas distintos. Eso es muy raro comunicacionalmente. Revela cierto desorden o, de nuevo, que lo relevante no eran tanto los temas sino estar presente, la exposición.
-¿Ves tú una falla en los equipos, descoordinación, o improvisación detrás de esto?
-Ni lo uno ni lo otro. Yo creo que hay una ansiedad en los partidos, que se la han contagiado a la candidata, y en vez de explotar lo mejor de Matthei, la están sometiendo a una sobreexposición que es innecesaria. Ella va ganando en preferencias ciudadanas, tiene un buen perfil, tiene atributos muy valorados por la ciudadanía. Pero claro, cambiar de tema todos los días genera confusión.
-¿Te parece que hubo indefinición, poca claridad o improvisación en el proceso de decisión de hacer o no primarias?
-El hacer o no primarias es un asunto absolutamente táctico. La izquierda le ofreció a Bachelet ser candidata sin primarias. Cuando Bachelet dice que no, deciden hacer primaria y que participen todos, sin poner algún requisito. Entonces, es algo absolutamente táctico, no es un tema de principio. En el caso de Evelyn Matthei era tan legítimo hacer o no hacer primarias. Igualmente tenía ventajas y desventajas, y por eso resultaba una decisión difícil.
-¿Cuáles son las ventajas para Matthei?
-Probar sus equipos en campaña, preparar su mensaje, usar los debates y la franja televisiva para poder comunicar un mensaje potente que la posicione como la líder de la oposición.
-¿Y los riesgos?
– El riesgo natural siempre es la competencia. Ella compite no tanto al interior de la primaria como compite con la otra primaria, la del oficialismo. ¿Quién va a llevar más gente a votar? ¿Dónde van a participar más ciudadanos? Eso va a ser la primera mirada. Y segundo, ella corre como favorita y se espera que gane con holgura, y eso siempre es un riesgo.
-Todo esto ocurre mientras la “nueva derecha” anuncia su pacto parlamentario e incluso se habla de una primaria entre líderes de ese sector. ¿Cómo ves ese nuevo polo que se está generando?
-Es un polo muy importante dentro del electorado de derecha, pero todavía no es mayoritario. Yo veo muy difícil una primaria entre Kaiser y Kast, por la lógica de sus discursos. Ambos dicen que van a ser candidatos en primera vuelta para potenciar sus listas parlamentarias.
-¿Cuánto puede crecer ese mundo?
-Kast y Kaiser no son iguales. No es fácil agruparlos, a pesar de que se posicionan a la derecha de Chile Vamos. Eso es lo que tienen en común. Hay que ver ahora en la conformación de esta lista parlamentaria qué tanto común hay entre los nacional libertarios, los socialcristianos y los republicanos.
En el caso de Kaiser el acceder a audiencias mayores, más allá de la derecha radical, todavía es una materia pendiente. No ha demostrado esa capacidad. Fue muy rápido, cubrió un espacio de un electorado muy homogéneo, pero no ha logrado ir más allá de eso.
-En la izquierda también ha habido movimientos. ¿Cómo ves la tensión que se ha generado entre el PS y el PPD tras la proclamación de Paulina Vodanovic? ¿Cuánto le renta a la candidata? ¿Quién gana en ese conflicto?
-El PS está preocupado de la elección parlamentaria y no ve en Carolina Tohá una candidata capaz de ganar la elección. Y, por lo tanto, su primer interés es parlamentario. Quien defiende ese interés hoy es Paulina Vodanovic, y eso hace que tenga el apoyo de su partido. Tengo mis dudas de que finalmente Paulina Vodanovic logre inscribirse el 29 de abril.
-¿Por qué?
-Electoralmente, la tiene muy cuesta arriba. La renuncia de Vlado Mirosevic en favor de Carolina Tohá puso a Vodanovic en pie forzado. ¿Qué pasa si Paulina Vodanovic marca 1% o 2%, y lo único que hace es dejar en desventaja a Carolina Tohá en la competencia de fondo, que es con Winter y con Jara? Es difícil sostener hacia el futuro para su partido y para el Socialismo Democrático salir cuarto en la primaria y perder por distancia.
Aquí es tan posible que Vodanovic se baje de la primaria como que haya dos primarias, una PS-PPD y otra Jara-Winter. Eso depende de la decisión del PS. Si no marca nada en las próximas dos semanas, eso le va a hacer imposible inscribirse o participar en la misma primaria con todos.
–Encuestas muestran a Jeannette Jara liderando, aunque por pocos puntos, la primaria oficialista. ¿Cómo ves ese escenario?
-Está en el margen de error. Nadie puede sostener que es favorita. Jeannette Jara es una candidata que se ve con un gran carisma, pero con una mochila muy pesada, que es el Partido Comunista. Parece que su decisión es no deshacerse de esa mochila. La generalísima es la secretaria general del Partido Comunista. ¿Era necesario cuando un candidato lo que quiere mostrar es apertura, es querer desligarse del Partido Comunista? No, claramente no. Hay un conflicto entre la manera en que ella va a querer desplegar su mensaje y lo que el Partido Comunista está dispuesto a aceptar.
-¿Cuánto influye la participación en cada primaria en lo que viene después?
-Quien lleva más gente a votar en las primarias generalmente gana la elección presidencial. Tiende a ser así. Quien logra que con votos voluntarios más gente vaya a votar en su primaria tiene una perspectiva de ganar la elección presidencial de fondo. Le ocurrió a Boric, le ocurrió a Piñera y ahora vamos a ver a quién le ocurre.
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