Parlamentarios y dirigentes de partidos de la ex-Concertación calculan distintos escenarios sobre cómo enfrentar el resultado del Plebiscito de Salida. En cualquier evento, sostienen, deberían aunar criterios para reformar ya sea un eventual nuevo texto (si gana el Apruebo) o la actual Constitución (si vence el Rechazo).
Los dos caminos. Las encuestas muestran que el Rechazo tiene por ahora un mayor respaldo al Apruebo en el Plebiscito de Salida del 4 de septiembre. Sin embargo, en los partidos de todo el espectro político evalúan que la carrera se estrechará cuando empiece el período activo de campaña por ambas opciones.
- En cualquiera de los escenarios, dirigentes de los partidos de la ex-Concertación están inclinados a reformar el texto constitucional, ya sea el actual o el nuevo emanado de la Convención Constitucional. “La centroizquierda está con el “corazón partío'”, dice Jorge Schaulsohn en una columna en Ex-Ante.
- Según distintos actores el PS, PPD y la DC, existiría una inclinación de los “concertacionistas” por evitar un conflicto entre esos partidos. Su escenario base es fijar un cronograma a partir del 5 de septiembre para reformar cualquiera sea la opción que gane.
- En sectores “autoflagelantes” del PS, en cambio, evitan hablar de cualquier “Plan B” que dé pábulo al Rechazo. Además, consideran que reformar en caso de triunfo del Apruebo podría quebrar el delicado equilibrio de las dos coaliciones que sostienen al Gobierno.
Hitos públicos pendientes. Existe una serie de eventos que ocurrirán en los dos meses y medio que restan para el Plebiscito de Salida y que distintos observadores anotan como factores que pueden determinar el resultado.
- Un hito que será atentamente seguido será la ceremonia de entrega del proyecto constitucional, el lunes 4 de julio. Cerrada para entonces la polémica sobre las invitaciones a los expresidentes de la República, la atención estará puesta en si existen convencionales que realicen acciones llamativas o si hay grupos que alteren el orden público, como fue la tónica el 4 de julio de 2021 en la inauguración de la Convención Constitucional.
- Dado que se trata de un evento de alta importancia, habrá transmisiones en vivo en distintos medios de comunicación. Eso incluye programas televisivos en que se describirá el trabajo de los convencionales, polémicas incluidas. Uno de los episodios que se revivirán será el protagonizado por de Rodrigo Rojas Vade, el constituyente de La Lista del Pueblo que mintió sobre un cáncer que no padecía y terminó renunciando a la Convención.
- La franja televisiva con las dos opciones se desplegará entre el 5 de agosto y el 1 de septiembre, indicó el CNTV. Los chilenos no podrán saber hasta qué punto la franja genere una tendencia en el electorado, dado que por ley la difusión de encuestas se permitirá solo hasta el 20 de agosto.
El precario contexto. En este período, comenta un personero del PPD, el país estará sumergido en un cóctel desfavorable global y local para el Gobierno de Gabriel Boric: la economía estará en franca desaceleración, la inflación podría subir más de lo previsto por el Banco Central (ahora empujada por un dólar alcista), los créditos estarán más caros, el empleo estará en su etapa más dura (invierno) y hay riesgo de escasez alimentaria.
- Las encuestas muestran una alta correlación entre el Apruebo (nueva Constitución) y la Aprobación presidencial. Es decir, quienes más valoran el texto de la nueva Constitución suelen también respaldar la gestión de Boric.
- Aunque la correlación también es elevada entre el Rechazo a la nueva Constitución y la Desaprobación presidencial, hay allí una distancia que sugiere que en ciertos grupos, como los jóvenes, convive un cuestionamiento específico a Boric que no necesariamente implica Rechazo a la propuesta de la Convención Constitucional.
Un Rechazo impronunciable. La visión mayoritaria de dirigentes y parlamentarios de la ex-Concertación es crítica sobre la calidad de la propuesta constitucional de la Convención. Ese reconocimiento es masivo en privado, pero en público algunos han fluctuado entre “esperar” la entrega definitiva del texto y adelantar que votarán Apruebo.
- La percepción generalizada es que es insostenible aparecer por el Rechazo, dado que la única norma vigente indica que un triunfo de esa opción implica mantener la actual Constitución originada en 1980.
Los distintos planes. Desde que la Convención comenzó a respaldar ideas sobre diferenciación de los sistemas jurídicos, el fin del Senado o disposiciones sobre el aborto libre (sensibles para el electorado democratacristiano), en distintos círculos del Socialismo Democrático, de la DC y también de la derecha se levantó la idea de tener un “Plan B” como alternativa al trabajo de los constituyentes.
- Con el paso de los meses, se han desplegado ideas como “Rechazar para reformar” o “Aprobar para mejorar”. Todas tienen en común que se supere la Constitución de 1980, asunto sobre el cual los mismos convencionales de la UDI han asumido.
- Hasta ahora, el “Aprobar para mejorar” ya presentado por el PPD –que reflejó huellas del laguismo– entusiasma a otros personeros de la ex-Concertación. En el PS, en todo caso, el debate es interno y solo después de un eventual triunfo del Apruebo podrían avanzar en conversaciones formales para reformar la nueva Constitución. Esa disposición a reformar es mayor en la bancada de senadores, la más numerosa del oficialismo: resienten el papel jugado por La Moneda en la pérdida de atribuciones y recorte del período aprobado por la Convención. En sectores más de izquierda dentro del PS, en cambio, miran críticamente el avance de esos planes de reforma.
- En la DC hay dos corrientes: una más jugada por el Apruebo, donde está la directiva, y otra inclinada en los hechos por el Rechazo. Según un alto dirigente, en el Congreso esa división se nota tanto en el Senado como en la Cámara. En el Senado hay dos miembros más identificados con el Apruebo: Yasna Provoste y Francisco Huenchumilla. Quienes han evitado pronunciarse, pero han sido más bien críticos de la Convención sin llegar a pronunciar “Rechazo” son Matías Walker, Ximena Rincón e Iván Flores. Walker y Rincón anunciaron un proyecto para rebajar el quorum de reforma constitucional a 4/7 (para modificar la actual Constitución), pero esa propuesta cayó mal en el resto de su propia bancada. En la Cámara, la DC tiene ocho diputados y se observa una división pareja entre los proclives al Apruebo y aquellos críticos del texto.
- Entre quienes han impulsado acercamientos dentro de la DC con los otros partidos plantean que el Apruebo le ofrece a la misma DC un poder de articulación -y figuración ante la opinión pública- mayor. “Si llegáramos a apoyar el Rechazo y luego gana el Apruebo, quedaríamos muy mal posicionados para el 5 de septiembre”, sostiene un activo dirigente democratacristiano.
Un Gobierno dividido. Si gana el Rechazo, tanto los partidos de la ex-Concertación como de Apruebo Dignidad tendrían incentivos para emprender un plan que reemplace la actual Constitución. En parte de Chile Vamos existe, por ahora, la misma disposición. Los alcances, formatos y profundidad son materia abierta.
- El dilema en partidos como el PS se abriría si gana el Apruebo, y sobre todo si lo hace por un margen estrecho. Aunque las conversaciones en el partido son intensas -“hay que ponerse en todos los escenarios”, dice un alto asesor parlamentario-, una postura por la reforma los llevaría a un conflicto abierto con el PC. El Presidente, en ese caso, podría enfrentarse a la disyuntiva sobre cuál coalición escoger.
Las fórmulas para alcanzar los quorums de 4/7 y 2/3 de reforma constitucional en el actual Congreso si se aprueba el texto de la Convención