El Informe de Finanzas Pública (IFP), publicado la última semana por el Ministerio de Hacienda, no ha dejado a nadie indiferente, ya que encendió alarmas en torno a la sustentabilidad fiscal y el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Uno de los elementos interesantes de analizar que trae el IFP, es el calendario de pago de intereses en los próximos ejercicios.
Lo primero a destacar, es que para 2025 se prevé un calendario exigente en cuanto al pago de servicios de la deuda adquirida, alcanzado los US$ 4,000 millones, con pagos relevantes los meses de enero, marzo, julio y septiembre (ver tabla 1).
Así, el pago de intereses acumulados para los próximos 10 años sobrepasaría los US$45 mil millones (ver gráfico 1).
¿Qué tan relevante es esa cifra? Primero, representa en torno al 15% del PIB, es decir el total de la producción de bienes y servicios que genera la economía chilena en un año completo. En cuanto a la recaudación tributaria, el 2024 se recaudaron US$26 mil millones en concepto de IVA y US$23 mil millones en impuesto a la renta, lo que da cuenta de un esfuerzo en recaudación para nada trivial para la próxima década.
Por otra parte, elasticidades históricas para Chile muestran que por cada punto adicional de crecimiento económico se recaudan algo más de US$1 mil millones. Por lo tanto, para hacer frente a los US$45 mil millones de pago de intereses de la deuda pública de la próxima década, el país enfrentará presiones sobre la recaudación y crecimiento económico que se prevén difíciles de abordar en las condiciones actuales, a menos que haya un giro en la discusión y decidamos avanzar en propuestas concretas para volver a impulsar la economía chilena nuevamente de manera sostenida.
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— Ex-Ante (@exantecl) February 11, 2025
Mirando el mediano plazo, la permanencia en Chile Vamos inexorablemente lleva a la UDI a una mímesis con sus aliados centro-liberales, cuestión similar a la que le ocurrió al Socialismo Democrático con el Frente Amplio y el Partido Comunista. Si la UDI quiere seguir siendo un proyecto parecido al que ideó Jaime Guzmán, parece más […]
El Socialismo Democrático ha pagado el costo completo de un gobierno que no lidera, y no ha recibido algún beneficio institucional o político real. Solo ha logrado mimetizarse hasta perder su relevancia, dentro de la coalición política más inoperante, desordenada, incapaz y corrupta que la izquierda ha visto en cinco décadas.
Estar incómodos, implica reconocer que, aunque hemos avanzado, aún queda mucho por hacer. Es sacarnos la venda de los ojos y entender que el “verdadero progreso” no se mide solo en cifras, sino en la capacidad de construir una sociedad más justa, donde todos tengan la posibilidad de vivir con dignidad.
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El futuro de Chile para los próximos 20 años depende en gran medida si la oferta electoral que tendremos a nuestra disposición será capaz de resolver -y financiar- estos desafíos estructurales que tienen a nuestro potencial de desarrollo cada vez más disminuido.