El Banco Central publicó esta semana el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero. Con un crecimiento de 2,5% anual, la cifra estuvo en línea con lo esperado.
No obstante, esta vez, el empuje no lo realizó – como estábamos acostumbrados – la minería. El primer mes del año mostró a la industria manufactura y al comercio creciendo un 7,4% y 8,4% anual respectivamente. ¿A quién debemos felicitar? Al sector agrícola exportador.
De acuerdo con los indicadores de comercio exterior del IV trimestre de 2024 publicados por el Banco Central de Chile, las exportaciones de los sectores agricultura, fruticultura, ganadería, silvicultura y pesca extractiva, durante el año 2024 alcanzaron los 9.043 millones de dólares logrando un crecimiento anual de 25%. Aquí destacan los incrementos en las exportaciones de cereza, uva y manzana con 51%, 39% y 27% respectivamente.
Tomando en cuenta que el 60% de las exportaciones vienen de la minería. Los sectores agricultura, fruticultura, ganadería, silvicultura y pesca extractiva tienen un peso relativo importante, representaron el 9% de las exportaciones totales del país el año recién pasado.
Este año electoral demandará a sus candidatos planes concretos, realizables y de alto rendimiento para impulsar la economía y reducir el gasto fiscal. Un contexto fructífero para poner en la mesa una demanda de larga data de los sectores agrícolas y ganaderos: una normativa laboral adecuada para estas industrias. Si queremos llegar a ser una potencia agrícola, necesitamos leyes y normas que se ajusten a las necesidades de los sectores que podemos y debemos potenciar.
Algunos son temas políticamente incorrectos, pero necesarios para avanzar. Hablemos de flexibilidad laboral, división de la jornada diaria, modernización del registro de contratos, así como otros temas particulares e impopulares para el chileno de a pie.
¿Por ejemplo? Las visas para jornaleros agrícolas bolivianos. El agro percibe a este tipo de temporeros como muy trabajadores, diligentes y leales. Este conjunto de trabajadores no quiere vivir en Chile. Sólo viaja para trabajar afanosamente durante 3 a 4 meses al año y vuelve a su país hasta el siguiente año. Es talento laboral capaz y competente, que viene por temporadas muy cortas y que son extremadamente necesarios para la eficiencia de los campos agrícolas.
En un mundo donde algunos jefes de Estado adoptan políticas carentes de planificación y coherencia – como la aplicación de aranceles a las importaciones agrícolas en EE.UU por parte del Presidente Trump – es de extrema relevancia hacer nuestra “copia feliz del edén” lo más próspera, eficiente y eficaz posible. Y es que una mayor productividad nos hace más competitivos frente a cambios abruptos en las reglas del mercado, así como más resilientes ante eventuales políticas erráticas externas.
¿Será que este año electoral nos traiga algún(a) líder con la determinación, fortaleza y valentía para tomar este tipo de decisiones? ¿Alguien que se ocupe del crecimiento y prosperidad de nuestro país? Crucemos los dedos…
Puede leer las columnas de Natalia Aránguiz en Ex-Ante Pinchando Aquí
Raimundo Rencoret (63) cofundó la Empresa Constructora Lira Rencoret y Cia Ltda y es aficionado del mountain bike. Desde 2022, integra el Directorio de Mutual de Seguridad y participa en los comités de Estrategia y Salud. Hoy se confirmó que será presidente de la entidad. Aquí su historia.
Participar en espacios dominados por regímenes autoritarios no amplía nuestra autonomía; la compromete. Cada cumbre a la que asiste Chile sin objeciones equivale a un aval tácito a agendas que contradicen nuestros intereses.
Si la campaña de Jeannette Jara consigue desplazar los ejes de la elección desde la disyuntiva gobierno vs oposición e izquierda vs derecha a los de pueblo vs elite, defensa de la gente común vs defensa de los poderosos y empatía vs distancia, se le abrirá una posibilidad de contrariar la constante de la alternancia […]
La iniciativa —a cargo de GW La Ligua SpA— busca abastecer con agua de mar desalada a cinco comunas de la Región de Valparaíso, en un contexto de creciente estrés hídrico. La captación se ubicaría junto a un sector de alto valor inmobiliario y turístico, con una inversión proyectada de US$ 119 millones.
La solución para el problema del acceso a la vivienda pasa por aumentar la oferta total de propiedades y potenciar diversos mecanismos de acceso incluyendo los programas de apoyo público– tanto para la compra como el arriendo. Fijar precios es una propuesta con buenas intenciones, pero con malos resultados.