¿Quién no quisiera ser genéticamente modificado? Yo sí. Creo que sería agradable ser inmune al resfrío común o no quedar lleno de ronchas por culpa del litre. No le hablo de transformarse en Frankenstein sino de unos ajustes menores. Tal vez a usted le gustaría borrar de sus genes a esos ancestros caídos al litro. Quizá usted va a ser madre y está asustada que la criatura saque algo de esos tíos subnormales y además pelados. Se lo dejo planteado. Le pido que lo considere. Por favor no se me ponga Ayatola y le de por discursear que todo será desastroso si interfieren con la mami naturaleza porque, tal vez, la misión del hombre en la tierra es modificarla.
Imagínese un futuro con chihuahuas del porte de un gran danés, o donde la hemofilia quedó a la altura de la polio. Imagínese un futuro con verduras de sabor tan intenso que sus adictos terminan internados en clínicas donde está prohibida la ensalada. Es posible. Con la técnica de edición genética CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) se puede cambiar el ADN de las plantas, los animales y hasta de los humanos.
El CRISPR es una herramienta de edición genética que lleva al menos trece años de desarrollo y que permite editar una secuencia de ADN, sacando una parte y reemplazándola por otra sin desvirtuar el total. Es como si quisiéramos mejorar Chile y sacáramos Copiapó de un tijeretazo para reemplazarla por otra ciudad. Seguiría siendo Chile, pero mejor.
Los chinos fueron los primeros en irse al chancho con la nueva técnica. Don He Jiankui modificó a unos mellizos para que fueran inmunes al VIH. Lo logró y por desoír las advertencias del gobierno fue a parar a la cárcel durante 3 años. En China desobedecer es muy grave. Ya salió y está de vuelta en el laboratorio. Junten miedo.
Los gringos, presos de su relación pasiva-agresiva con la comida, están usando la tecnología para hacer vacas con poco pelo que crecen más rápido y que se adaptan mejor a los climas cálidos. Por otro lado, tienen compañías como Pairwise que modificó las hojas de la planta de mostaza, que repletas de vitaminas y minerales, ya no pican como diablo pero mantienen todos sus beneficios nutricionales. No crea que son asuntos de laboratorio porque ya se las comen en restaurantes de Minneapolis y St. Louis. Y no se quedan ahí, ahora sacaron moras que son consistentemente dulces y lo mejor, cerezas sin cuesco. Yo creo que los chinos se las van a comprar todas. Ojo ahí, querido amigo cerecero.
A mi esto me ilusiona en cantidades industriales porque si se meten en el baile científicos peruanos, italianos, españoles y tailandeses puede que pongan a su majestad el sabor en el centro de sus objetivos. Tal vez se nos vienen años maravillosos. Imagine un gotas de limón que dejan la ensalada perfumada como el limonero en flor, lechugas costinas que salen saladas de la tierra, zanahorias crudas y caramelizadas, pechugas de pollo de carne negra, cebollas que no dan lágrimas ni recuerdos, arroz repleto de proteínas, frambuesas sin sus micropepas que se meten en las muelas y médulas de hueso de vacuno libre de colesterol.
No crea que me las quiero dar de Victor Frankenstein, el creador del monstruo más tierno de la historia, porque yo jamás crearía intencionalmente a una criatura vegetariana. Frankenstein, el monstruo, decía en la novela de 1818 que “las bellotas y las bayas me proporcionan suficiente alimento”. Tal vez sería bueno que todos leyéramos el libro y nos mantuviésemos dedicados, al menos por un rato, solo a modificar plantas.
Antes de ayer la revista Nature anunció que los chinos han modificado el tomate, el que se vende en el supermercado, para que tenga un dulzor inolvidable aunque se planten por toneladas en invernaderos iluminados por baratísimos focos led. Dicen que es 30% más dulce que un tomate común. Por ahora. Algo es algo.
Ingredientes
2 cucharadas de peperoncino
4 cucharadas de aceite de oliva
1 kilo de zanahorias peladas
Sal y pimienta negra
5 tazas de caldo de pollo o de verduras
4 cucharadas de mantequilla
1 chalota grande, picada
½ cucharadita de semillas de cilantro molido
½ taza de vino blanco seco
2 tazas de arroz arborio
1 taza de parmesano finamente rallado, más un poco más para servir
Caliente el horno a 180 grados.
En un bol chico mezcle el peperoncino con el aceite de oliva.
Prepare las zanahorias: ralle grueso 1/3 de las zanahorias hasta completar más o menos 2 tazas. Reserve. Corte las zanahorias restantes en rodajas diagonales de aproximadamente 1 cm. de grosor. Ponga en una lata para llevar al horno las zanahorias en rodajas y agregue encima 2 cucharadas del aceite con peperoncino.
Sazone las zanahorias generosamente con sal y pimienta y hornee hasta que estén tiernas, aproximadamente 15 minutos, revolviendo a la mitad del tiempo.
Ponga el caldo a una cacerola con tapa (cualquier tamaño que lo contenga servirá); tape y caliente a fuego lento.
En otra cacerola, una mediana, derrita 2 cucharadas de mantequilla a fuego medio-alto. Agregue las zanahorias ralladas crudas, la chalota y las semillas de cilantro; sazone generosamente con sal y pimienta. Cocine, revolviendo con frecuencia, hasta que desprenda un aroma intenso, 2 minutos.
Agregue el vino a la mezcla de zanahoria y cocine, revolviendo, hasta que se haya evaporado casi por completo, aproximadamente 3 minutos.
Incorpore el arroz a la mezcla de zanahoria, reduzca el fuego a medio y cocine, revolviendo, 2 minutos. Agregue 1 taza de caldo tibio y cocine, revolviendo con frecuencia, hasta que el líquido se absorba casi por completo, aproximadamente 3 minutos. Repita 4 veces más, agregando líquido tibio y revolviendo hasta que se absorba.
Una vez que el arroz esté al dente y se haya absorbido todo el caldo, agregue el queso y las 2 cucharadas de mantequilla restantes; revuelva vigorosamente para combinar hasta que el risotto se sienta sedoso y cremoso. Corrija la sal y pimienta.
Divida el risotto en 4 platos y cubra con las zanahorias asadas. Agregue un poco de aceite con peperoncino y más queso parmesano. Sirva de inmediato y ¡a gozar!
Para más columnas gastronómicas, clic aquí.
Algo es algo: Por el alambre. Por Juan Diego Santa Cruz (@jdsantacruz).https://t.co/4myt1tNkpe
— Ex-Ante (@exantecl) November 8, 2024
Recientemente Chile Transparente publicó un tercer balance de las recomendaciones de la Comisión Asesora por el Caso Convenios donde se puede observar cómo éste se ha ralentizado. Si bien el gobierno ha ingresado proyectos -o propuestas de enmiendas- relevantes en la materia, su avance ha sido casi nulo.
El gasto fiscal en Chile lleva años expandiéndose, mientras el sector privado, la fuente de este gasto, está estancado. Se debe cambiar esta inercia, y un buen punto de partida es ordenando la casa estatal a través de una regulación única, transparente y clara del empleo público, que evite que éste se convierta en una […]
El primer año de Javier Milei al frente de Argentina muestra avances en estabilidad económica y desregulación, pero enfrenta tensiones sociales y riesgos en el escenario internacional.
El caso de la diputada Maite Orsini vuelve a la pregunta sobre esos límites difusos y complejos que nunca han estado menos claros entre la política y la farándula. En marzo de 2023, Rafael Gumucio escribió este perfil de la diputada del FA a raíz del telefonazo que hizo a una generala de Carabineros para […]
Una década después del primer informe Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos (PIAAC), Chile sigue en el último lugar de la OCDE en habilidades laborales. Sin un cambio estructural, la precariedad educativa continuará limitando el desarrollo económico y social del país.